Esa sensación tan única cuando vez a tu hija al lado de la persona que amas y encima su padre, Vera está pasando por mucho, pero aún así trata de hacer lo correcto.
MORRISMiro el edificio y sonrió sin poder evitarlo, quisiera describir el sentimiento que me embarga en estos momentos. Molly hizo un pequeño berrinche, no quería que me marchara, es una niña muy obstinada, sólo cedió cuando le dejé mi tarjeta que guardó en su pequeña bolsita, lo cual me pareció demasiado gracioso. Solo así me dejo ir asegurándose que tiene una forma de contactarme, quien diría que esa niña acosadora es la hija de Vera, me sorprendió obviamente, cuando la vi observandome mientras dormía pensé que me había vuelto loco, pero no, resulta que la pequeña Molly es hija de Vera. Ahora tienen sentido las M dibujadas en su agenda. Que pequeñas casualidades que me terminan siempre llevando a ella irremediablemente.Mi teléfono vuelve a sonar y mi mente se perturba ¡Maldición! Renata.Tengo incontables llamadas de ella, ¿Cómo voy a mirarla a la cara? Más después de lo que pasó porque el hecho de desayunar junto a Vera y Molly es un detalle menor, la forma en que nos besamos a
VERA Estoy esperando a Laila, la muy chistosa me llamó preguntando ¿Qué tal la visita de Morris ayer? Ya me parecía demasiado que él consiguiera mi dirección tan fácil, Laila está loca. Miro a Molly jugando con sus peluches y me replanteo toda nuestra situación, Molly sin dudas necesita a su papá, yo tengo que encontrar la manera de que ellos estén juntos, es su derecho tener un padre. Sin duda la conexión que tiene con Morris es la prueba de que la sangre llama. La forma en que lo persuade y él solo accede, apenas la vio en tres ocasiones y mi niña ya consigue lo que quiere de él. Se me hacen tan lindos juntos. - Hoy papá me hizo un desayuno de canqueques ¿Te gustan los canqueques que me hace papá? - la escucho hablar con sus juguetes muy emocionada, a esto me refiero, su emoción aún perdura. Tiene su bolsito cerca cuidando de no perder la tarjeta que le dio. - Vamos a decirle a Papá que se quede un día a contarnos un cuento "Siii un cuento del papá de Molly" - hace vocecitas com
MORRIS Entro tan apresurado que olvidé mi teléfono en el auto, pero no importa, ahora solo quiero verla a ella. Golpeo su puerta la abre hablando, lo cual no termina porque me mira llena de sorpresa, tiene el pelo recogido de manera desordenada, se ve cansada, tiene las mangas de su camisa recogidas hasta los codos dándole un toque casual y despreocupado. Solo verla y es como si mi humor cambiara completamente. -Morris… - Lo siento, tu mensaje fue algo dudoso, decidí pasar porque sentí que no me hablarías si no fuera importante. – frunce el ceño como si no entendiera lo que digo. - ¿Mensaje? – Ahora el sorprendido soy yo. -Si Vera, el mensaje que me enviaste, por favor dejemos los jueguitos mentales, ya me mentiste con lo de conocernos ¿Ahora vas a mentirme con esto? – niega queriendo hablar pero es como si las palabras no le salieran. - Yo no te envía ningún mensaje, de verdad Morris, yo no te hable, puedo mostrarte mi teléfono y verás que no lo hice – ella se aleja de la puert
VERA Cubro mi rostro angustiada mientras los minutos parecen eternos en la sala de espera, no quiero que nada le suceda, otra vez estar en el hospital con él, los recuerdos de tanto dolor vuelve a mi cabeza y solo puedo llorar. ¿Cómo paso de sentirme tan bien a sentirme tan mal? Es como si la vida todo el tiempo me dijera que no debo ser feliz. La mejor noche en años arruinada por lo que espero no sea nada grave, yo.. solo quería decirle que nuestro amor tiene un resultado y ese es Molly, sólo quería por un segundo pensar que podíamos ser felices los tres. ¿Y si su enfermedad volvió? ¿Habrá sido mi culpa? Solo quiero que el médico salga y me diga que él está bien y el motivo de que se desmayara, uno no se desmaya porque sí. Muevo mis pies con nerviosismo mientras las lágrimas siguen cayendo, no puedo detenerlas, mi cuerpo tiembla, y creo que de tanto frotar mis manos comenzaran a levantar calor. Un médico sale y me apresuro a llegar a él para saber cómo está. -Doctor ¿Cómo está?
