Noemí y Sara están en el campo de fútbol, disfrutando de un partido amistoso. Ambas están sudando y riendo mientras corren tras el balón.—¡Vamos, Noemí! ¡Tienes que marcar ese gol! —dijo Sara agitada mientras le pasaba el balón a su amiga.—¡Lo intentaré! —responde Noemí recibiendo el balón y corriendo hacia la portería.—Oye, ¿has pensado más en esa promoción?Noemí se detuvo por unos segundos.—Sí, pero todavía no estoy segura. No quiero dejar todo lo que tengo aquí.—Entiendo, pero es una gran oportunidad. Además, siempre puedes volver a visitarnos —Sara toma el balón y se lo pasa de nuevo.Noemí suspirando mientras dribla el balón.—Lo sé, pero me preocupa sentirme sola en la nueva ciudad. Y también está Otniel…—Ah, Otniel otra vez. ¿Estás segura de que no hay algo más entre ustedes? —Sara sonríe mientras corre a su lado.—¡No, ya te dije que solo somos amigos! Pero sí, me costaría dejarlo también —dice Noemí sonrojándose y riendo—. Ustedes dos son mis mejores amigos, también me
El tiempo fue corriendo como lo hace un atleta en una carrera y en un abrir y cerrar de ojos, ya los niños no eran niños y los adolescentes eran adultos.La lluvia caía suavemente sobre las calles empedradas de París mientras la familia de Gerald se dirigía al cementerio para despedir a su amado abuelo. El cielo estaba nublado y el aire frío parecía reflejar la tristeza que envolvía a todos los presentes.Gerald caminaba con la mirada perdida, sosteniendo la mano de su esposa y con sus hijos caminando a su lado. El dolor en su pecho era abrumador, no podía creer que su abuelo ya no estaría con ellos. Había sido un pilar en la familia, un hombre sabio y bondadoso que siempre había estado presente en los momentos más importantes de sus vidas.Al llegar al cementerio, se encontraron con una multitud de familiares y amigos que habían acudido para despedir al querido Blaise Garnier. Las lágrimas y los sollozos resonaban en el aire mientras el ataúd era descendido lentamente a la tierra.El
Alessia se detuvo frente a la puerta de la casa de Rebeca y Kelvin, su corazón latiendo con fuerza. Habían pasado meses desde la última vez que estuvo allí, y la razón de su visita hoy era dolorosa. Con el fallecimiento recientemente de Blaise, Alessia sentía la necesidad de estar con sus amigos en este momento de duelo. Tocó la puerta suavemente, y unos segundos después, Rebeca abrió. Sus ojos estaban hinchados por el llanto, pero al ver a Alessia, esbozó una sonrisa triste. —Alessia, gracias por venir —dijo Rebeca, abrazándola con fuerza. —Lo siento mucho, Rebeca. Blaise era… —Alessia no pudo terminar la frase, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Rebeca asintió, comprendiendo sin necesidad de palabras. La llevó al interior de la casa, donde Kelvin estaba sentado en el sofá junto a Gael, mirando fijamente una foto de su abuelo. Al ver a Alessia, se levantó lentamente. —Kelvin… —murmuró Alessia, sintiendo una mezcla de emociones. Su relación con Kelvin había sid
Días después Manuel invita a salir a Alessia, primero dan un paseo por la ciudad y luego van al cine, al salir deciden ir a una pequeña cafetería, donde el aroma del café recién hecho llenaba el aire.Manuel ha estado nervioso toda la mañana, sabiendo que tiene que ser honesto con Alessia sobre su pasado, es como una necesidad que siente que debe hacerlo. Finalmente, toma un sorbo de su café y decide hablar.—Alessia, hay algo que necesito contarte —dice Manuel, su voz temblando ligeramente—. Es sobre mi última relación.Alessia lo mira con curiosidad y preocupación, a la vez que no entiende nada. —¿Qué pasa, Manuel?Manuel respira hondo, tratando de encontrar las palabras correctas.—Con Vannesa cometí muchos errores. Me obsesioné con ella de una manera que no era saludable. Mi comportamiento terminó por destruir nuestra relación y herirnos a ambos. Alessia, pero contigo es diferente, porque he trabajado para mejorar.Alessia se queda en silencio, procesando lo que Manuel le ha dich
