Franchesco Lumbardi─ Vamos para que conozcas la isla y comprar unos trajes de baño, ─ invité a Valerie, guiándola para dar una pequeña caminata antes de salir a comprar, lo que necesitábamos.─ Señor, ya sus ropas están limpias, ─ pronunció una de las mujeres de servicio, refiriéndose a la ropa que traíamos puesta anoche.─ Llévelas a nuestra habitación, ─ le pedí a la mujer. Valerie, me observó.─ ¿Nuestra habitación? ─ Preguntó dejándose guiar.Observé sus ojos y estaban nuevamente triste, seguramente había hablado con su ex por teléfono. Todavía tenía la espinita de su llamada en la madrugada, me había guardado las ganas de quitarle el teléfono a Valerie y aclararle a su ex, que estaba conmigo y que él, ahora no tenía derecho a estarla llamando para asuntos que no fuesen relacionados con Sebastián.─ Sí, nuestra habitación, ─ sonreí.─ Sebastián, no puede enterarse de nada, ─ mencionó y mi sonrisa desapareció.─ No quiero que piense que yo...─ Él, nunca pensaría mal de ti, ─ int
Franchesco Lumbardi.─ Ella necesita a su lado a alguien que la cuide y la proteja. Tú, algún día te irás a estudiar o te casarás y Valerie, quedará sola. Eso no sería justo si a ella se le presenta otra oportunidad. ─ Traté de hacer reflexionar al adolescente, pero Sebastián, no estaba muy complacido con mi reflexión. Observé a lo lejos a las dos mujeres, que ahora, se habían sentado en la arena a conversar.─ El próximo fin de semana estaremos en España. ─ Le dije a los chicos.─ ¿Hay un evento? ─ Preguntó Aleska, emocionada.─ No, tengo una reunión entre empresarios, pero asistiremos todos, ya que están invitados los grupos familiares, ─ les dije. Aleska, se acostó en la arena y Sebastián, hizo lo mismo. ─ Esas reuniones de negocios, así estén las familias, son muy aburridas, ─ protestó mi sobrina.─ Sebastián y tú, pueden quedarse en las instalaciones del hotel después del almuerzo, ─ le indiqué. Mi sobrina, sonrió y Sebastián, la observó con curiosidad.─ Buscaré unos refres
Franchesco Lumbardi.El toque de la puerta me despertó, Valerie se sobresaltó y me observó nerviosa.─ Franchesco, estaremos en la playa, ─ escuchamos la voz de mi hermana Frenna.─ Ahora vamos, ─ respondí.─ ¡Por Dios! ─ susurró Valerie, hundiendo su rostro en mi pecho.─ No pasa nada, ─ musité envolviéndola más de lo que la tenía.─ Pudo ser Sebastián, ─ reflexionó.─ Vamos para la playa, te aseguro que Sebastián, se acostumbrara a vernos juntos, además ya va comenzar la época navideña y no es justo que ustedes estén tan tristes. ─ Expresé. ─ No deseo ni pensar en esa época y tampoco en acción de gracias, ─ pronunció.─ Pues, piensa bastante, porque hay que decorar mucho, ─ pronuncié sonriendo, porque sé que eso le despeja mucho la mente de los problemas.─ Iré para la otra habitación a cambiarme, ─ concluí besándola y luego levantándome, antes de que mi cuerpo se animara más y de verdad Sebastián, nos consiguiera. Llegué a la habitación contigua, ingresé al baño, hice las necesi
Franchesco Lumbardi.─ Bufé cuando observé la rubia que se acercaba.─ Franchesco, mi amor, ─ besó cada una de mis mejillas.─ Con su permiso, ─ pronunció Valerie, retirándose. Fui a detenerla, pero la rubia fue más rápida, tomando mis manos para envolver uno de mis brazos en los suyos, ─ maldije internamente, ya que este tipo de situaciones habían sucedido continuamente desde que llegamos de la isla, donde pasamos el mejor fin de semana de mi vida.─ Tú, cómo siempre sorprendiéndome con tus hoteles, sigo pensando que debes darme un campo para mis excursionistas. ─ Alega la mujer. ─ Ya te he dicho que puedes hospedarlos en cualquiera de mis hoteles, siempre y cuando estén disponible los servicios, ─ Le recuerdo. Ella, tenía una agencia turística muy famosa, y deseaba la exclusividad de mis hoteles para su agencia. Propuesta que me había negado en varias oportunidades y esta vez no sería la excepción.Observé a Ashley, ella estaba cerca de nosotros dando unas órdenes y unos pasos más
