Sintieron el acribillamiento que les dio esa mirada que la pelirroja posó en ellos. La misma pasó sus ojos claros de Sunny a Darcy doblando un poco la cabeza cuando le miró ese rostro limpio y suave. Si no supiera la realidad de esos dos podría cuestionarse si esos labios hinchados que mira en ambos o ese atisbo de brillo labial que nota aun en la comisura de los labios de Darcy es real, pero lo sabe bien, sabe más que bien si es real.
La pelirroja, elegante aun con ropa muy ajustada, elevó su mentón cuando se encontró con la pareja en el primer piso. Darcy le sonrió con debilidad y fue buscando la cocina, pero Portia le tomó del brazo, viendo como Sunny volteaba con disimulo hacia ellos, pero fue más fuerte moviéndose hacia el área del comedor.—Buenos días querido—le saludó como con ironía.—Buenos días, ya nos habíamos saludado y visto—indicó él con confusión—llegaste muy a las seis de la mañana a mi habitación a preguntarme algo de la ruta hacia elEn el umbral de la puerta, las tres se despidieron de él. Sus sonrisas amplias, la emoción en su mirada y ese como recordatorio de que todo saldría bien. Claro que apenas notó que sus empleados no estaban cerca, no dudó en tomar de la cintura a Sunny y plantarle un beso de despedida hasta en la tarde, porque no esperaba volver demasiado tarde.El corazón le latía agitado y una especie de emoción nueva se movía por su piel. No estaba seguro de dónde nacía. Quizás es su nueva relación, quizá sabe que sus hijas han encontrado a alguien en quien confían y con quien se sienten cómodas. Quizás es un todo en realidad. La idea de sentirse seguro para poder volver al trabajo, porque en su mente la preocupación por el bienestar de sus pequeñas se ha llenado de la calidez que Sunny les provee a todos.El desayuno, pese al tenso momento
El salón quedó en silencio cuando la alta y elegante figura del caballero pasó al interior. El espacio no era exactamente grande porque la misma empresa había reducido un poco sus trabajadores y expansión, pero los que habían quedado se vieron ciertamente confundidos cuando el dueño de la perfumería y director se presentó en el edificio y convocó aquella reunión. Claro que todos vieron su llegada, algunos no lo creían, pero otros se sintieron orgullosos de que haya conseguido volver y esta vez con lo que parecía una decisión clara y muy firme en su azulada mirada de que sería con mejor actitud y sobre todo disposición para lo que les esperaba.Cuando Darcy tomó su lugar en esa pequeña tarima, Wesley y Portia, ubicados con cierta distancia, se cruzaron una mirada. Desde el lugar, el mismo empresario notó lo mismo. No es que considerara a ninguno
Todas las miradas se posaron en esa elegante pelirroja que entró a la oficina de Darcy cuando este la llamó. Altiva, con el mentón en alto y mirando de soslayo a los empleados, se colocó de pie junto al director del área de mercado, quien la observó con el ceño fruncido y una sonrisa nerviosa, pero la mujer arqueó una ceja, lo que hizo que el joven se levantara para cederle el asiento. Darcy simplemente suspiró pesadamente al ver a Portia, quien, con los brazos cruzados, se ubicó frente a él, acomodándose para mostrar un poco más de pierna al subirse el vestido. La pelirroja le sonrió coquetamente, pero la mirada de Darcy apenas parecía notarla.—Dime, querido, ya estoy aquí —señaló con voz delicada.—Bien —Darcy se puso de pie para dirigirse a su equipo—. Les presento a Portia Heathcliff. Se unirá a nosotros
