Ashley Freetman.Volví a fijar mi visión en el espejo, observando como mis caderas, se movían al compás de sus dedos y ni siquiera, sabía cuando había comenzado hacerlo. Mi piel, estaba erizada y sonrosada, mis pezones estaban muy erectos y duros, mi rostro había cambiado, a uno totalmente desconocido, mis ojos estaban más oscuros y cada vez me gustaba más, el reflejo del espejo. Saqué la punta de la lengua humedeciendo mis labios y los mordí dejando prensado entre mis dientes el inferior, el amase de mi pecho izquierdo, luego el pellizco de mi pezón y los dedos moviéndose, al son de mis caderas, me excitaron más aun; haciéndome gemir de una forma impresionante. Mi cuerpo, respondía solo observándonos a los dos, era maravilloso. Deseaba verlo ahora, a él, reflejado en el espejo mientras lo masturbo. Una de mis manos, se fue hacia mi trasero, buscando su erección, atrapándolo y masturbándolo. No podía ver su erección en el reflejo, pero el movimiento de mi mano, era un gran est
Ashley Freetman─ Dímelo otra vez, ─ pidió levantando mi mentón. Me acomodé apoyando mis brazos en su pecho y mi mentón sobre mis brazos mirándolo.─ ¿Cuál? ¿El mi amor o el mi vida? ─ Le pregunté sonriendo.Él, también lo hizo y, era delicioso que apenas estuviese amaneciendo y él, ya estaba sonriendo.─ Los dos me gustan y deseo escucharlo a cada rato, no importa quien esté a nuestro alrededor, ─ mencionó abrazándome completamente, tallando mi cuerpo en sus manos, debajo de las sábanas que nos cubrían.─ ¿Está seguro doctor Noah? ─ Pregunté abrazándolo, él, gruñó consiguiendo sacarme una pequeña risilla. ─ Segurísimo, todos deben entender que yo, soy tú amor, tú vida, ─ mencionó besándome posesivamente. Mordió mi lengua y frotó su pene en mi vagina. ─ Mi amor, llegaremos tarde a la jornada, ─ expresé.─ Hoy no tenemos que conducir varias horas, Llegaremos a tiempo y cada quien ya conoce su lugar, así que todo estará más organizado ─ explicó.─ ¿Por qué los colaboradores no está
Ashley FreetmanObservé las carpas, estaban tan llenas como ayer. Noah, rodeó mi cintura, él tenía razón, no había prisas para llegar tan temprano. En la parte interna del módulo, todavía no había cola y parecía muy organizado, todo el mundo llegó al consultorio que le correspondía, hoy había otro aperturado, que se leía en la puerta, otorrinolaringología. Me alegré por este hecho.Ginecología, tenía tres cubículos en un consultorio, bueno, eran tres ginecólogos colaborando, así como dos odontólogos, quizás trasladar este tipo de equipos era más difícil. Noah, saludó a varios colegas.─ Últimamente está muy contento, doctor. ─ Mencionó una enfermera que no conocía, pero estaba en el área de emergencias, según su insignia señalada en el uniforme. Noah, sonrío acercándome más a él. ─ Quizás mi novia, es la culpable ─ mencionó besando mi frente, yo enrojecí, decirlo a nuestros compañeros de trabajo, es gritarlo a los cuatro vientos en el hospital y que mi familia, se entere en un
Ashley FreetmanLa espuma se sentía deliciosa cubriendo hasta mis pezones, el agua tibia era muy relajante, los olores de esencias mezcladas, llenaban los sentidos con agrado. Como si todo fuese un tranquilizante, a excepción de los besos y las caricias de Noah, que de tranquilizantes, no tenían nada. Sobre todo, cuando sus dedos pellizcaban mis pezones y sus besos se deslizaban, desde mi cuello hasta mis hombros. Esta delicia en el Jacuzzi, se había convertido en nuestro despertar matutino, desde que llegamos hace tres días a este hotel.─ ¿No te cansas? ─ Le pregunté soltando un pequeño gemido, ya teníamos una hora en el jacuzzi y él, no deseaba salir todavía. ─ Nunca me cansaré de esto, ─ siseó mordisqueando mi cuello y presionando mis pechos. Noah, levantó sus caderas, frotando su miembro en toda mi entrada, ya sin ningún tipo de vergüenza lo tomé entre mis manos y lo introduje en mi interior, deslizándome completamente sobre esa dura erección, por segunda vez en esta mañana.
