Marius se sintió liviano por todo el peso que se había sacado de encima al verla y caminó hasta ella notando su corazón palpitando con fuerza en el pecho, por un instante creyó que existía la posibilidad de que abandonara su caja torácica de tan fuerte que bombeaba la sangre al resto de su cuerpo.— ¿A dónde piensas que vas, Noelia?— preguntó esperando a que se girara — y sobre todo¿Por qué no dejaste siquiera que me explicara?El corazón de la chica latió muy rápido al escuchar su nombre, no podía creer que estuviera ahí, no podía ser Marius. No quería voltear y darse cuenta de que todo había sido una jugarreta de su mente. Pero tenía que hacerlo, tenía que enfrentarse a la realidad por muy cruda y cruel que está fuera.Se volteó lentamente a ver si era él, encontrándose con Marius de frente. Sintiendo que su corazón no solo latía rápidamente, sino que se paraba de golpe ante sus palabras.—No hay nada que explicar, yo la escuché, también te vi con ella la otra noche cuando supusiste
Marius tenía muy clara la razón por la que buscó una chica virgen, esta vez, estaba harto de encontrarse con copias de Lucrecia. Y si algo descubrió con el tiempo, era que todos y todas las personas con las que alguna vez trató, fueron simples seres humanos enamorados locamente en algún instante y heridos después. Seres humanos que crearon sus corazas para protegerse de un nuevo dolor, engaño, decepción… seres humanos maltrechos que ya no confiaban en ponerse nuevamente en las manos de alguien más para que los soltaran en caída libre al vacío o, peor todavía, para que apretaran el puño y los terminaran ahogando.Por eso, quiso encontrar a una mujer antes de que ese momento llegara, antes de que alguien rompiera su corazón y lo malograra, aunque posiblemente él terminaría siendo ese alguien, la persona que se llevaría lo mejor de esa jovencita poco experimentada y dejaría para el que viniera luego una dura coraza con su nombre grabado en el candado. Podía parecer egocéntrico, incluso na
Antes de darse cuenta y de una forma completamente natural, el francés, terminó sobre el cuerpo de Noelia, notando, como en las demás ocasiones, que encajaban a la perfección.— No puedo hacerlo así… — Aseguró contra su boca besándola con mucha ternura, debía contenerse para no temblar porque lo que le provocaba era demasiado intenso — voy a hacerte daño y es lo que menos quisiera — bajó a besar su cuello con la misma ternura con la que acariciaba su piel.Noelia sintió que se derretía ante las palabras de Marius, la forma que le hablaba, el tono de su voz le indicaba que sus palabras eran ciertas, él no deseaba hacerle daño, todo lo contrario, por lo que cerró sus ojos, dejándose llevar, confiando en él.El francés bajó lentamente por su cuello y vientre plano, el cual lograba seducirlo e instaba a seguir, hasta llegar al lugar que pretendía mimar y estimular con su lengua hasta sentirla completamente preparada para recibirlo.Pasó los brazos bajo las piernas de la joven, obligándola
El dolor solo había sido algo momentáneo, ahora lo que sentía Noelia era el calor del deseo recorriendo cada parte de su cuerpo, quemándole la piel, sobre todo cuando en los lugares en los que él la besaba, o que él acariciaba con sus manos.Escucharla decir que era suya era lo último que le faltaba al francés para perder completamente el control de sus actos y ser incapaz de gestionar todo eso que parecía poseerlo y dirigirlo a querer tomar todo de ella.Sentirla retorciéndose bajo su cuerpo hacía que la fuerza de sus empujes se incrementaraen busca de sofocar la exigencia muda que el otro cuerpo le imponía, necesitado de arrancar más de esos gemidos que eran la mejor música para sus oídos.—Si… más… — Noelia gimió echando su cabeza hacia atrás, enterrando sus manos en sus hombros del hombre, aferrándose a ellos con fuerza, enredando sus piernas en las caderas perfiladas y escurridas de su querido Marius.— Te daré más…— prometía él sin ser capaz de parar ni aminorar el ritmo de sus
