Observó la gran mansión ante mí y un sentimiento de desesperación junto con muchas ansias me invade, no quiero estar aquí, no quiero tener que l
Las miradas eran extrañas, mi madre estaba tan tensa y el señor Elios no se veía para nada cómodo, no lo comprendí, pero entonces justamente cuando note que el señor Elios estaba decidió a hablar, mientras intercalaba una mirada en mi expresión perpleja para las dos personas a mí alrededor, mi madre hablo apresurada, impidiendo que el señor Elios, siquiera pudiese decirme algo, pues la verdad parecía estar dispuesto a contarme todo, pero mi madre apresurada habló con su voz cansina y poco ronca después de aquel grito que acababa de dar--No ocurre nada… Solo que me desperté y admiré a un hombre extraño… Así que me asusté un poco… Lamento asustarlo ¿señor Elios? ¿Así lo llamo mi hija? — noté como mi madre observaba al señor Elios y este parecía debatirse entre el mismo, pu
Observaba atenta cada movimiento que este daba mientras conducía hacia la mansión Rut, la verdad no imagine que él supiese que allí vivía ahora, pero deduzco que seguramente Ferka debió contarle, seguramente le debió contra como su insufrible esposa estaba arruinando su vida y haciendo sufrir a su amada, un trago amargo al imaginar a Ferka hablar miles de cosas horribles de mí con su amigo me logró tapar la garganta y revolverme las entrañas, juro que odio esta posición en la que me encuentroPues estoy en punto en el que no quiero estar con él, pero otra parte de mí ruega porque le me mire, porque me diga que me ama, mientras otra me regaña por no ser más que una ridícula, un ser patético que no merece más que ese trato miserable por no quererse más de lo que supuestamente suelo profesar, pues según esa parte de mi interior, solo m
Di un respingo al escuchar su voz, a lo que gire sobre mis talones y lo vi a él, con su estatura imponente y sus rasgos tan bien delineados, no había duda que este hombre era hermoso, el niño que una vez yo considere el niño más hermoso que jamás había visto, se convirtió en el hombre más hermoso que jamás había logrado ver, era una lástima que no se había convertido en no más que un descarado y un ser sin fundamento para mí, no era alguien al que yo le debía la misma idolatría que tenía desde que era una niña, pues él no había hecho más que decepcionarme a cada instante que tenía cerca de él, justamente como lo hacía ahora—¿Debo darte explicaciones de mis acciones acaso? Hasta donde tengo entendido que mi esposo no me da explicaciones a mí… Dame permiso quiero ir a dorm
—Debes tomar con más calma o te vas a ahogar… No sabía que estabas tan de mal humor…—el whisky que tomaba justo en ese momento me supo aún más margo en ese momento, estaba de pésimo humor y verlo allí a él, solo me hacía ponerme de un peor humor, pero de una manera sorprendentePero yo lo había llamado, yo le había dicho que nos viéramos aquí, aunque aún no sé por qué estoy tan irritado con mi amigo, por todos los cielos el único amigo que tengo, el que conozco desde que inicié mi adolescencia en New York él es el gran amigo con él conté después de mi recuperación y el que me ha apoyado en todo este tiempo, pero verlo ahora simplemente, me molesta demasiado, juro que quiero golpearlo y aún no comprendo a qué va todo este sentimiento pues no debería ser de esa manera<
—¿Estás segura de que no quieres irte con nosotros? Te dejaré el puesto de adelante para que coquetees con el abogado lindo…—escuche el comentario de aquella chica y sin duda alguna no me agrado para nada, pero lo peor es que aún no comprendía que ocurría, y porque ocurríaYo no era de esa clase, yo no era un hombre que se dejara llevar por bajos instintos, y mucho menos por una don nadie como era ella, no era nadie para mí, no era más que esa mujer oportunista que se casó conmigo plagada de artimañas para poner al abuelo de su lado y hacer que yo firmara ese maldito papel por insistencia del abuelo, no hay otra razón, estoy seguro de que no la hay, ahora no entiendo por qué estoy actuando de esta manera, aún no lo comprendo, pero no me agrada para nada este sentimiento—Yo…—note la duda en sus ojos, pero sabía que s
No podía creerlo, no podía, estoy encerrada, tanto era mi frustración, que me había quedado dormida en la puerta de la habitación, luego de estar cansada de patear y maldecir a Ferka, no puedo creerlo, malvado hombre maligno y oscuro, no eres más que un ser maligno, no te cansas de tratarme mal, no te cansas de burlarte de mí, no puedo creerlo, por un segundo cuando él me había besado me sentí en el cielo, me sentí tan realizada, él me había besado, él me había dado mi segundo beso al igual que el primero.Por un segundo creía que todo cambiaría, que él actuaría de manera distinta, que él me mostraría amor y cariño, que seriamos una verdadera pareja de esposo, que estaríamos juntos y que realizaríamos nuestras metas juntos, que nada nos separaría, pero al escuchar sus palabras de burla, me siento tan mal
Doy un suspiro y respeto la libertad, cuanto la extrañaba, por dios ya estoy igual de dramática que Yesica, no puedo ser tan dramática, no puedo simplemente actuar de esa manera, no puedo seguir, así, esto es algo cansino y yo vivo metida en un drama en el que tengo que sufrir hasta la mitad de la historia, mientras que el protagonista se da cuenta que me ama, mi vida no es una historia absurda creada por una adolescente, mi vida es algo serioUna vida en la que tengo preocupación y tengo obligación, entre ella es mi madre y mis estudios, tengo que concentrarme en ellos y con estas personas en mi vida nada ha vuelto a ser lo mismo, solo hay problemas y peleas, algo que solo pasaba cuando estaba en la mansión Lup por cortos momentos, ahora se ha vuelto el pan de cada día, y para ser sincera ya me estoy hartando de ello, observo mi teléfono el cual no ha parado de sonar desde esta mañana y noto que se trata d
—Mamá… Mamá… No… No… Por favor no… No mamá… —no podía simplemente aceptarlo, esto parecía una broma de muy mal gusto, algo que estaba devorándome por completo, tanto era si, que me había metido en medio de los doctores e intentaba ser yo quien le diera los primeros auxilios para resucitarla, mientras los doctores parecían desesperados por sacarme de allí—Sáquenla de aquí… No puedes estar aquí Jenica, si sigues aquí no permitiré que nunca te gradúes… Así que fuera…—no podía, no podía, no me importaba en lo más mínimo ese maldito título, quería a mi madre de vuelta, quería que ella estuviese conmigo de nuevo, que no me abandonaraPero entonces logró sentir unos brazos rodeándome y sacándome del