El día pasó sin inconvenientes y ahora Ginebra me hablaba entusiasmada por esta noche.Di una mirada a Greg me este sonreía con coquetería a unas adolescentes que estaban encantadas con él y reían deleitadas con el chico que no era mucho mayor que ellas.—Ya veo por qué gana tanta propina —me burlé divertida y esto acabó con la emoción en Gine volviendo a su estado oscuro.Algo me dice que todo se debe a Greg.Este último sirve a las chicas y se dirige a donde estábamos pasando un brazo por mis hombros tirándome suavemente hasta su pecho.Puede ser menor que yo pero es mucho más fuerte y grande.— ¿Lista para ahorita, nena? —me preguntó con una sonrisa y yo me aparté de él.—Cuidado te ve tu club de fans.—No seas celosa, tengo amor para todas —bromeó y luego desvió su mirada hasta Ginebra quien estaba más huraña con la llegada de Greg.— ¿Tu también estás lista, orquídea?—Deja de llamarme así —gruñó ella y le dio la espalda para irse a atender una mesa.De inmediato yo ocupé su lugar
Efectivamente la playa no estaba demasiado lejos de los bolos así que no tardamos en llegar.Greg fue el último en llegar ya que había pasado a buscar una botella de vino.-Vino en vasito de plástico.-Oh sí ¿Querías copas de cristal? -se burló Greg de Ginebra y esta le envió una mirada fulminante.Los cuatro nos sentamos en la arena siendo azotados por el viento gélido de la costa mientras que Greg hacía un chiste sobre el vino barato que no pude escuchar.Mis ojos se perdieron en la inmensidad del mar siendo besado por los rayos lunares dando un matiz misterioso pero a la vez cautivante.Tal y como me había parecido Leo detrás de esa máscara sin rostro hace semanas.El mar era indómito y él había sido de la misma forma pero también peligroso.Imparable.No sé cómo lo había hecho pero me ha robado la voluntad.Mis manos tiemblan ligeramente cuando llevo el vasito de plástico a mis labios tomando un sorbo del vino barato que Greg había comprado.A ciencia cierta no sabía cómo distigui
Al llegar a casa me bajo de la moto tendiéndole el casco a Greg quien me mira con curiosidad bajo sus tupidas pestañas haciéndome sentir ligeramente incómoda.Sólo podía pensar que nos había visto a Leo y a mí besándonos en el mar aunque hubiera estado entretenido con Ginebra.Mis mejillas se colorearon de un color rojo fuerte logrando que me sintiera estúpida por este tonto avergonzamiento que últimamente estaba teniendo.Yo nunca me avergüenzo de nada... entonces ¿Por qué me estoy sintiendo así ahora?— ¿Estás bien, Melissa? —el sonido de la voz seria de Greg me sorprendió volviendo a posar mis ojos sobre él con curiosidad.—Estoy perfectamente bien —contesté apesar de que obviamente es mentira pero ¿Qué le iba a decir a Greg?¿Qué esto terriblemente confundida?Angustada por los sentimientos que comienzo a sentir por Leo... no.Eso es absurdo.Yo nunca me expondría de ese modo.Tomé una corta respiración profunda y lo miré a los ojos negando con la cabeza.—Gracias por traerme a ca
Greg hizo que entrara a su casa que no era más grande que la de Leo pero igual de acogedora.—Greg —lo llamé tomándolo de la mano verdaderamente aliviada.Si él no me hubiera contestado no sabría qué hubiera pasado conmigo.Él se dio la vuelta para mirarme y yo le sonreí a medias.—Gracias por esto, de verdad.Greg me devolvió la sonrisa dándome una suave caricia en mi mejilla antes de dejar caer su mano.—No tienes nada que agradecer, eres parte de mi familia. Espero que lo sepas —dictó y fue imposible no sentirme conmovida por sus palabras.Pero antes de que pudiera decir algo más una voz llegó detrás de nosotros haciéndonos girarnos para ver a la persona que recientemente había llegado.—Buenas noches.Una mujer mayor fijó sus ojos en mi con curiosidad y yo me sentí ligeramente incómoda por ser una intrusa en su casa.Esta debía ser la abuela de Greg, de quien él ya me había hablado.—Buenas noches señora.—Nana, ella es Melissa. Se quedará esta noche con nosotros. Tuvo problemas en
Su aroma.Su olor masculino mezclado con la madera y el perfume de hombre son adictivos para mí.Pego mi nariz a su pecho y lo siento estrenecerse ligeramente pero no me suelta ni me aparta.Las lágrimas continúan cayendo por mis mejillas pero no las detengo.No puedo hacerlo de todas formas.—Cariño, los chicos me dijeron lo que pasó... no llores.La dulzura en su voz fue suficiente para hacerme flaquear sintiéndome aturdida.No sólo estaba llorando por lo que Sienna me había dicho.Era un acumulado de tantas emociones y sensaciones.Lo de anoche, lo de mi tía...Todo era una locura.—Lo siento mucho jefe —me las arreglé para susurrar pero Leo negó con la cabeza apartándose ligeramente para cubrir mis mejillas con sus manos logrando que lo mirara a los ojos.Había tanta bondad en ellos.Una ternura que me rompe el corazón.—Fue un accidente, ¿Qué es lo que te pasa realmente Melissa?Tú no eres así.Él se había dado cuenta.Yo no suelo actuar de esta manera.No soy una llorona.Pero...
