Matthew no se hizo de rogar, se lanzó a devorar sus labios como si fuera un sediento en medio del desierto y ella fuera la única fuente de agua que pudiera encontrar, la estrechó contra su cuerpo mientras se tomaba su tiempo para saborear su boca, adentrar la lengua con fiereza e intentar dominar el beso.Llevó las manos a su trasero y la alzó, obligándola a sujetarse de sus caderas con las piernas mientras caminaba hacia su habitación sin dejar de comerle la boca ni por un instante.Matthew ya había renunciado a no besarla, porque realmente era lo que más le apetecía hacer cuando la tenía delante, comerle la boca como lo estaba haciendo, besarla hasta que se viera obligado a parar por falta de aire. La dejó caer sobre lás sábanas negras de su cama, cayendo sobre ella también.— Maria… — levantó la mirada para observarla, fascinado con el color negro de su cabello, resaltando con el oscuro fondo de sus sábanas — te necesito, ayúdame a olvidar.Pidió mientras se deshacía de la ropa que
Un hombre caminaba a paso acelerado por los pasillos de una gran mansión a las afueras de París, debía informar con urgencia a su dueño del mensaje que acababan de recibir para que le diera la orden y ejecutar el plan.Entró al despacho y antes de que su jefe le ordenara hablar se tomó la libertad de hacerlo él, sabía cuanto significaba aquella información y que no sería mal recibido por tomarse esa confianza.—Nuestro informante asegura que el objetivo está de vuelta en París y aterrizará en pocos menos de media hora.De inmediato aquel hombre levantó la mirada de los papeles que observaba tras el escritorio y la clavó en su empleado, esperaba que la heredera de la fortuna que ambicionaba llegara, así que lo tenía todo preparado para ese momento, solo quedaba ejecutar la orden y por fin podía tenerla en su poder.— Entonces ya sabéis lo que tenéis que hacer, vamos, ve, no pierdas más tiempo.Tras irse su empleado, una mueca que parecía ser el intento de una sonrisa surco su rostro, d
Marius asintió y detuvo a Brigitte con una sola mirada.— Deja que las chicas vayan solas, igualmente hay un baño a pie de pistas.— Entonces vamos, joder que me meo— exigió Eloise quién tomó la mano de su amiga y caminó con rapidez en dirección al edificio más cercano. Le daba igual si Brigitte las acompañaba o no, ella lo único que necesitaba era llegar a un baño urgentemente.No tardaron nada en llegar y Eloise corrió a meterse en el primer cubículo que encontró, tras el portazo, vino el ruido del pis, dejaba claro que la pobre estaba al límite y un suspiro de alivio que hizo sonreír a Noelia por primera vez en todo el dia, lo confirmó.— ¿Cómo no lo hiciste en el avión?— preguntó Noelia observando la imagen que le devolvía el espejo sobre su propia persona.— No quise dejarte sola — respondió la amiga mientras salía del cubículo acomodándose la ropa— creo que se podía cortar la tensión con un cuchillo¿Cómo estás?Noelia no respondió, era obvio que no se encontraba bien, eran mucha
—Ve por ellas Brigitte — ordenó Mathew al ver que ya habían pasado más de quince minutos y las chicas no llegaban.Marius se sorprendió, porque aunque él también estaba ansioso y preocupado, había aceptado que Noelia fuera sola y pretendía dejarle el espacio que había pedido tener.— Pero ella dijo que…— Tengo oídos y me funcionan muy bien — aseguró Mathew malhumorado, estaba inquieto, algo le decía que las cosas no iban bien y que tanta calma no era indicativo real de algo bueno, si no, todo lo contrario.— Iría yo mismo, pero no quiero incomodarlas si…— negó con la cabeza — ¿sabes qué?, no me importa.Mathew abrió la puerta de la limusina para salir, pero Marius lo tomó de la muñeca para impedírselo recibiendo una dura mirada de su amigo, lo había ya visto observar muchas veces a la gente de esa forma, e intimidar a más de uno sin tan siquiera abrir la boca, pero jamás le había dirigido una mirada como aquella a él.— Dijeron que querían ir solas.— No me importa, algo no va bien —
