POV: Ashley.
—Es evidente la tensión que se vive entre mi hermano y tú —dice Esme, de repente.
Yo giro mi cabeza para mirarla. Su vista está fija en el frente, mientras conduce por las calles de la ciudad, rumbo a mi nuevo apartamento.
—¿Por qué dices eso? —pregunto, un poco avergonzada. Bajo mi cabeza y me enfoco en los documentos que llevo encima, para evitar su mirada. Siento los ojos de Esme sobre mí por una fracción de segundo, supongo que pensando si decirme tonta o qué.
—¿En serio me preguntas eso? —insiste, en shock con mi pregunta. Niega con la cabeza y fija su mirada al frente otra vez—. Deberías verlo todo desde fuera, para que te dieras cuenta. No pueden dejar de comerse con la mirada.
Bueno, en eso tiene razón. Quisiera pensar que no es tan fácil determinar la atracción que existe entre William y yo, pero estaría pidiendo un milagro. Es obvio que al menos yo, no puedo negarme a su sex appeal. Fue bastante difícil para mí,
POV: Ashley. Ricardo se queda con nosotros a disfrutar de la rica comida encargada por William. Lo hace con un poco de vergüenza, pero al parecer vale la pena quedarse y disfrutar de la compañía. Cuando se va, Christopher lo hace con él. Estábamos comentando que tendría que quedarse, puesto que era tarde para él estar en la calle; así que Ricardo se ofreció a llevarlo. Se despidió de nosotras y a mi madre le dirigió una tierna mirada antes de salir del todo de la habitación. —Bueno, yo creo que Ricardo está loquito por ti —digo, en cuanto cierro la puerta detrás de mí. Mi madre se pone colorada al instante. —Que cosas dices, Ashley —niega ella, haciéndose la desentendida. —La verdad, eso es lo que digo —río y ruedo los ojos. Comenzamos una discusión sobre las razones por las que defiendo mi posición; mi madre intenta desestimarlas con excusas y justificaciones sin valor, para al final, terminar llegando sin remedio a la conclus
POV: Ashley.Salgo del vestidor, mirándome los pies y acomodando la falda negra elastizada.—Wow... —ovaciona Steph—. Creo que este es el elegido.La miro y tiene sus pulgares arriba. Ruedo los ojos y resoplo, con sus palabras.—Steph, has dicho lo mismo de los últimos cinco conjuntos —comento, un poco frustrada.—Es que todos son geniales y te quedan hermosos —dice, con un puchero—, pero este —señala mi cuerpo— es el indicado para tu primer día.Levanto una ceja ante su seguridad y voy camino al espejo. Steph me alcanza la chaqueta negra a juego con la falda y la coloco por encima de la blusa blanca medio transparente. Al ver mi reflejo, soy consciente, al fin, del cambio tan drástico que estoy experimentando.—Sí, sí, se siente raro —comenta Steph, al imaginar lo que estoy pensando. Hace un gesto con su mano y se
POV: Ashley.Sentir su mirada ardiente sobre mí, me acalora y me avergüenza a la vez. Al escuchar su voz, baja y profunda, con un "buenos días, preciosa" más que significativo, me provoca una corriente que nace en los dedos de mis pies y termina en la nuca, con un estremecimiento.—¿Vamos? —pregunta William, con un carraspeo y extiende su mano para tomar la mía.Doy un paso más cerca de él y acepto su mano. La corriente resurge y provoca chispas en nuestros dedos.—Vamos —respondo con una sonrisa y evito su mirada, pero la siento sobre mí.Se queda un segundo de más en el mismo lugar; luego reacciona, sacude su cabeza y asiente. Me dirige hasta el auto y me ayuda a entrar.Nos acomodamos sobre los finos asientos de cuero negro, yo me voy hasta la ventanilla contraria, un poco alejada de él. La tensión entre nosotros hoy es completamente
