Vierto el yogurt en el recipiente para batir, jugo de limón, crema de leche, leche condensada, rayadura de limón y mi ingrediente secreto…
Me dejo llevar por mis pensamientos mientras voy preparando los postres de hoy, debo dejar listos los esponjados para antes del servicio, durante dos semanas nos bastamos con el hecho de hablarnos únicamente para lo necesario con Alejandro y ahora ha optado por llamarme Rose, seguramente su intención es darle algo más de formalidad al asunto, sin embargo, eso no causa en mí, de hecho, el que él me llame por mi apellido me hace estremecer aún más o simplemente es porque son sus labios, su manera tan elegante, su acento extranjero o su manera de hablar tan sensual lo que provoca eso en mí.Mi ingrediente secreto unas hojas de estragón, prendo la batidora y empiezo a mezclar todo…Varios de los cocineros que han estado aquí por años han ido renunciando y al señor Nick está menos que contento con ello, hemos tenido que rendir poMe giro rápidamente en mis dos pies y veo a la joven camarera en la puerta, sí, la misma con la que se besaba Alejandro en la despensa, e inmediatamente arruina el momento. Es evidente la situación, mi filipina está abierta por completo, dejando al descubierto la pequeña camisilla que llevo debajo, ambos estamos con las mejillas ardiendo y jadeando. Alejandro mantiene sus manos en mi cintura, me agarra con fuerza, me mantiene delante de él e intuyo que es para ocultar su notable erección. — ¿¡Qué!? — le grita Alejandro completamente energúmeno, también está molesto por la interrupción.Abre sus ojos completamente y se pone nerviosa — Chef… Yo — tartamudea, no sabe qué hacer o qué decir. Y finalmente agacha la cabeza. No lleva su uniforme, va vestida de una manera que deja a la vista sus mejores cualidades físicas y lleva unos documentos en sus manos. Me safo de su agarre, salgo del lugar a pasos largos, me molesta todo, la interrupción, que hubiese sido ella,
— Sigue — dice después de abrir una de las habitaciones de lujo del hotel y hacer una seña para que entre. Le miro con extrañeza antes de pasar — Me he estado quedando aquí algunos días, ha habido mucho trabajo y solo puedo dormir por unas cuantas horas — me explica. Y le comprendo fácilmente, sé que le ha tocado cubrir el puesto del administrador y el de chef jefe. — Ya — me quedo embelesada con la elegancia y el esplendor del lugar, debe ser un amigo muy querido del señor Nick para que esté haciendo esto por él, pero rápidamente vuelvo a concentrarme en la presencia de Alejandro y en todo el efecto que él tiene sobre mi cuerpo. — ¿Quieres algo de tomar? — señala la nevera de vinos dentro de su habitación.— No, gracias — le digo con timidez, y aún no me queda claro si lo que escuché en la nevera sea cierto o uno de los tantos sueños que suelo tener con él. — No deberíamos volver ya a la cocina hay mucho por ha… — se me cortan las palabras en cuanto se
— ¿Vamos? — me pregunta Alejandro, ya todos se han ido en la cocina, incluso los del aseo. — Cinco minutos, por favor — ni quiera le miro, estoy concentrada sacando mis tomates secos del horno.— ¿Qué haces? — estira su cuello para ver con más detalle lo que preparo. — Voy a dejar reposando los tomates en aceite de oliva, para la preparación de los platos de mañana — respiro profundo, me siento nerviosa, tengo que dar el todo por el todo en estos platos, voy agregando uno a uno cada tomate en el frasco de vidrio, al aceite ya le he agregado mis ingredientes secretos. Se acerca al frasco y lo huele por encima, entrecierra los ojos y me mira con suspicacia — ¿Qué le has agregado? — vuelve y huele; y sacude la cabeza tratando de descifrar los ingredientes. Estira sus dedos para sumergirlos dentro del frasco.— ¡No!— ¡Auch! — Le doy un pequeño golpe en la mano antes de que hunda sus dedos en el aceite de oliva. — ¡Lo vas a arruin
Dos platos por preparar, muchos ingredientes sobre la mesa. Respiro profundo y me tranquilizo, levanto la mirada y Alejandro me está observando. Le sonrío, me siento completa en este momento y llega a mí la suficiente inspiración para cocinar tal vez el resto de mi vida. Él me guiña un ojo y los recuerdos de la noche me calientan de nuevo. — Me gustaría hacerte el amor sobre ese cristal, con esta vista — me dijo sobre mi oído suavemente, sus habilidosas manos soltaron los botones de mi abrigo con rapidez, y se adentraron para acariciar mi cuerpo. Aliso mi uniforme y me preparo para empezar, primer plato berenjenas rellenas un plato a simple vista sencillo, pero el relleno será un risotto, no cualquiera, el risotto funghi porcini, ¿ingredientes? arroz, hongos, cebolla, el pomodori al forno en aceite de oliva que preparé anoche, por supuesto mantequilla, perejil, sal, queso parmesano rallado, pimienta y lo más importante las berenjenas. Corto una gran cantidad
