Ashley Freetman.Llegué a la sala de médicos, saludé a los cuasi colegas, los cuales respondieron con el mismo ánimo. Siempre me trataban como si fuese un médico más de su equipo y yo, aprendía un poco de cada uno de ellos. Noah, no estaba en la sala de médicos, no pregunté nada para no demostrar mi interés por él, volví a la sala de enfermería, con Mésele, y dos enfermeras más. Nos dispusimos a realizar el recorrido por el largo piso, junto al carrito que llevaba todos los medicamentos. Ingresamos a la primera habitación conformada por seis pacientes, los cuales estaban en áreas separadas por cortinas color verde oscuro. El primer niño, al verme sonrió y mi corazón se apretó al notar la alegría de su rostro.─ ¡Ashleyyyy! ─ susurró el pequeño, partiéndome el corazón por todos los días que dejé de venir al hospital. Coloqué el dedo en mi nariz para que hiciera silencio. Ellos, sabían que si algún doctor, descubría a un estudiante interactuando con tanta confianza, nos llamarían
Ashley Freetman.El recorrido por las otras habitaciones fue lo mismo, hasta que llegamos a la última habitación. Me sorprendí al ver al niño que estaba nuevamente hospitalizado.─ ¿Jonás? ─ Musité acercándome apresurada hasta él.─ Ashley, ─ sonrió al verme, observé a su madre, que estaba sentada en el mueble con cara de preocupación. Esta era una de las mejores habitaciones, tenía dos camas con dos cómodos sofás, al lado de cada cama y este tipo de habitaciones que estaban en esta ala del piso siete, era para personas con recursos económicos elevados que podían darse ciertos lujos, otra ala tenían habitaciones de una sola cama las cuales eran las más costosas. Observé el rostro del niño, con el mayor de los dolores en mi pecho y agradecí que no estuviesen otros médicos a mi lado, que pudiesen notar las lágrimas que estaba reteniendo, para que no se desbordaran.─ ¿Qué hacen aquí? ─ Pregunté a su madre, preocupada por Jonás. Él, era uno de los niños que había tenido su alta
Ashley Freetman─ Es nuestro trabajo, ─ sonrió el hombre, correspondiéndole a Noah, quien volvió a colocar el brazo alrededor de mi cintura. ─ No tengo hambre, ─ murmuré una vez tomamos el camino hacia el ascensor.─ Necesitamos un café, esta será una larga noche, ─ mencionó Noah.─ No sabía que se había presentado una emergencia, ─ le dije ingresando al ascensor.─ En este piso no, pero si en el uno, en el área de urgencias, habrá un nuevo ingreso por servicio social, más tarde lo subirán al piso, ─ informó, el ingreso por servicio social, solo significaba que la familia no tenía recursos para costear los gastos de una enfermedad. Suspiré saliendo del ascensor y caminando el largo pasillo, hasta llegar a uno de los cafetines del hospital.─ No puedes permitir que un paciente te afecte tanto, no podemos bloquearnos, Ashley. ─ Protestó Noah, sabía que esta invitación era para reprocharme mi comportamiento.─ ¿Cómo puedo convertirme en un ser que no soy? ─ Me sinceré con él. ─
Ashley Freetman─ ¿Ya estás lista? ─ Preguntó mi hermana Samantha, parada en el umbral de la puerta de mi alcoba, dirigí mi visión hacia ella, tenía dos coquetas coletas en su largo cabello rubio y ondulado, como el de mi tía Ivanna. ─ ¿Todavía? ¿Qué tanto te arreglas? ─ Se quejó mi hermano Andrew, llegando también al umbral de mi alcoba, al contrario de Samantha, su cabello era pelirrojo como el de mi padre y el mío, pero en físico Andrew y yo, nos parecíamos demasiado a mi tía Ivanna, versión pelirroja, mientras que Samantha, era más parecida a mi padre; ellos eran unos mellizos, que no eran idénticos aunque tenían muchas similitudes. ─ ¿Cuál es el afán? ─ Le pregunté a mis hermanos, que todavía no entiendo, como resultaron invitados a la salida que teníamos Noah, Jaime y yo. ─ Jaime y su padre, ya están abajo esperándonos, ─ mencionó Samantha, y eso fue suficiente para aplicar apresurada el brillo labial, tomar la colonia y aplicarme un poco, observar mi cabello en el espejo, t
