Aunque ella se acomodó más que bien en el pecho masculino, envuelta en su perfume fue encontrando un poco de paz y fue ella misma quien se separó de ese caballero que la miró con ojos de preocupación, tocándole el cabello que ha dejado suelto, hasta acunarle el rostro. Pasó saliva sintiendo como ahora mismo elevarse en puntillas y tomar esa boca en un beso parecía la mejor decisión, pero al final solo suspiró cuando sintió los delicados brazos de las niñas que también la miraban.
Voltearon todos al mismo tiempo cuando alguien aclaró su garganta. Portia, muy cómoda en realidad y aun cuando usaba ropa que parecía muy ajustada, arqueó una ceja hacia donde se encontraban, pero luego clavó sus expresivos ojos en Sunny quien dio un paso hacia atrás, saliendo del pecho de su jefe y solo rodeando a las niñas por los hombros.—Vamos adentro que hace frío—susurró apenas delicadamente tomando cada mano de las niñas que querían saber que pasaba.Sunny solo sacó elLogró calmarse con el té que tomó con desesperación, aunque estaba un poco caliente. Aunque Portia quiso saber sobre su estado, el llanto de la mañana y la alteración que cargaba, Sunny no fue capaz de quedarse siquiera en el mismo lugar que la pelirroja mujer, quien solo frunció el ceño cuando la vio subir con desesperación al segundo piso. En el momento que ella fue por las niñas ellas y su padre iban saliendo de la habitación principal. Darcy y Sunny se cruzaron una rápida mirada, pero las menores salieron corriendo hasta abrazar a la niñera, quien las rodeó de manera inmediata, para inclinarse luego ante ellas a quien le sonrió débilmente rozando sus ruborizadas mejillas. —El almuerzo está listo y quisiera que coman pronto, para que luego hablemos. —Ya hablamos con papi—Zarah no dudo en rodear a Sunny del cuello y dejarle un beso en la mejilla. —Si, no hay nada de qué preocuparse—Zoey agregó con rapidez—los adultos toman sus decisiones, pe
Pasó todo el día con el corazón agitado y cuando llegaron las cinco de la tarde solo pudo suspirar buscando la cocina donde quería hacer algo especial para la cena de las niñas, que, si bien tuvieron un almuerzo tardío, ella sabe bien que necesitaban de una alimentación sana y con sus horarios ya establecidos no era correcto restringirle algún tiempo de comida. Se apoyó con los brazos en la encimera cuando sus pensamientos la remontaron a ese beso, ese primer beso y luego esos otros que han tomado su boca. Comprende y puede estar segura que si se queda no habrá vuelta atrás y esa misma noche se entregaría a Darcy Upton, y por lo mismo se ha convencido de que no era lo mejor. Le da miedo que la soledad en él que, es un hombre que si tiene necesidad, sea la promotora de toda esa intensa situación. Ella misma es capaz de confundir la atracción física con algo mucho más poderoso y no le iba a dar espacio a nada que pudiera condenarla una vez más al desempleo. Todo er
Se encontraba arreglando el cuarto con las pequeñas para luego irse a su casa, porque ciertamente quedarse sería un error, cuando tocaron la puerta. Fue la encantadora Zoey quien abrió para su padre quien solo le acarició la cabellera, pero posó su mirada en Sunny. Han compartido los cuatro, porque Portia no quiso unirse, una cena de sopa de tomate cremosa con sándwich de queso fundido que los hizo repetir a todos, así que al menos andaban las panzas llenas, aunque los corazones estuvieran agitados. Claro que Sunny notó esa mirada que las niñas se dieron. Ninguna le ha dicho nada, aunque se la ha hecho raro, pero puede suponer que se debe a lo que Darcy habló con ellas, lo que no sabe es que fue exactamente lo que les dijo. Cuando las rubias se fueron moviendo como coordinadas, hasta dejar que Sunny y Darcy estuvieran algo cerca, la castaña solo pasó saliva. Le buscó la mirada a su jefe y luego a las pequeñas. —Voy a dejar las camas ordenadas y ya luego me iré. —Pensé que te queda
