Aunque Marius adoraba su trabajo y también adoraba a Noelia, odiaba no tener la mente clara porque no podía dejar de pensar en ella en cualquier instante. Era como un adolescente que tenía un único pensamiento rondando permanentemente en la cabeza, Noelia sonriendo, Noelia besándolo, Noelia comiendo helado y manchándose el labio para después lamerlo de una forma tan sexy que a Marius le parecía que no había visto nada más sorprendente que eso en su vida, Noelia sonrojándose, Noelia gimiendo su nombre, Noelia, Noelia, Noelia… ella siempre en cada una de sus facetas y es que tenía tantas y a él le encantaba descubrirlas quedando fascinado y embelesado con cada una de ellas.Pero en ese instante, no tenía permitido pensar en la joven, estaba haciendo una reconstrucción mamaria, era momento de concentrarse en su trabajo y dejar a la chica lejos de sus pensamientos. Debía recordar que él era un profesional y no podía permitirse ninguna distracción, porque un fallo suyo podía significar una
Noelia se moría porque las clases terminaran, últimamente odiaba permanecer más de lo necesario en la universidad, aun así no dejaba de ser una de las mejores alumnas de su generación. No obstante, en estas dos semanas comparado con los años atrás ya no caía en el estereotipo de alumna matada.Pero eso se debía a Marius, el hombre que había conocido semanas atrás como su sugar y que ahora muy orgullosamente podía llamarlo su novio. Quien, por cierto, le llamaba en ese preciso instante.«Por dios dónde está ese maldito móvil»Maldijo un par de veces metiendo la mano en su bolso, cogiendo el celular justo un toque antes de que esté dejara de sonar.Uno, dos, tres tonos de llamada y justo cuando Marius ya iba a colgar el teléfono, escuchó la inconfundible voz de Noelia al otro lado de la línea.—Marius ¡Hola mi vida!— ¿Hola cariño, qué tal fueron tus clases hoy?— preguntó el francés esperando a que la joven le respondiera.—Aburridas— respondió con sinceridad Noelia.Eloise quien acabab
—Pasen, el doctor Lorraine las está esperando. ¿Quieren un café, un té o algo de beber? — preguntó la secretaria y las dos chicas negaron a la vez sin detenerse, caminando juntas hasta la puerta acristalada de la oficina del dueño de la clínica.Marius se había encargado de poner el corriente a Mathew de todo lo que él había investigado Brigitte, y ambos coincidían en que aquello era muy extraño.— Bienvenidas chicas — a pesar de ser cordial en ese momento para Marius era algo incómodo que Eloise estuviera allí, aun así sí a Noelia no le importaba a él tampoco lo haría. Pero lo que no le pasó desapercibida fue la forma en que su amigo se tensó al ver llegar a la chica como si le incomodara su presencia, aquello le resultó extraño porque pocas personas lograban provocar algún tipo de reacción en ese hombre.Negó y se levantó para abrazar a su novia, atraerla contra su cuerpo y besarla, apenas unas horas separados y ya parecía que llevaban días, estar lejos de ella era extraño, pensarla
La forma en la que Marius gritó al ver a su madre, le preocupó más al escucharlo, gritar para llamar al abogado, todo estaba pasando tan rápido, hablaban de una tal Juliette, realmente no entendía nada.Su madre no era quien decía ser y si no lo era.«¿Quién diablos es su madre? ¿Quiénes eran ellas?»Todo empezaba a darle vueltas mientras los dos hombres frente a ella seguían hablando, diciendo cosas que Noelia no era capaz ni estaba segura de querer comprender.Noelia buscó refugio en el sillón de la consulta de Marius.“Tu madre no existe”Esas palabras seguían rondando en su cabeza, empezó a buscar en su mente alguna explicación que pudiera darle sentido a lo que estaba frente a ella en esos momentos, pero nada se lo daba, es más, empezaba a notar cada vez más los huecos en la relación que tenía con su madre y que ella había pasado por alto, por no querer incomodarla o realmente había sido porque le daba miedo averiguar lo que ahora no podía negar, ni rechazar frente al abogado y a
