Dejó los lentes de protección que ha usado luego de un par de horas ante la computadora para restregarse los ojos y luego el rostro llevándose el cabello hacia atrás. Empezó temprano el trabajo y aunque lo invitaron a tomar el desayuno con sus hijas y la niñera, por supuesto, al final no lo hizo porque quería adelantar cuánto pudiera de eso que debe revisar y corregir antes de meterse de lleno con la empresa.
Sabe bien que de él depende que Upton Perfumería vuelva a ser lo que una vez fue, pero en realidad el proceso creativo estaba siendo un poco complejo para su mente. Pensar en crear una campaña sin su esposa, en nombres, en fragancias sin la compañía de Amanda o su guía, era algo que lo atormentaba y ha sido la razón por la que no ha logrado avanzar desde su muerte.Cuando el mundo le obligó a entender que su trabajo había quedado olvidado, poco interés hubo en Darcy de recuperarlo de forma inmediata, claro que aceptó que si lo ignoraba mucho tiempo podría termLa joven tuvo que ocultar su sonrisa cuando miró a los Upton disfrutando, pero a niveles máximos, ese almuerzo que ella ha hecho para todos. Zoey ya ha servido por segunda vez la ración de puré en su plato y Darcy se aprovecha de los descuidos de Zarah para robarle un poco de milanesa, incluso Lisa ha tenido que llevar más de esa fresca ensalada de la que han comido con gusto. Parecía que hace mucho no tenían en sus platos ese sabor casero, porque ciertamente hasta Darcy se vio sirviendo una segunda ración de la comida, mientras miraba a sus hijas hasta danzar de hombros comiendo con gusto de la misma. Cuando el caballero volteó a verla, Sunny solo se puso a reír encontrándolo un poco coqueto incluso cuando le mostró como tomaba el último bocado. —¡Es la mejor comida del mundo!—celebró Zarah elevando su tenedor—gracias Sunny. —Sí, gracias Sunny, esta deliciosa—agregó Zoey con rapidez—¿papi te gustó? —La comida más deliciosa del mundo—señaló Da
Con ese adelanto de dinero que pidió, logró pasar por el supermercado comprando la lista que su abuela le envió en el día, además que ese día quiso celebrar con su familia lo bien que las cosas estaban saliendo así que pasó buscando un pollo asado con soda grande. Llevaba un extraño cosquilleo en su panza y se siente como sumergida en sus pensamientos, aunque esos mismos solo tienen un protagonista, su jefe. Sabe bien y desde el primer momento que fue contratada, se hizo el recordatorio, que no había ninguna razón para confundir la cercanía de ese apuesto hombre. No solo era su jefe, era el padre de esas niñas que cuida y quiere mucho, además que confundirse en sus pensamientos, en emociones que no deberían de surgir bajo ninguna circunstancia, era algo que no se podía permitir. Comprende que, si se deja llevar por las emociones, podría terminar confundiendo todo. El es un hombre viudo, que ahora mismo se está dedicando a sus hijas, a su empresa que quiere recupe
El caballero bajó en el restaurante dándole las llaves al valet, pero fue él quien ayudó a sus hijas a bajar una a una de la enorme camioneta que han usado para el viaje. Cada una tomó una mano y de esa forma ingresaron al que era un restaurante muy visitado en aquellos tiempo, donde incluso una vez se celebró el cumpleaños de las gemelas con un desayuno para ellas y todas sus compañeras de la academia. Darcy iba un poco nervioso ante lo mismo, volver no era solo una complicación para su mente, sobre todo a un espacio que fue tan visitado en momentos de amor, de celebración o de simple necesidad de salir de la rutina, también era volver ahora solo, con todos sabiendo que, si su esposa ya no está con ellos es porque nunca más volverá a estar, sumándole claramente que así como lo vieron llegar a él, verán a esa castaña ubicarse con ellos. —Señor Upton, señoritas—saludó el capitán de los meseros, viéndolos con una amplia sonrisa—bienvenidos nuevamente a Mugs, que gu
