El pícnic había salido muy bien, a pesar de la preocupación de Noelia por su madre, Marius la había logrado calmar y alejar sus temores a base de besos, caricias y abrazos. Tuvieron una conversación muy amena, comieron cosas ricas que todavía tenían mejor sabor si eran comidas de las manos o los labios del otro, y se bebieron, entre los dos, la botella entera de vino, no era demasiado pero suficiente para estar achispados, Noelia un poco más que Marius, aunque muy conscientes los dos de sus actos.Ella no podía sentirse más feliz de estar con él de esa manera, compartiendo algo tan simple como una comida bajo la sombra de un árbol, sintiendo la inmensa complicidad que había entre los dos. La joven no era del tipo soñador o ella no creyó ser de ese tipo hasta el día en que conoció al francés y todo su mundo se trastocó; sin embargo, no paraba de imaginar que se encontraba en esos momentos en una cita con su príncipe francés. Sobre todo al ir juntos en una pequeña barca en la que él hab
Deslizó las manos por los muslos de la joven hasta que se perdieron bajo la tela de su falda, apretándola contra él, haciendo que se balanceara sobre su sexo duro y necesitado dentro del pantalón, intentando buscar algo de alivio en ese roce que resultaba tan insuficiente.Ella cayó con él sobre la cubierta de la barca, dejando que la acomodara sobre de esta, disfrutando de su toque, de esas malditas caricias que no hacían más que erizar cada centímetro de su piel.—Tampoco yo sé cómo eres capaz de volverme loca con tan solo besarme.Cerró los ojos por un momento, cuando él deslizó sus manos por sus muslos, sintiendo como sus braguitas se humedecían, no podía evitarlo, ni siquiera estaba segura de querer evitar que su cuerpo respondiera de esa manera a ese hombre.Llevó las manos por sus brazos, deleitándose con la firmeza de estos, acariciando sus músculos, pasando a su torso, el cual se sentía firme y duro a través de la tela de su camisa de seda.Los dedos inquietos de la joven emp
Él se debatía entre dejarla gemir así y taparle la boca para que no los escucharán, pero es que sus gemidos y todos los sonidos que salían de sus labios eran como auténtica música para los oídos de Marius, una erótica sinfonía que lo hacía embrutecer sus movimientos volviéndolos más animales e instintivos, alejando el raciocinio de sus pensamientos y dejando solo el placer animal, el instinto de posesión, la necesidad que los llenaba al uno del otro.— Más te vale, porque mi corazón ya te pertenece y no puedes soltarlo — llevó las manos a las de ella y llevándolas hacia atrás, pegándolas a la banqueta de la barca mientras entrelazaba los dedos — en tus manos mi hermosa niña, ahí está mi corazón — y justo tras decir eso se empujó con furia perdiéndose nuevamente en su interior, rozando el punto más sensible de su intimidad en cada movimiento.—¡Jamás dañariá tu corazón, porque mi corazón ha empezado a latir con el tuyo…! — apenas y tuvo tiempo de expresar esas palabras, el empuje de su
Aunque Marius adoraba su trabajo y también adoraba a Noelia, odiaba no tener la mente clara porque no podía dejar de pensar en ella en cualquier instante. Era como un adolescente que tenía un único pensamiento rondando permanentemente en la cabeza, Noelia sonriendo, Noelia besándolo, Noelia comiendo helado y manchándose el labio para después lamerlo de una forma tan sexy que a Marius le parecía que no había visto nada más sorprendente que eso en su vida, Noelia sonrojándose, Noelia gimiendo su nombre, Noelia, Noelia, Noelia… ella siempre en cada una de sus facetas y es que tenía tantas y a él le encantaba descubrirlas quedando fascinado y embelesado con cada una de ellas.Pero en ese instante, no tenía permitido pensar en la joven, estaba haciendo una reconstrucción mamaria, era momento de concentrarse en su trabajo y dejar a la chica lejos de sus pensamientos. Debía recordar que él era un profesional y no podía permitirse ninguna distracción, porque un fallo suyo podía significar una
