Ashley FreetmanLa espuma se sentía deliciosa cubriendo hasta mis pezones, el agua tibia era muy relajante, los olores de esencias mezcladas, llenaban los sentidos con agrado. Como si todo fuese un tranquilizante, a excepción de los besos y las caricias de Noah, que de tranquilizantes, no tenían nada. Sobre todo, cuando sus dedos pellizcaban mis pezones y sus besos se deslizaban, desde mi cuello hasta mis hombros. Esta delicia en el Jacuzzi, se había convertido en nuestro despertar matutino, desde que llegamos hace tres días a este hotel.─ ¿No te cansas? ─ Le pregunté soltando un pequeño gemido, ya teníamos una hora en el jacuzzi y él, no deseaba salir todavía. ─ Nunca me cansaré de esto, ─ siseó mordisqueando mi cuello y presionando mis pechos. Noah, levantó sus caderas, frotando su miembro en toda mi entrada, ya sin ningún tipo de vergüenza lo tomé entre mis manos y lo introduje en mi interior, deslizándome completamente sobre esa dura erección, por segunda vez en esta mañana.
Ashley Freetman Era ya de noche, así que ingresamos a un restaurant, el cual era como especie de un club; cenamos y luego ingresamos un rato al club. Me sorprendía cuando pedía una copa para él, no cualquiera, puede consumir unas copas después de haber superado un alcoholismo.─ ¿Quieres bailar? ─ Preguntó observándome.─ Sí, ─ respondí extendiendo mi mano, la primera vez que habíamos bailado, había sido en mi cumpleaños número quince y de eso hacía ya unos cuantos años y a diferencia de esta vez, sus brazos me envolvieron posesivamente. Bailamos varias piezas abrazados, besándonos, decir que conversábamos era falso, nuestras bocas no se despegaban la una de la otra, solo tres copas y diez piezas en la pista, nos calentaron otra vez.Decidimos retirarnos rumbo al hotel, era mejor una sesión de sexo allá, que en otro baño del centro comercial, entre risas bajamos del carro con todos los paquetes que habíamos comprado. Lo mejor era comprar otra maleta, eso lo haría mañana. Llegamos a
Ashley FreetmanEran las diez de la mañana cuando desperté, había dormido demasiado. Nunca me había levantado tan tarde, salí con cuidado de la cama, me dirigí al baño, hice mis necesidades, lavé mis dientes, cepillé mi cabello y recogí en una cola alta, tomé una bata de seda y me la coloqué.Dejé que Noah, siguiera durmiendo un rato más. Me decidí acomodar todo, quizás si guardaba en las dos maletas de Noah y mía, no habría necesidad de comprar otra. Guardé todo en las maletas y el bolso de mano, consiguiendo el diario de mi madre, que ni siquiera había tenido tiempo de leerlo. Lo saqué y lo acomodé en la mesita de noche, para ojearlo más tarde. Llamé a mi padre y a tía Ivanna, hablé con mis hermanos y luego con tío Jordan, de último dejé a mi tía Valerie, cuadré con ella, lo del cumpleaños del pequeño Francho y Jonás. Seguía pensando que algo le sucedía a mi tía. Noah, se despertó observándome hablar por teléfono y haciendo planes con mi tía. Él, ingresó al baño y yo, duré cin
Llego a la pequeña sala de Star, observo los muebles y las sillas con los pacientes que están esperando, son las citas programadas.─ Buenos días, ─ saludo dirigiendo ahora mi visión hacia el escritorio vacío.─ Me pregunto internamente ¿Dónde estará mi asistente? ─ Bufo, ingresando hacia mi consultorio.─ Será irlos llamando yo, pero surge otra pregunta ¿Quién será el primero?─ Cuando levanto la vista, observo la cabellera negra azabache, totalmente suelta, que llega hasta el inicio de las costillas, de la mujer de piel morena; que yace sentada sobre mi escritorio, totalmente desnuda.─ Nervioso, paso el seguro de la puerta. Esta chiquilla, de verdad se las trae, ─ pienso moviendo mis pies hasta mi escritorio, quedando frente a la joven.─ Buenos días, Doctor. ─ Saluda con una sonrisa seductora, pasando sus largas uñas desde sus pechos puntiagudos, deslizándolos suavemente hasta sus muslos, totalmente abiertos sobre mi escritorio; dándome la visibilidad de su vagina, que al parec