POV: William.La veo irse con mi hermana y me siento extraño. No sé por qué me hice a la idea de que almorzaríamos juntos en su primer día de trabajo.Un poco decepcionado regreso a mi oficina e intento dejar de pensar en ella. Es difícil, aún más, después de la sorpresa que me llevé con su trabajo. Ya me imaginaba que sería muy observadora, detallista y organizada, pero no esperaba que tan pronto analizara nuestro trabajo con tanta profundidad y carácter.Todo lo que dijo sobre el proyecto propuesto, es real. Yo lo vi como una pérdida de tiempo, que estuviéramos hora y media escuchando a Mars hablar sin parar de algo que a la vista no será factible; no al menos sin investigar un poco más, cosa que él no ha hecho. Me pareció de muy mal gusto interrumpirlo, así que nos quedamos hasta el final, pero no pude dejar de aprovechar la oca
POV: Ashley.Salgo de la oficina con un genio de mil demonios. Necesité de toda mi fuerza de voluntad para no darle a William una mala contesta, pero sucede que soy una profesional y puedo comportarme como tal. En otro lugar, hubiera sido igual o peor; así que no lo pienso mucho y voy al departamento de economía. Necesito bajar dos pisos, así que voy al ascensor.Busco al señor Lewis, el gerente principal y le informo de la petición del jefe, le doy el ultimátum y él me asegura que todo estará bien, que no le será difícil obtener los datos y que posiblemente, se los deje hoy mismo, antes de que termine la jornada.Suspiro, un poco aliviada por eso, cuando voy de regreso. Tenía la preocupación de que el señor Lewis fuera un moroso y que eso me trajera complicaciones. Yo entiendo la posición de William y su actitud, lo que no le perdono es que haya asumido algo
POV: Ashley.Su boca arrasa con la mía y no me da tiempo a reaccionar. Mis palabras encendieron en él la llama que yo había apagado cuando le hablé de una amistad. Devuelvo el beso con ímpetu y creo que terminaremos fundiéndonos el uno en el otro. Mis jadeos salen desde lo más profundo de mi garganta sin poder detenerlos; siento sus manos presionar en mi cintura, mis caderas, mis muslos y más que cerca de mi trasero. Las mías se apoyan en sus hombros, buscando esa estabilidad tan necesaria ahora que mis sentidos andan ocupados. Subo una mano por su nuca y acerco más su cabeza, cuando noto que pretende separarnos y yo aún no me siento preparada para abandonar sus labios. El gemido ronco y fuerte que sale de él, enciende mi cuerpo y me informa que sí, le gustó mi gesto posesivo.Sus manos suben un poco y se acercan a mis pechos, sigue subiendo y quita mi chaqueta, de forma b
POV: William.—Sí, Will, a nosotros nos interesa —dice Leonel y le da un sorbo a su whisky—, incluso, creo que es una excelente oferta.—Yo creo lo mismo —interviene Rafael y apunta, con la mano que sostiene su vaso, en dirección a su gemelo, en apoyo a sus palabras.Me quedo pensativo, recostado al respaldo de la cómoda silla y llevo el vaso a mis labios para darme un trago. Siento el ardor en mi garganta y me abstengo de hacer una mueca.—De todas maneras, Will, yo creo que deberías consultar con el italiano, Berlusconi, él puede asesorarte —comenta Leonel, ante mi silencio. Alzo la cabeza y enfoco mi mirada sobre él—, nosotros como proyecto lo vemos bastante interesante, solo habría que documentarse sobre los temas legales asociados y las reglas internacionales. En eso puede ayudarte tu amigo.—Yo también lo pensé, pero ya era muy
POV: William.Luego de un encuentro más que caliente entre Ashley y yo, de milagro podemos separarnos y bajar juntos donde Ricardo nos espera. Como siempre, los ascensores apelan a nuestra fuerza de voluntad y mis manos se cierran en puños para evitar tocarla. Una ayuda extra es que Ashley se aleja lo más posible de mí, con las mejillas encendidas.—No entendí bien lo del viaje a Italia —dice, una vez salimos del edificio.Ricardo abre, como siempre, la puerta trasera y subimos al auto. Segundos después, se pone en movimiento y yo comienzo a explicarle todo a Ashley.—La propuesta de ayer es un negocio internacional, para eso tengo un amigo que me asesora y me da el visto bueno —comienzo y ella asiente.—Alessandro Berlusconi —interrumpe y yo me sorprendo. Asiento, con orgullo.—Ale y yo estudiamos juntos en la universidad. Mientras él se especializaba