El salón quedó en silencio cuando la alta y elegante figura del caballero pasó al interior. El espacio no era exactamente grande porque la misma empresa había reducido un poco sus trabajadores y expansión, pero los que habían quedado se vieron ciertamente confundidos cuando el dueño de la perfumería y director se presentó en el edificio y convocó aquella reunión. Claro que todos vieron su llegada, algunos no lo creían, pero otros se sintieron orgullosos de que haya conseguido volver y esta vez con lo que parecía una decisión clara y muy firme en su azulada mirada de que sería con mejor actitud y sobre todo disposición para lo que les esperaba.
Cuando Darcy tomó su lugar en esa pequeña tarima, Wesley y Portia, ubicados con cierta distancia, se cruzaron una mirada. Desde el lugar, el mismo empresario notó lo mismo. No es que considerara a ninguno
Todas las miradas se posaron en esa elegante pelirroja que entró a la oficina de Darcy cuando este la llamó. Altiva, con el mentón en alto y mirando de soslayo a los empleados, se colocó de pie junto al director del área de mercado, quien la observó con el ceño fruncido y una sonrisa nerviosa, pero la mujer arqueó una ceja, lo que hizo que el joven se levantara para cederle el asiento. Darcy simplemente suspiró pesadamente al ver a Portia, quien, con los brazos cruzados, se ubicó frente a él, acomodándose para mostrar un poco más de pierna al subirse el vestido. La pelirroja le sonrió coquetamente, pero la mirada de Darcy apenas parecía notarla.—Dime, querido, ya estoy aquí —señaló con voz delicada.—Bien —Darcy se puso de pie para dirigirse a su equipo—. Les presento a Portia Heathcliff. Se unirá a nosotros
Desde las escaleras, las dos niñas vieron el desfile de las maletas de Portia hasta su automóvil, que al ser más pequeño, tenía en aprietos a los empleados que la habían ayudado. Pronto la mujer apareció luciendo negro, con un sombrero incluido, lo que sin duda logró una expresión en conjunto de burla entre Sunny y las niñas. Pero al final, las tres suspiraron cuando la pelirroja se colocó ante ellas. Parecía que estaba lista para un funeral, y si bien sus palabras siguen resonando en el pecho y mente de Sunny, no podía negar que todo el teatro de la dama saliendo de la casa le estaba dando como un golpe de tranquilidad. Después de todo, no le había gustado para nada la manera en que roza y le habla a Darcy desde el primer día, y ahora siendo su novio, menos que lo encuentre apropiado. —Mis amores —la voz de Portia fue segura—, su tía se debe ir. —Okay —la respuesta de Zoey la hizo apretar la mandíbula—, que tengas buen viaje. Sin dudarlo, la
Cuando se encontraron frente a frente en la oficina del caballero, ambos dibujaron una amplia sonrisa. Habían tenido un almuerzo espectacular y cargado de ese compartir que les hacía bien a todos, porque ciertamente las niñas disfrutaban al máximo cuando conseguían estar juntas. De alguna manera, las gemelas sentían que ya eran una familia y, por supuesto, incluían a Sunny en la misma. Mientras ellas buscaban una receta para lo que iban a hornear en la tarde, la pareja se dio el espacio para tener esa conversación sobre lo que afectaba a Sunny y su familia. Ella no se sentía demasiado convencida de querer cargar sus problemas monetarios y familiares en su novio; después de todo, apenas iniciaba esa relación. Pero sabía bien que no había nadie como él para poder conseguir al menos algún tipo de consejo. En el momento en que sus miradas se encontraron de nuevo, ella solo pudo negar, sonriendo un tanto ruborizada a todo eso que él le provocaba. —¿Cómo estu
