Valerie Ghill─ Eres tan suave, Valerie. ─ Jadeó mordiendo mi clavícula y moviendo sus manos debajo del vestido, apretando mi carne, haciéndome sentir más su dureza. Jadeó buscando nuevamente mis labios, mis manos se hundieron debajo de su saco, acariciando su tórax y sus hombros, sorprendiéndome lo duro que eran sus músculos, seguramente ejercitados. La diferencia entre el cuerpo de Samuel, poco ejercitado y el de Lumbardi, fue inmediato. Me agradó sentirlo tan firme y no solamente en su parte superior, sino en su entrepierna, que en este momento estaba golpeando la mía. Sus manos, subieron mucho más, acariciándome y levantando consigo el vestido, el cual se enrolló en mi cintura negándose a seguir cediendo; sus brazos me rodearon acercándome a su torso, elevando mis manos a su cuello y siendo yo, ahora la que comenzara a morderlo.Él, apretó mis nalgas y haló el hilo dental, haciéndome jadear con el roce que causó en mi vagina, con la prenda íntima. Estaba tan encendida con
Valerie Freetman.─ ¡Valerie! ─ se apresuró Lumbardi, atrapándome a mitad de camino. Giró mi cuerpo y me abrazó.─ ¿Qué sucede? ─ Preguntó posando mi cabeza en su pecho.─ No lo sé, ─ sisee consternada por los dos sentimientos que estaban atravesando mi pecho. Uno, el de querer salir corriendo para no sufrir las consecuencias futuras; y otro, el deseo de quedarme y dejarme llevar, sin importarme lo que suceda posteriormente.─ Solo es miedo a una nueva relación, ─ pronunció besando la Coronilla de mi cabeza.─ ¿Nueva relación? ─ Susurré y Lumbardi, levantó mi mentón buscando mis labios.─ Nueva relación, ─ respondió ratificando sus palabras. Ambos nos observamos. – Deseo intentarlo contigo, Valerie. ─ Confirmó dándome un poco mas de seguridad, esa que estaba ausente en este momento en mi cuerpo, en mi pecho y en mi mente; asentí moviendo mi cabeza. Sus labios volvieron a los míos y me dejé llevar, perdiéndome entre sus besos. Lumbardi, se inclinó un poco, pasando su brazo p
Valerie Freetman & Franchesco Lumbardi.─ ¿Por qué tan cubierta? ─ Pegué un salto cuando escuché su voz. Lumbardi, me rodeó desde mi espalda llevando sus manos a mis pechos y soltando la sabana que tenía su envoltorio alrededor de mis pechos. La sábana cayó a mis pies y él, comenzó a masajear mis pechos con sus manos y a besar mi cuello.─ Estaba pensando en darme una ducha, ─ pronuncié.─ Está bien, vamos entonces, ─ mencionó soltándome y pasando por mi lado. Encendió la ducha de agua caliente, luego extendió su mano para que la tomara, me guió hasta la ducha y volvió acomodarse a mi espalda, quedando los dos bajo la cascada de agua, movió mi largo cabello hacia un lado, pasándolo por mi cuello, para que quedara sobre mi hombro derecho. Sus brazos me rodearon acercando más mi espalda a su pecho y mi trasero a su pelvis.─ Ahora, me gustas más, ─ siseó besando mi cuello, mientras sus manos amasaban mis pechos, estrujándolos con fuerza. Una de sus manos se deslizó a mi vientre y lu
Franchesco Lumbardi─ Vamos para que conozcas la isla y comprar unos trajes de baño, ─ invité a Valerie, guiándola para dar una pequeña caminata antes de salir a comprar, lo que necesitábamos.─ Señor, ya sus ropas están limpias, ─ pronunció una de las mujeres de servicio, refiriéndose a la ropa que traíamos puesta anoche.─ Llévelas a nuestra habitación, ─ le pedí a la mujer. Valerie, me observó.─ ¿Nuestra habitación? ─ Preguntó dejándose guiar.Observé sus ojos y estaban nuevamente triste, seguramente había hablado con su ex por teléfono. Todavía tenía la espinita de su llamada en la madrugada, me había guardado las ganas de quitarle el teléfono a Valerie y aclararle a su ex, que estaba conmigo y que él, ahora no tenía derecho a estarla llamando para asuntos que no fuesen relacionados con Sebastián.─ Sí, nuestra habitación, ─ sonreí.─ Sebastián, no puede enterarse de nada, ─ mencionó y mi sonrisa desapareció.─ No quiero que piense que yo...─ Él, nunca pensaría mal de ti, ─ int