Por supuesto que no era hija de Juliette, era la hija de Violet, pero si él decía eso, no solo le causaría un gran impacto a su amigo, sino que la vida de Noelia peligraría, no podía ni pensaba permitir que algo le sucediera y tampoco que Juliette y ella se encontraran porque la teoría de su padre empezaba a cobrar sentido. Alguien había ayudado a Juliette todos esos años y era alguien cercano a ellos. ¿Cuál sería el interés que esa persona tendría en Noelia?— Verás… Cariño.Marius debía controlarse para no temblar de miedo de perder a la persona que amaba. Porque tenía claro que él no solo quería a la joven para algo pasajero, él la amaba al grado de pensar en pasar la vida con ella a su lado, la idea de que pudiera sucederle algo lo tenía aterrado. Por eso no pudo levantarse y abrazar a la chica cuando sabía cuánto lo necesitaba en ese instante, temía que si se ponía de pie las piernas le fallarían.— Mi padre y George Lorraine eran primos, él tenía una hija llamada Violet a quien
Mathew debía confesar que aquello lo había trastocado ¿Cómo no se había dado cuenta del parecido de Noelia con Violet si era su jodida viva imagen? A excepción de que su cabello no era rojo, sino de un Castaño bastante más oscuro, pero con cierto matiz rojo dependiendo de como le diera la luz.Tal vez porque no solía fijarse demasiado en las mujeres que Marius elegía, o quizá porque había estado ocultando esos ojos verdes tan peculiares, quizá si no hubiera llevado lentillas, se habría dado cuenta al instante, la hermana de Violet, aún le costaba creerlo, su hermana... todavía quedaba algo de Violet en el mundo.Algo dentro de él dolía demasiado como para permanecer en soledad aquella tarde, algo que hizo que contradijera la decisión que tomó semanas atrás de no volver a tocar a Eloise, tal vez era egoísta, pero necesitaba la compañía de la joven, ese día en especial no quería estar solo.— ¿Te llevó a algún lado Eloise?— preguntó caminando a paso acelerado para coincidir con ella en
Matthew no se hizo de rogar, se lanzó a devorar sus labios como si fuera un sediento en medio del desierto y ella fuera la única fuente de agua que pudiera encontrar, la estrechó contra su cuerpo mientras se tomaba su tiempo para saborear su boca, adentrar la lengua con fiereza e intentar dominar el beso.Llevó las manos a su trasero y la alzó, obligándola a sujetarse de sus caderas con las piernas mientras caminaba hacia su habitación sin dejar de comerle la boca ni por un instante.Matthew ya había renunciado a no besarla, porque realmente era lo que más le apetecía hacer cuando la tenía delante, comerle la boca como lo estaba haciendo, besarla hasta que se viera obligado a parar por falta de aire. La dejó caer sobre lás sábanas negras de su cama, cayendo sobre ella también.— Maria… — levantó la mirada para observarla, fascinado con el color negro de su cabello, resaltando con el oscuro fondo de sus sábanas — te necesito, ayúdame a olvidar.Pidió mientras se deshacía de la ropa que
Un hombre caminaba a paso acelerado por los pasillos de una gran mansión a las afueras de París, debía informar con urgencia a su dueño del mensaje que acababan de recibir para que le diera la orden y ejecutar el plan.Entró al despacho y antes de que su jefe le ordenara hablar se tomó la libertad de hacerlo él, sabía cuanto significaba aquella información y que no sería mal recibido por tomarse esa confianza.—Nuestro informante asegura que el objetivo está de vuelta en París y aterrizará en pocos menos de media hora.De inmediato aquel hombre levantó la mirada de los papeles que observaba tras el escritorio y la clavó en su empleado, esperaba que la heredera de la fortuna que ambicionaba llegara, así que lo tenía todo preparado para ese momento, solo quedaba ejecutar la orden y por fin podía tenerla en su poder.— Entonces ya sabéis lo que tenéis que hacer, vamos, ve, no pierdas más tiempo.Tras irse su empleado, una mueca que parecía ser el intento de una sonrisa surco su rostro, d