Alejandro me pasa un vaso con agua, no sé cómo este hombre me puede conocer tan bien, en tan poco tiempo. — Gracias — le digo con voz ronca y vacío el contenido en pocos segundos. Observamos por un momento los platos allí presentados, la gran mayoría, si no todos se ven exquisitos, con presentaciones impecables.Empieza a probar cada plato por los chefs que han decidido arriesgarse a ser juzgados por Alejandro para el evento. Esta vez no es tan drástico, incluso les hace sugerencias, correcciones y a algunos buenos comentarios. Pero conmigo, conmigo sé que será más exigente, a pesar de llevar una buena relación en estos pocos días se ha generado una rivalidad entre nosotros en la cocina, cuestiones de orgullo o quizá tal vez, aquí en este lugar no me quiero dejar dominar. Sin embargo, eso no afecta la sinergia que ha ido creciendo entre nosotros. Toma el primer plato y lo gira, lo observa por todos lados — ¿Lo probaste? — pregunta aún sin coger los cubiertos p
— ¿Estás bien? — pregunta Emily un tanto desconcertada. Su sonrisa se ha borrado del rostro y ahora se denota preocupada.— No lo sé — mi corazón se va haciendo cada vez más pequeño, en cualquier momento dejará de latir. Solo espero que le revelación de esa mujer, de Isabel sea falsa. Que todo esto sea mentira o un mal sueño. — Espera — pronuncia ella a lo lejos. Sigo mi camino, ignorando completamente a mi amiga hasta llegar a la cava, pero decido no entrar, el señor Nick Johnson está dentro con Alejandro. Están hablando acaloradamente, así que me hago a un lado cuando los escucho pronunciar mi nombre. — De los antiguos cocineros solo queda Olivia, sabía muy bien que Pier iba a tomar venganza por lo que pasó — le refuta Alejandro molesto. En primer momento, no comprendo de qué hablan, ni siquiera sé que tipo de venganza. — No puedes dejar que ella se vaya, Pier no puede ganar — le declara el señor Nick.— Hago lo que puedo. — mi ceño se frunce
Esta vez no paro, no me detengo, no lo quiero hacer, no por el miedo a cambiar de opinión, nada ni una disculpa reforzada por esos hombres me hará cambiar de parecer, no me detengo porque dejar este lugar es tan doloroso como nadie puede imaginarlo, es lo único que me quedaba del recuerdo de mi familia. De mi padre y amor que me infundo por la comida. Cruzo todo el lugar con dificultad, las piernas me tiemblan de la ira, todo desaparece de mi vista, se nubla, se torna oscura y temo caer al suelo por la conmoción, pero me atrae Emily y su fuerte llanto. Al menos debo ser fuerte para ella. Cómo no me di cuenta de su “relación” con este hombre. En qué momento me quedé tan ciega. Emily me sigue, porque también sabe que soy la única que la puede sacar de esto. Salimos del lugar no por la puerta de la cocina trasera, esta vez cruzamos todo el hotel, incluso pasamos por en medio del evento, causando intriga y drama, ya no me importa. Alejandro y el señor Nick caminan tr
— ¿Sólo eso quieres? — le pregunto con sarcasmo, esto debe ser un chiste. — Sí — responde Nick, sin siquiera mirarme a los ojos — Sólo serán tres meses — repite de nuevo. — ¿Estás hablando enserio? — trato de buscar su mirada, esta conversación ya me está fastidiando. — Yo solo vine a pedirte un préstamo, no que intentes arruinar mi vida — me levanto de la silla exasperado.— Me lo debes — está vez me mira directo, sus ojos prietos se clavan en mí, si realmente no lo conociera, sentiría miedo en este instante con su sola presencia, con esa mirada depredadora y distante, pero nadie, ni siquiera sus padres, conocen realmente a Nick, él aprendió desde pequeño a crear su propia mascara para estar en sociedad, para ser el hombre negociante y tenaz que todos conocen.— No te debo nada, Nick — respiro profundo para tratar de controlarme — ¿Hasta cuando vas a culparme de ello? — para mí también fue doloroso — Ambos perdimos — le aclaro. — Si quieres