Rebeca y Kelvin están sentados en la sala de espera de la clínica, sus manos entrelazadas en un gesto de apoyo mutuo. Habían pasado semanas desde que se sometieron a una serie de pruebas de fertilidad, y hoy recibirían los resultados.Thais los llamó a su oficina, su expresión seria pero comprensiva. Rebeca sintió un nudo en el estómago mientras se sentaban frente a su amiga y colega. Esa mirada le decía que algo no estaba bien. —Rebeca, Kelvin, gracias por venir —comenzó Thais, abriendo una carpeta con los resultados de las pruebas—. Tengo los resultados de sus exámenes.Rebeca apretó la mano de Kelvin, tratando de mantener la calma. Thais tomó un profundo respiro antes de continuar.—Thais, ¿pasa algo malo? Por favor, sin rodeos, dime lo que tengo.—Rebeca, tus niveles hormonales y la ecografía transvaginal indican que tienes insuficiencia ovárica prematura. Esto significa que tus ovarios no están funcionando como deberían, y es muy poco probable que puedas concebir de manera natur
Rebeca estaba sentada en la cocina de su infancia, mirando la taza de té que su mamá le había preparado. Había venido a visitarla en busca de consuelo y orientación. Su mamá, Evelin, una mujer sabia y cariñosa, se sentó frente a ella, notando la tristeza en los ojos de su hija. —Mamá, no puedo tener hijos —dijo Rebeca, su voz quebrada por la emoción—. Me siento tan culpable por no poder darle a Kelvin lo que tanto deseamos, un hijo propio. Evelin tomó sus manos entre las suyas, transmitiendo calidez y apoyo. —Rebeca, mi amor, no tienes por qué sentirte culpable. La maternidad no se define solo por la capacidad de dar a luz. Eres una madre maravillosa para Gael, y eso es lo que realmente importa. Rebeca dejó escapar un suspiro, sintiendo que las palabras de su mamá comenzaban a calmar su corazón. —Pero siempre soñé con tener hijos biológicos, y ahora siento que he fallado, sabes ¿la cantidad de pacientes que he atendido con este mismo resultado? Evelin la miró con ternura, a
—No puedo creer que hayas hecho todo esto por mí —dijo Alessia, ambos están sentados disfrutando de la brisa nocturna.—Por supuesto que sí. Te lo mereces todo y más —dijo Manuel, besándola con ternura.—Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, Ales.Alessia lo miraba, con el corazón latiendo a mil por hora.—Manuel, yo… —empezó a decir, pero él la interrumpió suavemente.—Déjame terminar —dijo, sonriendo—. Alessia, desde el primer momento en que te vi, supe que eras especial. Hemos pasado por tantas cosas juntos, y cada día me doy cuenta de lo afortunado que soy de tenerte a mi lado.—Manuel. Tú eres perfecto.—No, tú eres la perfecta —respondió él, besándola otra vez, sus labios eran muy adictivos para él—. Y no puedo esperar para pasar el resto de mi vida contigo.┅┅┅┅┅┅┅༻❁༺┅┅┅┅┅┅┅✰ Dos meses después. Rebeca y Alessia se encontraban en la cafetería del hospital, disfrutando de un breve descanso. Alessia, no podía contener su emoción mientras hablaba sobre los planes de su boda
Kelvin llegó al hospital con el corazón en la garganta, sintiendo como su mundo se derrumbaba. Había recibido la llamada de emergencia mientras estaba en la habitación y le leía un cuento a Gael, ya que no podía dormir, salió a toda prisa de su casa, dejando al niño con sus padres y después conduciendo a toda velocidad, su mente llena de imágenes aterradoras. Al llegar, fue recibido por un médico con una expresión grave.—Familiares de Rebeca López.—Soy su esposo, Kelvin López —dijo con voz angustiada.—Señor Kelvin, su esposa, ha sufrido un accidente grave. Está en cirugía ahora mismo. Haremos todo lo posible por salvarla.Kelvin asintió, incapaz de hablar. Se dejó caer en una silla en la sala de espera, sus manos temblando. Las horas pasaron lentamente, cada minuto era una eternidad. Su mente no dejaba de imaginar los peores escenarios, y cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de Rebeca, sonriente y lleno de vida.«¿Y si no sobrevive?» Pensó Kelvin, sintiendo un nudo en el e