Desde las escaleras, las dos niñas vieron el desfile de las maletas de Portia hasta su automóvil, que al ser más pequeño, tenía en aprietos a los empleados que la habían ayudado. Pronto la mujer apareció luciendo negro, con un sombrero incluido, lo que sin duda logró una expresión en conjunto de burla entre Sunny y las niñas. Pero al final, las tres suspiraron cuando la pelirroja se colocó ante ellas. Parecía que estaba lista para un funeral, y si bien sus palabras siguen resonando en el pecho y mente de Sunny, no podía negar que todo el teatro de la dama saliendo de la casa le estaba dando como un golpe de tranquilidad. Después de todo, no le había gustado para nada la manera en que roza y le habla a Darcy desde el primer día, y ahora siendo su novio, menos que lo encuentre apropiado. —Mis amores —la voz de Portia fue segura—, su tía se debe ir. —Okay —la respuesta de Zoey la hizo apretar la mandíbula—, que tengas buen viaje. Sin dudarlo, la
Cuando se encontraron frente a frente en la oficina del caballero, ambos dibujaron una amplia sonrisa. Habían tenido un almuerzo espectacular y cargado de ese compartir que les hacía bien a todos, porque ciertamente las niñas disfrutaban al máximo cuando conseguían estar juntas. De alguna manera, las gemelas sentían que ya eran una familia y, por supuesto, incluían a Sunny en la misma. Mientras ellas buscaban una receta para lo que iban a hornear en la tarde, la pareja se dio el espacio para tener esa conversación sobre lo que afectaba a Sunny y su familia. Ella no se sentía demasiado convencida de querer cargar sus problemas monetarios y familiares en su novio; después de todo, apenas iniciaba esa relación. Pero sabía bien que no había nadie como él para poder conseguir al menos algún tipo de consejo. En el momento en que sus miradas se encontraron de nuevo, ella solo pudo negar, sonriendo un tanto ruborizada a todo eso que él le provocaba. —¿Cómo estu
Notaba cada fruncimiento que hacía su padre con el rostro. Había llegado hace unos cuarenta minutos a su casa luego de lo que puede considerar uno de los días más agradables en su puesto de niñera. Horneó con las niñas una deliciosa torta marmoleada y terminaron tomándola como postre cuando tuvieron la cena, nuevamente con ese Darcy emocionado que llegó feliz, satisfecho y seguro de su primer día otra vez como el CEO de su empresa.Raymond no solo se ha sorprendido con lo que su hija le ha dicho, sino con la idea de que este hombre, su novio, ese con el que está saliendo, se haya ofrecido de una manera casi sin dudarlo, porque ella así lo ha dejado claro, para ayudarles a ellos con la situación del banco.No es que desconfiara de las intenciones de Darcy Upton, y puede estar seguro de que es mejor prestarle al caballero que hacerlo a otro banco o incluso a un amigo prestamista qu
Quiso contener su emoción cuando vio a la joven bajando del viejo sedán con una pequeña maleta. Ese sería el día, la noche en realidad, donde no tendrían que despedirse de la misma en el umbral de la puerta. Su corazón latía agitado, pero de emoción y confianza, mientras se envolvía en la paz que ella parecía transmitirle cuando se encontraba cerca.El día había arrancado frío y él apenas logró alistarse. Las niñas dormían y no iba a interrumpir su sueño. En cuanto Sunny se encontró ante él, solo lo vio voltear a todos lados, avanzar hacia ella, tomarla de la cintura y plantarle un beso espectacular, uno que ella misma venía deseando.—Déjame ayudarte —le indicó grave, tomándole la mano.—¿Dónde se queda tu personal?—No, tú no vas a queda
No estuvo segura de qué era lo que le había provocado esos extraños nervios en su panza, pero tuvo un día agitado, un día que se sentía como si nunca terminaría y eso le causaba un palpitar intenso en su corazón. Puede suponer que no se debía al día, sino a la noche, esa que ya está cayendo y se va presentando fría, como preparando un espacio para el compartir, para una cena cálida, películas animadas al lado de la chimenea y, por supuesto, un chocolate caliente que ya estaba preparando.Aunque lo esperaron para el almuerzo, Darcy esa vez no pudo llegar. Su afán por dejar todo listo a finales de semana y arrancar la siguiente lo mantuvo en reuniones intensas todo el día, incluso tuvo una en su hora de almuerzo. Claro que compró comida para todos, animados por la emoción del jefe se sintieron inspirados para también explorar eso nuevo que se ven&