Noelia se moría porque las clases terminaran, últimamente odiaba permanecer más de lo necesario en la universidad, aun así no dejaba de ser una de las mejores alumnas de su generación. No obstante, en estas dos semanas comparado con los años atrás ya no caía en el estereotipo de alumna matada.Pero eso se debía a Marius, el hombre que había conocido semanas atrás como su sugar y que ahora muy orgullosamente podía llamarlo su novio. Quien, por cierto, le llamaba en ese preciso instante.«Por dios dónde está ese maldito móvil»Maldijo un par de veces metiendo la mano en su bolso, cogiendo el celular justo un toque antes de que esté dejara de sonar.Uno, dos, tres tonos de llamada y justo cuando Marius ya iba a colgar el teléfono, escuchó la inconfundible voz de Noelia al otro lado de la línea.—Marius ¡Hola mi vida!— ¿Hola cariño, qué tal fueron tus clases hoy?— preguntó el francés esperando a que la joven le respondiera.—Aburridas— respondió con sinceridad Noelia.Eloise quien acabab
—Pasen, el doctor Lorraine las está esperando. ¿Quieren un café, un té o algo de beber? — preguntó la secretaria y las dos chicas negaron a la vez sin detenerse, caminando juntas hasta la puerta acristalada de la oficina del dueño de la clínica.Marius se había encargado de poner el corriente a Mathew de todo lo que él había investigado Brigitte, y ambos coincidían en que aquello era muy extraño.— Bienvenidas chicas — a pesar de ser cordial en ese momento para Marius era algo incómodo que Eloise estuviera allí, aun así sí a Noelia no le importaba a él tampoco lo haría. Pero lo que no le pasó desapercibida fue la forma en que su amigo se tensó al ver llegar a la chica como si le incomodara su presencia, aquello le resultó extraño porque pocas personas lograban provocar algún tipo de reacción en ese hombre.Negó y se levantó para abrazar a su novia, atraerla contra su cuerpo y besarla, apenas unas horas separados y ya parecía que llevaban días, estar lejos de ella era extraño, pensarla
La forma en la que Marius gritó al ver a su madre, le preocupó más al escucharlo, gritar para llamar al abogado, todo estaba pasando tan rápido, hablaban de una tal Juliette, realmente no entendía nada.Su madre no era quien decía ser y si no lo era.«¿Quién diablos es su madre? ¿Quiénes eran ellas?»Todo empezaba a darle vueltas mientras los dos hombres frente a ella seguían hablando, diciendo cosas que Noelia no era capaz ni estaba segura de querer comprender.Noelia buscó refugio en el sillón de la consulta de Marius.“Tu madre no existe”Esas palabras seguían rondando en su cabeza, empezó a buscar en su mente alguna explicación que pudiera darle sentido a lo que estaba frente a ella en esos momentos, pero nada se lo daba, es más, empezaba a notar cada vez más los huecos en la relación que tenía con su madre y que ella había pasado por alto, por no querer incomodarla o realmente había sido porque le daba miedo averiguar lo que ahora no podía negar, ni rechazar frente al abogado y a
Por supuesto que no era hija de Juliette, era la hija de Violet, pero si él decía eso, no solo le causaría un gran impacto a su amigo, sino que la vida de Noelia peligraría, no podía ni pensaba permitir que algo le sucediera y tampoco que Juliette y ella se encontraran porque la teoría de su padre empezaba a cobrar sentido. Alguien había ayudado a Juliette todos esos años y era alguien cercano a ellos. ¿Cuál sería el interés que esa persona tendría en Noelia?— Verás… Cariño.Marius debía controlarse para no temblar de miedo de perder a la persona que amaba. Porque tenía claro que él no solo quería a la joven para algo pasajero, él la amaba al grado de pensar en pasar la vida con ella a su lado, la idea de que pudiera sucederle algo lo tenía aterrado. Por eso no pudo levantarse y abrazar a la chica cuando sabía cuánto lo necesitaba en ese instante, temía que si se ponía de pie las piernas le fallarían.— Mi padre y George Lorraine eran primos, él tenía una hija llamada Violet a quien