Tres días habían pasado desde que ella y Marius regresaron a los Estados Unidos y en los que ya no era solo la baby del francés, sino algo más, su novia, así lo había dicho él.Noelia no podía creerlo del todo, todavía se negaba a aceptar o entender como sucedió tan rápido, cuando jamás antes se enamoró. Era como estar en un sueño, ahora lo único que podría romper esa felicidad era pensar en cómo pagar, las deudas que todavía tenía.Eso era lo que la tenía ese lunes pensativa y sin una sonrisa en el rostro, porque estaba claro que si había conocido a Marius y aceptado ser su baby, era para poder evitar que su madre siguiera endeudándose y poder pagar su universidad y la hipoteca que acumularon con los años.Pero ahora que ya no había contrato de por medio, no podía recordarle eso a Marius. No podía y no quería, porque hablar de algo así, podría malinterpretarse y lo que menos deseaba era eso. Por ese motivo, el lunes por la mañana se encontraba de vuelta en la universidad, en el área
Eloise no paraba de seguir a Noelia, aunque esta huyera y es que sabía que debía darle explicaciones sobre la forma que la había dejado en Francia.—Noelia, no podrás evitarme toda la vidaEn eso tenía razón Eloise, ella no podía evitarla para siempre, por lo que dejó de tratar de huir y se sentó en una de las mesas más alejadas y solas de la cafetería del campus.—Es que sé que fui muy mala amiga dejándote sola…Eloise de inmediato negó, porque ella no estaba enojada, en lo absoluto. Todo lo contrario que la hubiera dejado en Francia sola, le dio la oportunidad de viajar con Matthew aparte.—Dejemos ese tema para cuando necesite que me ayudes a estudiar. Ahora lo que necesito es respuestas a cómo han quedado tú y el Daddy francés.Noelia enrojeció ante las palabras de su amiga, quien no tardó en saber que le estaba escondiendo algo referente a su Daddy y querer indagar más en el tema ¿Qué razón había para que no le contara aquello?El sonido del móvil de Noelia la salvó de seguir con
— Mira cariño, debías estar muy desesperada para hacer lo que hiciste, no eres la típica chica que... y además, todo lo firmado se cumplió, así que no importa lo que ha sucedido luego entre nosotros, quiero que tus problemas financieros estén resueltos.Era su día de suerte porque había sido llegar y encontrar un aparcamiento. Se quedó callado mientras aparcaba y luego la tomó de la mano para que lo mirara. — Y también quiero que te quedes la tarjeta para tus gastos. Anulamos el resto de pagos y condiciones anteriores, pero yo tengo dinero y tú no tienes por qué estar pasándolo mal.Noelia quería entender lo que le decía Marius, pero ella jamás había dependido de nadie, por lo que se le hacía raro que alguien aparte de su madre se preocupara por ella.—Entonces para que lo entienda mejor, ¿estás pagando lo del contrato, con el fin de que iniciemos de cero? — Le preguntó Noelia, recordando y colocándose en su lugar. Marius, era un hombre rico, pera también era un hombre de negocios y
Justo antes de que Noelia pudiera responder el teléfono móvil de Marius empezó a sonar, debía ser algo urgente porque cuando salía del trabajo él desconectaba su número profesional y solo dejaba el personal, así que solo podían ser Noelia o Mathew y era obvio que ella no lo estaba llamando.— Permíteme un momento cariño— Pidió metiendo la mano en su bolsillo, pero sin dejarla alejarse de él, mientras escuchaba lo que su abogado tenía que decirle.— ¿Qué sucede?Noelia se mordía los labios, estaba conmovida y sorprendida por la forma que Marius se había dado cuenta de su cambio de humor, sí que parecía conocerla bien a pesar del poco tiempo que llevaban juntos.—Siento interrumpirte, pero es algo urgente. Estaba haciendo el pago de la deuda de la madre de Noelia — empezó a explicar Math— cuando el banco no me lo permitió y al ponerme en contacto con el director este dijo que fue pagada hace unos días.— ¿Cómo que fue pagada?— preguntó el francés observando a su novia algo confundido.—¿Q