Franchesco Lumbardi.Regresé al salón de fiesta, que habían alquilado para el evento de esta noche, pregunté por Valerie, me informaron que ya se había retirado. Me dirigí a buscar la llave maestra y luego seguí a la habitación de Valerie, toque la puerta y nadie me abrió, busqué la llave maestra en mi bolsillo y procedí a ingresar. Pasé la sala de Star, observé la puerta del balcón abierta, me dirigí hasta allá, pero Valerie, no estaba en el balcón. Llegué hasta la habitación observando la cama vacía, pero en el baño se escuchaban ruidos. Me desvestí e ingresé al baño. Valerie, se estaba duchando, moví la mampara y ella, giró su cuerpo observándome.─ Pensé que te habías retirado, ─ mencionó observándome.─ ¿Para dónde? ─ Le pregunté metiéndome bajo el agua con ella.─ Con la chica que saliste, ─ musitó moviendo los hombros, se giró dándome la espalda tomando el jabón.─ Solo los acompañé hasta el estacionamiento, ─ mencioné sonriendo. Ella, parecía celosa, rodee su cuerpo quitá
Noah Hanks.─ ¿Tía Valerie está bien? ─ Preguntó Caleb.─ Está triste, pero en unas cuantas semanas estará bien, ─ pronunció Ashley, tranquilizando al niño.─ Seguramente se divorció de Samuel, ─ refirió Jaime. Para mi hijo, era más comprensible lo que estaba sucediendo con Valerie, ya que había vivido la experiencia de Katty y mío, aunque en realidad nosotros no tuvimos complicaciones, para divorciarnos.─ Y, ¿Viene para el almuerzo que vamos a dar? ─ Preguntó Caleb, con curiosidad.─ Sí, ya yo hablé con Lumbardi, en realidad debería de ser la cena de acción de gracias, pero no deseamos que vuelvas a contraer un virus. ─ Expresó Ashley, con una sonrisa. Decidí ingresar a la habitación y no estar de cotilla en el umbral de la puerta, aunque me agradaba mucho observar la interacción de Ashley, con los niños. ─ Estoy esperando ansioso ese almuerzo, ─ pronuncio sonriendo, ya que anunciaremos nuestra boda. Me acomodo en la cama con Ashley, y los dos niños.─ Yo, también estoy esperán
Noah Hanks─ Deja la ansiedad, la daremos después del almuerzo, ─ musita besando ligeramente mis labios.─ Entonces pasemos a degustar ese almuerzo, ─ musito y ella, suelta una risilla.─ Bueno, tú eres el anfitrión, invítalos a todos a la mesa, ─ murmura con una sonrisa y... no ha culminado de decirlo, cuando ya los estoy invitando a todos, a degustar del almuerzo que ha organizado mi novia.Valerie y Abigail, le indican a todos los puestos, perfectamente organizados por vínculos familiares. Ethan, junto a su esposa Samantha. Andrew, junto a su esposa Hailey. Jordan, junto Abigail y sus hijos: Cesar, Leonardo, Jean Carlos y la pequeña Hailey. Valerie, tiene a un lado a Lumbardi, el cual le tiene rodeada la cintura y le está susurrando algo en el oído. Del otro lado está Sebastián, junto a la adolescente española y su madre. Maximiliano, está junto a Ivanna, la cual tiene cargada a la pequeña Lissie; sus hijos Andrew y Samantha, están a su lado. Jaime, se acomoda al lado de S
Ashley Freetman─ Todo está tan hermoso, ─ murmura Jaime, mientras estamos haciendo el recorrido por cada área del hotel Lumbardi. Caleb, solo está embelesado observando toda la decoración.─ Te vas a babear, ─ bromea mi hermana Samantha, fingiendo limpiar la barbilla de mi hermano Andrew.Hoy, los había traído para que viesen como había quedado la decoración navideña.─ ¿Cuándo compramos todo para la casa? ─ Pregunta Jaime.─ ¿No tienen adornos navideños? ─ Preguntó Andrew.─ El abuelo y papá, nunca se han preocupado por eso, ─ menciona moviendo sus hombros.─ Pero este año, ninguna de las casas puede quedarse sin adornos, ─ pronuncia tía Abigail, llegando con unas bolsas y con más adornos navideños.Los chicos, se ríen con ella ilusionados.─ Vamos a comernos las ricas galletas que traje, ─ nos invita y los chicos hacen un alarido emocionados.─ ¿Son navideñas? ─ Pregunta Caleb, con su mirada ilusionada.─ Todo es navideño, estamos en el mes de la navidad, ─ sonríe tía Abigail.