— Mira cariño, debías estar muy desesperada para hacer lo que hiciste, no eres la típica chica que... y además, todo lo firmado se cumplió, así que no importa lo que ha sucedido luego entre nosotros, quiero que tus problemas financieros estén resueltos.Era su día de suerte porque había sido llegar y encontrar un aparcamiento. Se quedó callado mientras aparcaba y luego la tomó de la mano para que lo mirara. — Y también quiero que te quedes la tarjeta para tus gastos. Anulamos el resto de pagos y condiciones anteriores, pero yo tengo dinero y tú no tienes por qué estar pasándolo mal.Noelia quería entender lo que le decía Marius, pero ella jamás había dependido de nadie, por lo que se le hacía raro que alguien aparte de su madre se preocupara por ella.—Entonces para que lo entienda mejor, ¿estás pagando lo del contrato, con el fin de que iniciemos de cero? — Le preguntó Noelia, recordando y colocándose en su lugar. Marius, era un hombre rico, pera también era un hombre de negocios y
Justo antes de que Noelia pudiera responder el teléfono móvil de Marius empezó a sonar, debía ser algo urgente porque cuando salía del trabajo él desconectaba su número profesional y solo dejaba el personal, así que solo podían ser Noelia o Mathew y era obvio que ella no lo estaba llamando.— Permíteme un momento cariño— Pidió metiendo la mano en su bolsillo, pero sin dejarla alejarse de él, mientras escuchaba lo que su abogado tenía que decirle.— ¿Qué sucede?Noelia se mordía los labios, estaba conmovida y sorprendida por la forma que Marius se había dado cuenta de su cambio de humor, sí que parecía conocerla bien a pesar del poco tiempo que llevaban juntos.—Siento interrumpirte, pero es algo urgente. Estaba haciendo el pago de la deuda de la madre de Noelia — empezó a explicar Math— cuando el banco no me lo permitió y al ponerme en contacto con el director este dijo que fue pagada hace unos días.— ¿Cómo que fue pagada?— preguntó el francés observando a su novia algo confundido.—¿Q
Sí, le había sorprendido ver a Juliette de regreso en Francia para pedirle dinero. No era nada comparado con la sorpresa que le dio al ver a la hija de esa mujer, en la fiesta de los Lorraine, siendo presentada nada más y nada menos como la prometida de su heredero.Aquello complicaba mucho sus planes y era algo que no podía permitirse ¿Tal vez ellos sabían quién era y por eso estaba con Marius? Era lo más probable, porque no podía haber otra razón por la cual un Lorreaine se interesaría en ella, una chica de clase media baja, demasiado joven para frecuentar personas que le doblaban la edad y demasiado pobre para ni siquiera tener la oportunidad de frecuentar los mismos lugares.Por otro lado, ellos debían ser muy ciegos para no ver el parecido que tenía con Violet, la joven era su viva imagen, lo único que diferenciaba a una de la otra, era el color de sus cabellos, mientras Violet era pelirroja, la joven en la fiesta de los Lorreaine era castaña, de no ser por ese simple detalle ell
El pícnic había salido muy bien, a pesar de la preocupación de Noelia por su madre, Marius la había logrado calmar y alejar sus temores a base de besos, caricias y abrazos. Tuvieron una conversación muy amena, comieron cosas ricas que todavía tenían mejor sabor si eran comidas de las manos o los labios del otro, y se bebieron, entre los dos, la botella entera de vino, no era demasiado pero suficiente para estar achispados, Noelia un poco más que Marius, aunque muy conscientes los dos de sus actos.Ella no podía sentirse más feliz de estar con él de esa manera, compartiendo algo tan simple como una comida bajo la sombra de un árbol, sintiendo la inmensa complicidad que había entre los dos. La joven no era del tipo soñador o ella no creyó ser de ese tipo hasta el día en que conoció al francés y todo su mundo se trastocó; sin embargo, no paraba de imaginar que se encontraba en esos momentos en una cita con su príncipe francés. Sobre todo al ir juntos en una pequeña barca en la que él hab