Ashley Freetman Era ya de noche, así que ingresamos a un restaurant, el cual era como especie de un club; cenamos y luego ingresamos un rato al club. Me sorprendía cuando pedía una copa para él, no cualquiera, puede consumir unas copas después de haber superado un alcoholismo.─ ¿Quieres bailar? ─ Preguntó observándome.─ Sí, ─ respondí extendiendo mi mano, la primera vez que habíamos bailado, había sido en mi cumpleaños número quince y de eso hacía ya unos cuantos años y a diferencia de esta vez, sus brazos me envolvieron posesivamente. Bailamos varias piezas abrazados, besándonos, decir que conversábamos era falso, nuestras bocas no se despegaban la una de la otra, solo tres copas y diez piezas en la pista, nos calentaron otra vez.Decidimos retirarnos rumbo al hotel, era mejor una sesión de sexo allá, que en otro baño del centro comercial, entre risas bajamos del carro con todos los paquetes que habíamos comprado. Lo mejor era comprar otra maleta, eso lo haría mañana. Llegamos a
Ashley FreetmanEran las diez de la mañana cuando desperté, había dormido demasiado. Nunca me había levantado tan tarde, salí con cuidado de la cama, me dirigí al baño, hice mis necesidades, lavé mis dientes, cepillé mi cabello y recogí en una cola alta, tomé una bata de seda y me la coloqué.Dejé que Noah, siguiera durmiendo un rato más. Me decidí acomodar todo, quizás si guardaba en las dos maletas de Noah y mía, no habría necesidad de comprar otra. Guardé todo en las maletas y el bolso de mano, consiguiendo el diario de mi madre, que ni siquiera había tenido tiempo de leerlo. Lo saqué y lo acomodé en la mesita de noche, para ojearlo más tarde. Llamé a mi padre y a tía Ivanna, hablé con mis hermanos y luego con tío Jordan, de último dejé a mi tía Valerie, cuadré con ella, lo del cumpleaños del pequeño Francho y Jonás. Seguía pensando que algo le sucedía a mi tía. Noah, se despertó observándome hablar por teléfono y haciendo planes con mi tía. Él, ingresó al baño y yo, duré cin
Llego a la pequeña sala de Star, observo los muebles y las sillas con los pacientes que están esperando, son las citas programadas.─ Buenos días, ─ saludo dirigiendo ahora mi visión hacia el escritorio vacío.─ Me pregunto internamente ¿Dónde estará mi asistente? ─ Bufo, ingresando hacia mi consultorio.─ Será irlos llamando yo, pero surge otra pregunta ¿Quién será el primero?─ Cuando levanto la vista, observo la cabellera negra azabache, totalmente suelta, que llega hasta el inicio de las costillas, de la mujer de piel morena; que yace sentada sobre mi escritorio, totalmente desnuda.─ Nervioso, paso el seguro de la puerta. Esta chiquilla, de verdad se las trae, ─ pienso moviendo mis pies hasta mi escritorio, quedando frente a la joven.─ Buenos días, Doctor. ─ Saluda con una sonrisa seductora, pasando sus largas uñas desde sus pechos puntiagudos, deslizándolos suavemente hasta sus muslos, totalmente abiertos sobre mi escritorio; dándome la visibilidad de su vagina, que al parec
─ ¿Valerie? ─ Le pregunté a Maigualida, cuando llegué.─ Llegó almorzar, señor y luego salió. Usted, sabe que esos eventos la mantienen de un lado a otro, para completar la niña Ashley, todavía está viajando y la señora Abigail, la niña la tiene muy ocupada, ─ expresó la mujer, excusando la asusencia de mi esposa. Yo, solo asentí con su explicación.─ ¿Va almorzar, señor? ─ Preguntó Maigualida.─ No, gracias Maigualida, ya almorcé, ─ le respondí. Subí las escaleras e ingresé a la habitación de mi hijo.─ Llegaste, ¿Mucho trabajo? ─ Preguntó volviendo a observar el ordenador, sabía que la pregunta era, porque no había venido almorzar.─ Algo, le di corrido para llegar temprano, comencé un poco tarde las consultas y no quise enviar pacientes a su casa, para que volviesen en la tarde, ─ le expliqué a mi hijo.─ Pero, te fuiste muy temprano de aquí, ─ recordó mi hijo.─ Sí, pero tuve una reunión primero, ─ mentí pasando la mano por mi cabello, no podía decirle en que perdí tiempo en la