La mesa estaba cargada de risas, las niñas han disfrutado de la compañía de su padre mucho más alegre que nunca, compartiendo incluso con ellas de su bacon tostado y hasta alimentando a esa curiosa Zoey de su desayuno. Sunny ha disfrutado mucho de ese momento y aunque pensó que su condición como empleada podría haber tornado el mismo como algo incómodo o incluso que estaría más cuidando de las niñas, ciertamente la ha pasado muy bien con la compañía. Darcy ha hablado con soltura de sus hijas, de esas travesuras que han hecho desde siempre. Como esa vez que por error le prendieron fuego a un colchón intentando entender cómo funcionaba el encendedor de velas que mami tenía y como esperaban que la leche de sus biberones fuera suficiente para apagarlo, afortunadamente llegaron a tiempo para evitar un mayor accidente. Claro que Sunny tenía mucho que compartir, sobre todo porque Lorenzo, aunque ha sido un niño con muchas restricciones por su condición respiratoria, no
Padre e hijas llamaron la atención cuando llegaron al lujoso supermercado donde las niñas han querido pasar. Claramente Darcy era un hombre atractivo, pero de la mano de dos bellezas rubias que lo movían de un lado a otro pidiendo y él solo asintiendo, era algo adorable y elevaba el atractivo del hombre por mucho, sobre todo para las damas en aquel lugar, tanto compradoras como empleadas. Tomó la carretilla que él fue empujando mientras las gemelas delante la iban llenando de cosas, necesarias, según ellas, para poder resistir los días que venían ya con él en la oficina. Pasaron de golosinas de todos los tipos, hasta frutas, verduras, aderezos que saben bien se han ido agotando, más helados, y otras cosas que consideraron Sunny podría necesitar para hacer de sus deliciosas comidas. Lo fueron moviendo de un lado a otro, cuando les decían que no las rubias se cruzaban de brazos hacían pucheros y continuaban el recorrido con una molestia que se iba hasta que eran co
Con todos ya con ropa cómoda para estar en casa, Darcy se metió a su oficina para continuar con su trabajo y las niñas, luego de arreglar lo que llevaron, se dispusieron a empezar los primeros capítulos de ese primer libro en la lista de lectura con la niñera. Tendrían una hora de lectura al menos una vez al día, pero claramente podrían tener más si así lo desean. Mientras ellas leían, Sunny llenaba esa pizarra con preguntas relacionadas a la obra, que ella ya había leído, para así poder hacer dinámico el momento y conseguir que las gemelas no solo lean por cumplir la obligación, también comprendan la lectura como tal, porque ciertamente eran cosas muy diferentes. Les llevó fruta fresca en un tazón grande para que compartieran, y las dejó en el lugar buscando la cocina donde empezó a preparar su sopa de pollo con su ingrediente secreto, que en realidad se trataba de una pasta cabello de ángel, que, por ser delgadita, iba perfectamente con la sopa tibia y llena de
Desde la ventana de su habitación y con los ceños bien fruncidos las gemelas vieron como la horrible mujer coqueta ordenaba al grupo de empleados que bajarán con cuidado sus maletas. No entendían que estaba pasando, pero una cosa si la tenían bien clara, si esa pelirroja que le gusta tocar mucho a papá se quedará con ellas a vivir, la vida imposible iba a tener. Las dos se vieron unos segundos, suspiraron de forma pesada y sin dudarlo buscaron la salida en necesidad de una explicación. Se encontraron con Darcy cerca de la puerta y Sunny en el arco que daba hacia el salón, cuando la joven miró a las niñas no dudo en ir hacia donde ellas, logrando que Darcy y Portia también las notaron. —Mis princesas, mis hermosuras—indicó la alegre mujer, mucho más repuesta—que bueno que han bajado, vengan, vengan, papi y yo tenemos una gran noticia que darles. —Portia en realidad quisiera hablar con ellas de forma privada sobre lo mismo—Darcy fue firme, tomando a sus h
Tuvo las intenciones de tocar la puerta cuando pasó por la habitación de sus hijas, pero al final solo se llevó el cabello hacia atrás buscando el primer piso. Cuando Portia lo vio avanzando hacia donde ella no solo terminó la llamada también tiró la colilla del cigarro al césped que aplastó con su zapato moviéndose hacia donde ese Darcy de seria expresión. La mujer lo tomó de los brazos y ciertamente por sorpresa cuando lo abrazó en puntillas, dejándole un beso un poco sonoro en la mejilla, al verle la intención de darle el segundo la separó tomándola de los brazos. Fue criado para ser un caballero, pero también sabe que no puede permitir que nadie pase los límites que ha establecido y eso incluye a las damas. —Por favor—la invitó a tomar lugar en esos elegantes muebles de terraza, Portia solo sonrió con debilidad, pero al final se movió cruzándose de piernas ante él. —No me digas que esa reunión ha salido mal ¿o sí?—preguntó confundida—porque te dije