─ ¿Valerie? ─ Le pregunté a Maigualida, cuando llegué.─ Llegó almorzar, señor y luego salió. Usted, sabe que esos eventos la mantienen de un lado a otro, para completar la niña Ashley, todavía está viajando y la señora Abigail, la niña la tiene muy ocupada, ─ expresó la mujer, excusando la asusencia de mi esposa. Yo, solo asentí con su explicación.─ ¿Va almorzar, señor? ─ Preguntó Maigualida.─ No, gracias Maigualida, ya almorcé, ─ le respondí. Subí las escaleras e ingresé a la habitación de mi hijo.─ Llegaste, ¿Mucho trabajo? ─ Preguntó volviendo a observar el ordenador, sabía que la pregunta era, porque no había venido almorzar.─ Algo, le di corrido para llegar temprano, comencé un poco tarde las consultas y no quise enviar pacientes a su casa, para que volviesen en la tarde, ─ le expliqué a mi hijo.─ Pero, te fuiste muy temprano de aquí, ─ recordó mi hijo.─ Sí, pero tuve una reunión primero, ─ mentí pasando la mano por mi cabello, no podía decirle en que perdí tiempo en la
─ Estoy segura que algo te sucede, Valerie. ─ Mencionó Abigail, observándome con Jordana, en mis brazos. La bebé, había pasado estos tres días más tranquila.─ Es la preparación de este evento tan extraño, ─ mencioné bajando mi mirada.─ Nunca un evento te había marcado esas ojeras, ni te había colocado cara de tragedia, ─ musitó Abigail, insistiendo.No pude evitar que una lágrima se escapara de mis ojos, la limpié apresurada, pero igual ella lo notó.─ ¿Sucede algo con mi hermano? ─ Preguntó dando en el clavo.Yo, me pregunté si es que ella, también lo ha notado extraño, respiré profundo, en el momento que Jordana, comenzó a llorar. Abigail, la tomó entre sus brazos para amamantarla.─ Samuel, tiene una amante, ─ le solté, ella me observó sorprendida.─ ¿Estás segura? ─ Preguntó sin dejar de amamantar a Jordana.Sin poder contener me le conté todo lo que había sucedido, tenía algo trancado en el pecho, parecía un nudo que no me permitía pasar ni el aire.─ ¿De quién sospechas? ─
Valerie GhillDurante dos horas, estuve en una tienda de ventas de artículos de decoración, compré lo de varios eventos, solicitando fuesen trasladados a las direcciones indicadas, de allí me dirigí a buscar a mi hijo, en su escuela; estaba pensando seriamente en lo del transporte para trasladarlo a una institución educativa. Esperé cinco minutos que Sebastián, saliera. De allí nos dirigimos a la casa. Samuel, no llegó almorzar nuevamente, me pregunté si estaría con ella, esto se estaba convirtiendo en una zozobra cada minuto y las preguntas volvían a mi mente. ¿Ya no me ama? ¿Qué sucedió? me atormentaba cada segundo, con ese tipo de preguntas.Subí a la habitación, acomodé su ropa de casa sobre la cama y sus implementos de higiene personal, cambié las toallas del baño y le dejé las sales al lado del Jacuzzi, por si deseaba usarlo. Bajé las escaleras, me despedí de mi hijo y de Maigualida. Me dirigí a la agencia, desde allí continúe con las planificaciones de todos los eventos, el m
Valerie Ghill.─ Me gustas mucho, Valerie. ─ Pronunció las mismas palabras de la vez anterior, besó mi cuello, haciéndome estremecer nuevamente.─ No te soy indiferente, ─ siseó volviendo a besar mi cuello, erizando todos mis bellos.─ Es normal, estoy herida y muy dolida, pero no puedo dejarme llevar por una pasión, que no sentiría en circunstancias normales, ─ pronuncié tratando de convencerme a mí misma, de mis propias palabras.─ La atracción cuando se da no importan las circunstancias, ─ mencionó pasando la punta de su nariz por mi nuca. Giré mi cuerpo y me arrepentí, su erección, ahora estaba contra mi pelvis.─ Amo a mi esposo, semanas atrás esto no estuviese sucediendo, ─ pronuncié.─ Está sucediendo, así sea, porque estás dolida y semanas atrás, también hubiese sucedido, ─ mencionó buscando nuevamente mis labios.─ Por favor, ─ mencioné posando mis manos sobre su pecho, para que retrocediera, ─ suspiró acomodando su mentón en mi cabeza, encerrando mi rostro en su cuello, inu