Deslizó las manos por los muslos de la joven hasta que se perdieron bajo la tela de su falda, apretándola contra él, haciendo que se balanceara sobre su sexo duro y necesitado dentro del pantalón, intentando buscar algo de alivio en ese roce que resultaba tan insuficiente.Ella cayó con él sobre la cubierta de la barca, dejando que la acomodara sobre de esta, disfrutando de su toque, de esas malditas caricias que no hacían más que erizar cada centímetro de su piel.—Tampoco yo sé cómo eres capaz de volverme loca con tan solo besarme.Cerró los ojos por un momento, cuando él deslizó sus manos por sus muslos, sintiendo como sus braguitas se humedecían, no podía evitarlo, ni siquiera estaba segura de querer evitar que su cuerpo respondiera de esa manera a ese hombre.Llevó las manos por sus brazos, deleitándose con la firmeza de estos, acariciando sus músculos, pasando a su torso, el cual se sentía firme y duro a través de la tela de su camisa de seda.Los dedos inquietos de la joven emp
Él se debatía entre dejarla gemir así y taparle la boca para que no los escucharán, pero es que sus gemidos y todos los sonidos que salían de sus labios eran como auténtica música para los oídos de Marius, una erótica sinfonía que lo hacía embrutecer sus movimientos volviéndolos más animales e instintivos, alejando el raciocinio de sus pensamientos y dejando solo el placer animal, el instinto de posesión, la necesidad que los llenaba al uno del otro.— Más te vale, porque mi corazón ya te pertenece y no puedes soltarlo — llevó las manos a las de ella y llevándolas hacia atrás, pegándolas a la banqueta de la barca mientras entrelazaba los dedos — en tus manos mi hermosa niña, ahí está mi corazón — y justo tras decir eso se empujó con furia perdiéndose nuevamente en su interior, rozando el punto más sensible de su intimidad en cada movimiento.—¡Jamás dañariá tu corazón, porque mi corazón ha empezado a latir con el tuyo…! — apenas y tuvo tiempo de expresar esas palabras, el empuje de su
Aunque Marius adoraba su trabajo y también adoraba a Noelia, odiaba no tener la mente clara porque no podía dejar de pensar en ella en cualquier instante. Era como un adolescente que tenía un único pensamiento rondando permanentemente en la cabeza, Noelia sonriendo, Noelia besándolo, Noelia comiendo helado y manchándose el labio para después lamerlo de una forma tan sexy que a Marius le parecía que no había visto nada más sorprendente que eso en su vida, Noelia sonrojándose, Noelia gimiendo su nombre, Noelia, Noelia, Noelia… ella siempre en cada una de sus facetas y es que tenía tantas y a él le encantaba descubrirlas quedando fascinado y embelesado con cada una de ellas.Pero en ese instante, no tenía permitido pensar en la joven, estaba haciendo una reconstrucción mamaria, era momento de concentrarse en su trabajo y dejar a la chica lejos de sus pensamientos. Debía recordar que él era un profesional y no podía permitirse ninguna distracción, porque un fallo suyo podía significar una
Noelia se moría porque las clases terminaran, últimamente odiaba permanecer más de lo necesario en la universidad, aun así no dejaba de ser una de las mejores alumnas de su generación. No obstante, en estas dos semanas comparado con los años atrás ya no caía en el estereotipo de alumna matada.Pero eso se debía a Marius, el hombre que había conocido semanas atrás como su sugar y que ahora muy orgullosamente podía llamarlo su novio. Quien, por cierto, le llamaba en ese preciso instante.«Por dios dónde está ese maldito móvil»Maldijo un par de veces metiendo la mano en su bolso, cogiendo el celular justo un toque antes de que esté dejara de sonar.Uno, dos, tres tonos de llamada y justo cuando Marius ya iba a colgar el teléfono, escuchó la inconfundible voz de Noelia al otro lado de la línea.—Marius ¡Hola mi vida!— ¿Hola cariño, qué tal fueron tus clases hoy?— preguntó el francés esperando a que la joven le respondiera.—Aburridas— respondió con sinceridad Noelia.Eloise quien acabab