—Tía, ayer ¿Quién te dio esas fotos? —le pregunté antes de irme a trabajar a la mañana siguiente.Era un verdadero milagro que ella estuviera despierta a esta hora pero lo estaba así que tenía que averiguar el porqué.Ella alzó su mirada del desayuno que le había preparado y me fulminó con la mirada de inmediato.—No me hagas acordarme de eso Melissa.Céntrate en lo que tienes que hacer, no quiero tu cabeza en otro lado más que en nuestro objetivo que por supuesto es tu marido millonario.Yo apreté mi mandíbula no sólo molesta sino también angustiada.Durante toda la noche no había podido dormir pensando en ese hombre.En Leo.En todo.Apenas he descansado para ir a trabajar otra vez.—Tía Mirla... ¿Es estrictamente necesario que tenga que hacerlo? ¿Casarme con alguien que yo no...?No pude terminar de hablar cuando ella se levantó de la silla con rapidez y ante lo rápido del movimiento esta se estampó contra el suelo ocasionando que contuviera el aliento de inmediato pero lo que vino
No dije ni una palabra cuando Greg llegó a nuestro lado preguntándole a Leo si estaba bien.Yo solté su rostro y di un paso atrás ahora consciente de la cercanía que teníamos.Leo me dio una mirada rápida antes de volverla a Greg para contestarle.—Estoy bien.—Estás sangrando un poco jefe.Efectivamente antes de golpearle la mandíbula ese tipo debió de rozar su labio inferior.—Vamos, voy a curártelo —le dije llamando su atención de nuevo y coloqué una mano en su antebrazo.Leo miró el toque de una manera extraña así que lo solté de inmediato entendiendo que había sobrepasado los límites.Los tres entramos a Black Cat y Sienna no tardó en corres hasta su tío al ver la sangre en su labio.—Tío Leo... ¿Qué te pasó?—No es grave cielo, sólo un golpe, no temas, estoy bien. Melissa va desinfectarlo.La chica de inmediato se dio cuenta de que yo estaba al lado de su tío y enseguida cambió su rostro de preocupado a molesto enviándome una mirada fulminante pero yo apreté mis labios apartando
Como si Leo pudiera ver que algo en mí estaba mal me tendió su mano para ayudar a levantarme después de ya haberlo hecho él y yo se la tendí en silencio.Él me buscó con la mirada pero me negué a observarlo.No podía.Los nervios crecieron aún más dentro de mí.Aún temblorosa busqué mi ropa sobre el suelo sonrojada.¿Cómo había podido hacer algo como eso?Entregarme a Leo de una forma tan desvergonzada en su oficina.Con los chicos afuera.¿Y si alguno de ellos hubiera venido a buscar a Leo?O peor, si Sienna lo hubiera hecho.No quería ni imaginarme qué hubiera pasado.Negué con la cabeza sonrojándome con más fuerza.Deprisa tomé el brasier y me lo coloqué seguido de la camisa.Lo siguiente que hice fue ponerme mis bragas y la falda pantalón.Rápido, aún bajo la mirada de Leo me coloqué los patines que no sé cuándo demonios me los había quitado pero eso ya no tenía importancia.Me levanté sintiendo mi corazón latiendo cada vez más rápido bajo mi pecho y cuando me dirigí a la puerta p