Notaba cada fruncimiento que hacía su padre con el rostro. Había llegado hace unos cuarenta minutos a su casa luego de lo que puede considerar uno de los días más agradables en su puesto de niñera. Horneó con las niñas una deliciosa torta marmoleada y terminaron tomándola como postre cuando tuvieron la cena, nuevamente con ese Darcy emocionado que llegó feliz, satisfecho y seguro de su primer día otra vez como el CEO de su empresa.Raymond no solo se ha sorprendido con lo que su hija le ha dicho, sino con la idea de que este hombre, su novio, ese con el que está saliendo, se haya ofrecido de una manera casi sin dudarlo, porque ella así lo ha dejado claro, para ayudarles a ellos con la situación del banco.No es que desconfiara de las intenciones de Darcy Upton, y puede estar seguro de que es mejor prestarle al caballero que hacerlo a otro banco o incluso a un amigo prestamista qu
Quiso contener su emoción cuando vio a la joven bajando del viejo sedán con una pequeña maleta. Ese sería el día, la noche en realidad, donde no tendrían que despedirse de la misma en el umbral de la puerta. Su corazón latía agitado, pero de emoción y confianza, mientras se envolvía en la paz que ella parecía transmitirle cuando se encontraba cerca.El día había arrancado frío y él apenas logró alistarse. Las niñas dormían y no iba a interrumpir su sueño. En cuanto Sunny se encontró ante él, solo lo vio voltear a todos lados, avanzar hacia ella, tomarla de la cintura y plantarle un beso espectacular, uno que ella misma venía deseando.—Déjame ayudarte —le indicó grave, tomándole la mano.—¿Dónde se queda tu personal?—No, tú no vas a queda
No estuvo segura de qué era lo que le había provocado esos extraños nervios en su panza, pero tuvo un día agitado, un día que se sentía como si nunca terminaría y eso le causaba un palpitar intenso en su corazón. Puede suponer que no se debía al día, sino a la noche, esa que ya está cayendo y se va presentando fría, como preparando un espacio para el compartir, para una cena cálida, películas animadas al lado de la chimenea y, por supuesto, un chocolate caliente que ya estaba preparando.Aunque lo esperaron para el almuerzo, Darcy esa vez no pudo llegar. Su afán por dejar todo listo a finales de semana y arrancar la siguiente lo mantuvo en reuniones intensas todo el día, incluso tuvo una en su hora de almuerzo. Claro que compró comida para todos, animados por la emoción del jefe se sintieron inspirados para también explorar eso nuevo que se ven&
Envueltos en el calor de la chimenea, no sintieron el frío llegar ni el tiempo correr. En pijama tomaron la cena, una que se dio de manera encantadora, con las dos niñas hablando con gusto de todo lo que querían compartirle a su padre y escuchando lo que este, igual de emocionado, les compartió a las tres sobre el proyecto en cuestión. Fueron invitadas, las tres, por el mismo Darcy a visitar la empresa el día jueves, ya que tendrían una primera muestra de los envases que iban a usar para la colección y como la misma involucraba a cada una, quería que ellas mismas le dieran su estilo. Claro que aclaró que esa que estaría en honor de su difunta esposa sería escogida por ellos tres, algo que para Sunny no se sintió incómodo, ni en ese momento ni en ningún otro mientras se hablaba de Amanda. Le gustó en realidad escuchar el amor que ellos como familia le tienen aún a la mujer que dejó un gran legado de amor, nobleza y humildad en Darcy como su esposo y las gemelas como sus hijas. Incluso
La mano fue fuerte recorriendo su cuerpo mientras la embestía. Le tomó delicadamente del rostro para besarla, pero pronto los gemidos femeninos se fueron deslizando entre sus bocas. Se acomodó para estar de rodillas ante ella, que se arqueaba en espalda ante esa fuerza con la que era tomada. Llevó la mirada hasta el techo cuando su pecho fue tomado por una lengua ágil, pero pronto la misma recorrió su cuello. Se mantuvo perdida en el ritmo que él trazaba, solo viéndose envuelta prontamente en esa liberación que logró que Darcy se agarrara de las manos femeninas que llevó sobre la cabeza de la ruborizada chica. Se vieron de frente mientras él continuaba disfrutando de su interior, invitándola a envolverse con más seguridad en ese ritmo que había invadido sus pieles desde que iniciaron. Al romper la unión, solo pudo inclinarse a recorrer nuevamente con su lengua cada rincón de esa adicción que era el coño femenino, pero pronto la mano delicada en su cabellera le da