Capítulo 369
Un sentimiento extraño lo invadió: «Así que, cuando no estoy, ella logra comer…» pensó con un leve escozor, especulando si quizá el bebé que crecía en su vientre tenía algo en contra de él.

—Está bien —Cintia no preguntó más detalles.

Tras colgar, continuó su camino.

Para volver desde el Hospital Serrano Verde, debía pasar cerca de la finca de la familia.

Entonces pensó en recoger un poco de fideos con mariscos —el platillo favorito de Gabriela— y llevárselos como sorpresa.

Al llegar a la propiedad, recordó que había estado con Mattheo, un encuentro que siempre le resultaba de lo más desagradable, así que decidió subir a darse una ducha rápida y cambiarse de ropa antes de volver a casa.

Mientras se cambiaba, recordó la colección de ropa que había adquirido para ella, parte de una edición especial de Año Nuevo que Gabriela aún no había usado.

Fue a la habitación de Gabriela, escogió dos conjuntos y los metió en una bolsa.

Justo cuando se disponía a marcharse, sus ojos se posaron en el a
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