MORRIS Abro lentamente los ojos y me encuentro en una cama de hospital, tengo un suero conectado a mi brazo y lo primero que hago es buscarla a ella, pero no veo a nadie. ¿Por qué estoy aquí? ¿Será el karma? ¡Oh si! Esto es karma, me pasa por ser un maldito infiel, yo… ¿Cómo pude acostarme con Vera sin pena? Maldición es que no puedo arrepentirme, siendo honesto no siento culpa, acabo de despertarme y a pesar de no entender como terminé aquí, es más necesario para mí saber de ella que de mi mismo. —Hola señor O’Braian ¿Cómo se siente? — entra el medico y me siento mejor en la cama. —Veo que ya se siente bien — asiento y miro hacia los lados esperando verla. —Yo, me siento bien, solo que estoy algo confundido, la verdad no sé como llegue aquí y... ¿Por qué? Es incómodo, lo único que recuerdo es estar… —Tuvo una reacción adversa a una mala dosis del fármaco que uso — arqueo una ceja confundido ¿Fármaco que use? —Estoy algo confuso, yo no use ningún fármaco — Saca unos papeles que
VERA Llego al departamento de Laila demasiado exaltada, nunca debí dejarla que se quedara sola, es que siempre lo hace y jamás sucedió nada. Solo puedo pensar que es mi culpa, porque creo todas las madres me entenderán, cuando un hijo se enferma solo podemos pensar que algo hicimos mal. Golpeo apresurada y Laila me atiende al instante. — ¿Cómo está? — entro buscando a Molly con la mirada. —Ya está sin vomito, pero aún se siente mal, al menos retuvo el agua que tomo — está muy mal mi pequeña. —Al parecer comió algo que le cayo mal, ella comió chocolate conmigo lo único que se me ocurrió es que sea eso — camino hasta el sillón donde está durmiendo Molly. —Fue eso Lai, ella comió chocolate en la mañana con Morris y le habrá caído mal tanto exceso — toco su frente para saber si tiene temperatura pero por suerte no. —Lo siento amiga, yo no lo sabía yo… hey tranquila solo es un mal estar de estómago – Lai me abraza y me encuentro llorando sin saber porque, vine tan asustada, solo pens
MORRIS No debí juzgarla, tantas cosas que pensé de ella y solo me dejo porque Molly está enferma, debí llamarla, pero tampoco tenía su número. Yo creyendo que solo me uso, que era una mujer desalmada que simplemente me abandono en el hospital, a veces soy demasiado impulsivo al pensar, pero fue todo demasiado confuso, como un tonto me sentí herido, es que siento tantas cosas por ella que me nubla la razón. El solo hecho de escuchar su nombre activa una ansiedad sin sentido. Y esta niña me tiene así dejando a mi prometida en plena discusión porque la preocupación que embarga mi cuerpo por saber que le sucede no tiene lógica. Conduzco hasta el departamento de Vera y golpeo su puerta. No tarda demasiado en atender y me mira llena de sorpresa, preocupación y desconcierto, pero a la vez sus ojos brillan. Antes que pueda hablarle Molly viene corriendo. — ¡Morris! —me agacho a su altura y ella me abraza pero yo solo miro a Vera. Ella me gusta, no tengo dudas. —Cumpliste y viniste —
VERA Lo miro parado en la puerta, si mirada va a mis labios y luego a mis ojos. —Gracias por venir Morris, de verdad qu… Me besa y solo me dejo hacer entregándome a este beso tan casual que me llena de sentimientos. —Nunca en todos estos años me había sentido tan bien como contigo y Molly —susurra separándose de mis labios y como tonta me quedo muda — Es como si siempre hubiera sido así y sé que descubriré el porque — se aleja acariciando mi mejilla. —No tienes que agradecerme, Molly es una niña hermosa y no hubiera dudado es venir ni un segundo, lo sentí y lo hice — sonríe y camina hacía el ascensor dejándome llena de emociones. Sus palabras, como él dice sentirse, aunque no haya un recuerdo de lo que fuimos, todo sigue ahí, nuestro amor siguen intacto. Él quiere a Molly a pesar de conocerla hace tan poco, eso solo es la prueba de que la sangre se siente. Cierro la puerta aún atontada por todo esto, sonrío mientras suspiro. Lo amo, siempre lo hice y siempre lo haré. Solo me p