El trayecto a las oficinas de su padre en la farmacéutica se le hizo largo a Marius aunque le tomó apenas 15 minutos llegar.Marius entró como un vendaval a las oficinas, nadie se esperaba verlo en ese lugar, sobre todo, con esa cara enfadada, más de un empleado se hizo a un lado, lo cual agradeció porque así se evitaba alguna que otra demanda, aunque eso poco le importaba en ese momento, además ¿Por qué temer por esas pequeñeces si tras él caminaba su abogado quien, al igual que su cliente y amigo, se veía con la misma aura oscura y amenazadora que indicaba peligro?Celine, la hermana de Marius, apareció justo en ese momento deteniendo el andar de su hermano hacia las oficinas de su padre.—¿Marius qué haces aquí y con Mat, cuando llegaron?Lo que menos deseaba Marius era hablar, estaba por hacer a un lado a su hermana cuando de nuevo su abogado lo paro.—Hay un problema con uno de los helicópteros de la compañía, se ha llevado sin querer uno de nuestro envío, hemos pedido informació
Él había querido ser cortés con Juliette, tratarla como la dama que en realidad no era, enredada desde tan joven con su patrón, pero eso nunca fue asunto suyo, ella había criado a Noelia mientras él aguardaba con calma en otro país, lejos de todos para que se la trajera en el momento justo en el que ya pudiera tomarla como esposa y aparecer ante los Lorraine reclamando lo que le pertenecía.A pesar de que ni siquiera había sido capaz de hacer bien su trabajo, le asignó una de las mejores habitaciones de su casa y la trató como una invitada, pero la mujer rechazó su cortesía intentando escapar varias veces. La primera vez, simplemente reforzó la seguridad de su estancia, a la segunda se le acabó la paciencia.James no dejaría que volviera a ocurrir, así que simplemente la encerró en el sótano bajo llave, si ella no valoraba su cortesía no tenía sentido seguir siendo amable, al fin y al cabo su contacto ya le había informado de la pronta llegada de la heredera de los Lorraine a París y J
Las palabras de la mujer frente a ella la tomaron por sorpresa, de pronto todo lo que sabía o creía saber sobre ella no era mentira.No podía considerarlo, mucho menos aceptarlo. Noelia empezó a negar mientras trataba de alejarse, sobre todo al recordar las especulaciones que había escuchado de Marius y su abogado sobre el porqué ella había desaparecido.Pero el que no fuera su madre, no era algo que esperara escuchar de los labios de esa mujer que creyó por mucho tiempo su madre, esperaba muchas cosas, estaba preparada para lidiar con cualquier verdad, excepto esa.De repente, toda su vida pasó ante sus ojos como una película, desde su más tierna infancia, o los recuerdos que mantenía de esta, hasta la edad actual, haciendo que todos los pilares que la sustentaban corrieran el peligro de caer y hacerla estrellarse contra el suelo en un duro golpe de realidad.—No, espera, ¿Qué es lo que quieres decir con que no eres mi madre?— logró preguntar al fin ignorando el nudo que tenía en la
La limusina de Marius aparcó en la entrada de la casa de James Dubois, poco le importaba no haber avisado de su llegada o no ser anunciado, lo único que quería era encontrar a su chica cuanto antes porque no podía permitir que algo malo le sucediera.La casa Dubois estaba muy cerca del castillo Lorraine, la extensión de sus tierras era la mitad que la de la familia de Marius, aun así seguia siendo una gran extensión que colindaba con las de él, en realidad no, más bien con las que le pertenecerían a Noelia, porque sin duda Marius se iba a encargar fe que su novia recibiera todo lo que por derecho era suyo.Las viejas historias decían que siglos atrás, esas tierras y las de Dubois eran una, aunque con el paso de los años se había perdido parte del relato y los detalles, pero todo apuntaba a que algún Antepasado Dubois era un hombre asiduo al juego y que la suerte no estaba jamás de su lado.— Brigitte cuida de Eloise — dijo Mathew tras salir del vehículo junto a su amigo, porque si alg