Ashley Freetman─ ¿Vemos primero la cartelera del cine o vamos por un helado? ─ Le pregunté a los chicos, al bajar del automóvil.─ Helado, cine y cena, en ese orden, ─ concluyó Noah, acercándose y rodeando mi cintura delante de los niños, que al parecer estaban más entusiasmados con la salida, que pendiente de lo que hacían los adultos. Samantha, se acomodó en el medio de los dos niños y enredó cada uno de sus brazos, en los brazos de ellos. Los tres iniciaron la caminata y nosotros tras ellos. Como supuse ,el centro comercial estaba full. Samantha, se detuvo en una de las vidrieras, que exhibían peluches envueltos en papel celofán y adornados con globos; parecían arreglos especiales para enamorados. Sonreí con el romanticismo de mi pequeña hermana, la cual giró de pronto su cabeza.─ ¿Traites tus tarjetas? ─ Preguntó con una gran sonrisa reflejada en su rostro. ─ Sí, pero no estamos aquí para realizar compras, ─ la frené de una vez, mi pequeña hermana, era de las que se volví
Ashley FreetmanSamantha, suspiró frustrada sabiendo que no podía ni tocar una tarjeta, ni de débito, ni crédito. Recuerdo que ese mismo castigo me lo impuso mi tía a mis diez u once años, según ella, mi tía Valerie y mi madre, me habían convertido en compradora compulsiva. Sonreí recordando que mi tío Jordan, me compraba escondido.─ ¿Por qué sacaste tú tarjeta? ─ Preguntó Noah, en mi oído para después mordisquearlo y rodear mi cintura. Dirigí mi visión hacia los niños, los cuales todavía estaban en el Star de las cotufas, haciendo la cola y hablando entre ellos.─ Quizás porque deseaba que me abrazaras y me besaras, ─ le dije a mi novio, él sonrío complaciéndome con un ligero beso en los labios, nos acercamos a los niños, cuando les despacharon las cotufas.─ ¿Dónde está Andrew? ─ Preguntó Noah, observando a los dos niños.─ Le pedimos hacer la cola para los refrescos, ─ mencionó Samantha, señalando a mi hermano en la cola. Me acerqué hasta él, para ayudarlo cuando le estaban d
─ No, podemos regresarnos después que te despidas o te quedas en mi casa. ─ Responde con tranquilidad. ─ ¿Tú casa o la de tú padre? ─ Pregunté besando ligeramente sus labios.─ De ambos, recuerda que heredé la parte que dejó mi madre, ─ mencionó besándome. ─ Se enfriaran las cotufas, ─ mencioné besándolo nuevamente y soltándome luego de sus brazos. Saqué las cotufas del microondas y acomodé las bolsitas en una bandeja. Noah, tomó la bandeja de los refrescos, y yo, de las cotufas y salimos hacia la sala. Los niños, habían acomodado los cojines sobre el piso, observé la pantalla que los tenía a todos demasiado entretenidos y hasta abrazando ambos niños a Samantha.─ ¿Qué ven? ─ Les pregunté.─ Una película de vampiros, ─ sonrió Samantha. Me acerqué entregándole las cotufas y Noah, los refrescos, luego se retiró dejándonos en la sala y yo, me acomodé en el sofá detrás de los niños, pendiente que la película no tuviese censura. Noah, llegó con cobijas que entregó a los niños y
Ashley Freetman─ Sí, pero no deseo que nadie se entere hasta el día de la cena, ─ mencioné mirándola directamente a sus ojos.─ Entonces perdí mi apuesta, ─ mencionó frustrada.─ Técnicamente Noah, no me presentó hoy como su novia, daremos la noticia el día de la cena, ─ mencioné sonriendo, entendiendo porque no había reaccionado como siempre lo hacía.─ Creo que Jaime y yo, tenemos un cincuenta y cincuenta por ciento, porque Andrew, perdió la apuesta totalmente. ─ Aclaró pensativa. ─ Creo que debes consultarlo con Jaime, después de la cena que daremos y juntos toman una decisión, ─ le mencioné, ya que la notaba un poco preocupada. ─ Yo, ya me cobré la apuesta, ─ mencionó frustrada.─ Solo es cuestión de hablarlo con Jaime, podemos volver a salir y que él, escoja las películas. La tranquilicé, y Samantha, sonrió.─ La verdad, es que deseo que se tarden más en ese viaje, ─ Siseó.─ Samantha, no fue tú culpa, simplemente no era el momento de presentarme como novia, ya tenemos u