Franchesco Lumbardi.─ Ella necesita a su lado a alguien que la cuide y la proteja. Tú, algún día te irás a estudiar o te casarás y Valerie, quedará sola. Eso no sería justo si a ella se le presenta otra oportunidad. ─ Traté de hacer reflexionar al adolescente, pero Sebastián, no estaba muy complacido con mi reflexión. Observé a lo lejos a las dos mujeres, que ahora, se habían sentado en la arena a conversar.─ El próximo fin de semana estaremos en España. ─ Le dije a los chicos.─ ¿Hay un evento? ─ Preguntó Aleska, emocionada.─ No, tengo una reunión entre empresarios, pero asistiremos todos, ya que están invitados los grupos familiares, ─ les dije. Aleska, se acostó en la arena y Sebastián, hizo lo mismo. ─ Esas reuniones de negocios, así estén las familias, son muy aburridas, ─ protestó mi sobrina.─ Sebastián y tú, pueden quedarse en las instalaciones del hotel después del almuerzo, ─ le indiqué. Mi sobrina, sonrió y Sebastián, la observó con curiosidad.─ Buscaré unos refres
Franchesco Lumbardi.El toque de la puerta me despertó, Valerie se sobresaltó y me observó nerviosa.─ Franchesco, estaremos en la playa, ─ escuchamos la voz de mi hermana Frenna.─ Ahora vamos, ─ respondí.─ ¡Por Dios! ─ susurró Valerie, hundiendo su rostro en mi pecho.─ No pasa nada, ─ musité envolviéndola más de lo que la tenía.─ Pudo ser Sebastián, ─ reflexionó.─ Vamos para la playa, te aseguro que Sebastián, se acostumbrara a vernos juntos, además ya va comenzar la época navideña y no es justo que ustedes estén tan tristes. ─ Expresé. ─ No deseo ni pensar en esa época y tampoco en acción de gracias, ─ pronunció.─ Pues, piensa bastante, porque hay que decorar mucho, ─ pronuncié sonriendo, porque sé que eso le despeja mucho la mente de los problemas.─ Iré para la otra habitación a cambiarme, ─ concluí besándola y luego levantándome, antes de que mi cuerpo se animara más y de verdad Sebastián, nos consiguiera. Llegué a la habitación contigua, ingresé al baño, hice las necesi
Franchesco Lumbardi.─ Bufé cuando observé la rubia que se acercaba.─ Franchesco, mi amor, ─ besó cada una de mis mejillas.─ Con su permiso, ─ pronunció Valerie, retirándose. Fui a detenerla, pero la rubia fue más rápida, tomando mis manos para envolver uno de mis brazos en los suyos, ─ maldije internamente, ya que este tipo de situaciones habían sucedido continuamente desde que llegamos de la isla, donde pasamos el mejor fin de semana de mi vida.─ Tú, cómo siempre sorprendiéndome con tus hoteles, sigo pensando que debes darme un campo para mis excursionistas. ─ Alega la mujer. ─ Ya te he dicho que puedes hospedarlos en cualquiera de mis hoteles, siempre y cuando estén disponible los servicios, ─ Le recuerdo. Ella, tenía una agencia turística muy famosa, y deseaba la exclusividad de mis hoteles para su agencia. Propuesta que me había negado en varias oportunidades y esta vez no sería la excepción.Observé a Ashley, ella estaba cerca de nosotros dando unas órdenes y unos pasos más
Franchesco Lumbardi.Regresé al salón de fiesta, que habían alquilado para el evento de esta noche, pregunté por Valerie, me informaron que ya se había retirado. Me dirigí a buscar la llave maestra y luego seguí a la habitación de Valerie, toque la puerta y nadie me abrió, busqué la llave maestra en mi bolsillo y procedí a ingresar. Pasé la sala de Star, observé la puerta del balcón abierta, me dirigí hasta allá, pero Valerie, no estaba en el balcón. Llegué hasta la habitación observando la cama vacía, pero en el baño se escuchaban ruidos. Me desvestí e ingresé al baño. Valerie, se estaba duchando, moví la mampara y ella, giró su cuerpo observándome.─ Pensé que te habías retirado, ─ mencionó observándome.─ ¿Para dónde? ─ Le pregunté metiéndome bajo el agua con ella.─ Con la chica que saliste, ─ musitó moviendo los hombros, se giró dándome la espalda tomando el jabón.─ Solo los acompañé hasta el estacionamiento, ─ mencioné sonriendo. Ella, parecía celosa, rodee su cuerpo quitá