La mano fuerte bajó por su cuello, mientras ella lo tenía apresado a su cuerpo desde la cintura, comiéndose la boca poco espacio había para dejar entrar a la duda sobre eso que, si sentían, aun cuando no saben definir si es correcto, si es muy pronto o si forma parte de una ilusión fantasiosa, solo saben que se desean, que se quieren y eso que hacen es justamente lo que necesitan. Gimió delicada cuando los besos fueron buscando su cuello y llevó la cabeza hacia atrás cuando esos labios se posaron en su delicada piel. Darcy le pudo sentir el ritmo del pulso agitado, siendo ella misma quien lo tomó de la cabeza para ubicarlo nuevamente en su boca. En ese momento invitaron a sus lenguas a encontrarse, gimiéndose cuando él mordió despacio su labio inferior. Las manos la apretaban de la cintura, a veces la envolvían como si fuera un abrazo y otras buscaban su rostro, pero la cercanía era tan clara como esas pieles erizadas. Ese pulgar que rozó su labio y entreabrió su
Ese domingo despertó con una amplia sonrisa, preparó el desayuno para su familia porque la salida con la niñas y Darcy fue cambiada para el almuerzo ya que no querían que se le colará cierta invitada que andaba haciendo planes con todos ellos, pero según lo que la misma indicó, solo podía en la mañana porque en la tarde iría a hacer unas cosas personales de las que nadie pidió información. Se siente nerviosa, nostálgica y al mismo tiempo como envuelta en una burbuja especial. No sabe si nace de la idea de que haya sido él quien dijera que podían intentarlo o exactamente de eso, que él quiere intentarlo. Claro que no se puede seguir negando lo mucho que Darcy le atrae y puede que sus ides se manejan con demasiado adelanto pensando en algo tan profundo como una relación, no puede comportarse como las chiquillas que los quieren ver casados. Está segura que ella no va a sustituir a la ex esposa de Darcy y ahora mismo llenarse de todo el caos que le ocasiona pensar en
El almuerzo se extendió de manera encantadora hasta el postre. Comieron riquísimo y ciertamente Sunny se dio el gusto de probar al fin autentica comida italiana. Claro que las niñas le hablaron de su único viaje al precioso país y lo que recuerdan de Roma y Toscana que fueron las ciudades que visitaron, aunque poco tardaron en pedirle a su padre que las llevará a todas, ya con Sunny incluida, quizás para el nuevo año. Para Darcy era claro que sus hijas estaban haciendo muchos planes que incluían a esa preciosa chica que cuando lo miraba le dibujaba de manera inmediata las sonrisas. El mismo se ve pensando en lugares que puede enseñarle, sitios donde podrían tener su primera cita y ¿Por qué no? esos países que podrían disfrutar los dos o los cuatro juntos. Se ha convencido, porque no es algo que quiera hablar con alguna persona ajena a ellos, aunque en realidad muy pocos puede tildar de amigos, pero el mismo se ha convencido de que lo mejor es la calma. Aquello le
La feria era un lugar amplio y abierto, contaba con muchos puestos de comida y con una decoración navideña que anunciaba las fiestas muy cercanas. Al ser domingo si se encontraba algo congestionado de personas, además que era un punto de reunión y distracción recientemente inaugurado, pero lograron estacionarse casi lado a lado. Sunny solo suspiró viéndose en el pequeño espejo retrovisor, se aplicó un poquito de brillo, aunque pensaba que no iba a durar demasiado porque estaba segura que se lo iban a ir borrando con esos besos seguros, posesivos y muy sensuales, de los que empieza a sentir se volverá adicta, porque le despiertan muchas cosas que no son comunes en ella, como la necesidad carnal y esa idea de imaginar cómo se podrían sentir esos labios en otras partes de su cuerpo. Tomó el bolso y al salir solo se cruzó de brazos porque ciertamente hacia un poco más de frío que en el restaurante, al ver a las niñas ahora usando delicados guantes ella solo sonrió ac
Con las dos manos fuertes acunando su ruborizado rostro recibió ese beso de despedida con el mejor de los escenarios, un atardecer precioso que logró que muchos de los visitantes a la feria se buscarán, tal como ellos lo hicieron, disfrutando al máximo de ese momento donde había mucha unidad, de pareja, de familia, amigos y demás, pero al final unidad. Ya se ha despedido de las felices niñas, y le ha confirmado a su padre que si irá por él porque le consultó hace unos veinte minutos. Los Upton han querido seguirla hasta el lugar, por cualquier cosa, pero ella los ha enviado a descansar, indicándoles con una amplia sonrisa que los vería al día siguiente, esperando poder llegar antes de que Darcy se vaya a su trabajo. —Te veo mañana—señaló él con gravedad. —Hasta mañana, te llevaré la bufanda y los guantes lavados. —Quédatelos, úsalos también, que el tiempo se irá poniendo más frío, pero me gusta la idea de saber que te puedo calentar.