Pov Samantha.El cuerpo me duele, y estoy pensando seriamente en cómo sentarme sin que mi trasero se maltrate, es que «Mi ano está sensible», a veces me pregunto cómo el miembro de Fernando puede entrar por mi pequeño conducto anal, si para mí conducto vaginal ya es muy grande «¿como cabe?» Termino de vestirme con la ropa de cambio que tengo en la casa de Fernando, y luego peino mi cabello en una coleta alta. Stefano me ha llamado más de diez veces, y temo perder mi empleo antes de la apuesta, porque…¿A qué mujer no le gusta que peleen con uñas y dientes por ella?», y si son dos hombres tan hermosos y millonarios como son Stefano y Fernando, porque sí, Stefano es un hombre demasiado sexi y provocativo aunque no tengo ojos para otra persona que no sea Fernando no soy ciega.—¿Y si renuncias? —pregunta Fernando acomodándose las mangas de la camisa de vestir verde agua que lleva puesta.Tiene el cabello bien peinado hacía atrás, sin embargo el mechón que cae en su frente lo hace verse má
Pov Samantha.Jamás lo había visto tan cerca, y mucho menos apreciar sus facciones duras. Sí, era idéntico a Fernando, con más músculos que él pero idéntico, pero su mirada era cerrada, y su aura brindaba imponencia, autoridad y sobre todo arrogancia, ¿era sexi? Claro que era sexi, pero de una manera muy diferente a Fernando, era seximente serio.Tendí mi mano con un nudo en la garganta, porque joder, ver la copia del hombre que amas enfrente de tí es como un sueño jamás imaginado, y aunque él nunca me llamó la atención debía reconocer que semejante bombón no podría pasar desapercibido jamás.—Strega —Toma mi mano y la estrecho, pero no hubo una sonrisa, y ahí, entendí porque la naturaleza lo había puesto de mayor.«Maldito arrogante»—Un gusto conocerte en persona Andrea Laureti —le digo sincera.Una mueca se asemeja en sus labios simulando una sonrisa que nunca sale de ellos. Cloe entra detrás de nosotros junto con Lucas, que enseguida se pone nervioso, porque estoy segura que en su
Pov Samantha.Exactamente para el día de San Valentín es el dichoso concurso; París está lleno de turistas que viajan para estas fechas con sus parejas. Además, las calles estan llenas de pancartas, de personas con flores, peluches, y muchos pero muchos regalos cursis que les ha regalado su pareja. Yo siempre veía lo mismo cada año, y a decir verdad era algo que me encantaba.Tomo una manzana y me la llevo a la boca mientras salgo de la oficina, encontrándome con Cloe en su escritorio. Está feliz desarmando un enorme peluche de conejo que le ha regalado Lucas y con este también llegó un ramo de girasoles porque es lo que a ella le gustaba.—¡Mira! Me lo mandó hace un par de minutos, ¿no es adorable? —pregunta con emoción.Sus ojos cafés brillan con tanta electricidad que no puedo evitar acercame y abrazarla con ternura.—Me alegro muchísimo por tí —le digo reparando el anillo que tiene en el dedo.«Es hermoso», y ella lo luce con un orgullo que me pone a reír como boba.—Gracias, por
Pov Samantha.El anillo es un rubí lila, con diamantes alrededor; es bellísimo. Siento como el rostro se me calienta de felicidad cuando él lo pone en mi dedo anular. Las lágrimas no han dejado de correr por mis mejillas, el pecho me late tan fuerte que puedo oírlo, y todo eso se agranda con el beso que me estampa Fernando en los labios; beso que es acompañado por las palmas de los presentes. Las luces de las cámaras me encandila el rostro e intento apaciguar la situación apretando los ojos en medio del beso, pero es imposible, son como cinco flashes en dirección a nosotros. Cuando la falta de aliento me avasalla, suelto al hombre que se ha convertido en mi prometido y lo miro a los ojos; sus ojos azules brillan con tanta intensidad que me pone a tragar saliva.—Te amo, te amo joder —le digo sincera.Sus manos gruesas y cálidas rodean mi rostro, mientras sus ojos detallan mis facciones como si fuera irreal.—Y yo te amo a tí, te amo demasiado Sam. —lo dice de una forma que me pone los
Pov Fernando.Stefano me había confesado los planes de Reana, y se que fue difícil para él porque en sus ojos pude ver dolor, el mismo dolor que yo sentí una vez por Astrid; está enamorado y aún no lo sabe. Cuando Cloe entró buscando agua para Samantha yo salí a ver cómo estaba y decirle a los guardias que reforzarán la seguridad, pero jamás imaginé que Reana fuera capaz de atacarla tan pronto. Jamás en mi vida imaginé que ella estuviera obsesionada conmigo, jamás en mi vida imaginé que tal obsesión la llevara a intentar quitarle la vida a quien más quiero. La odio, como me gustaría matarla con mis propias manos, pero aún así no sería suficiente castigo para una mujer tan cruel como ella.«Es mi culpa»No dejo de reprocharme una y otra vez, porque si yo no hubiera metido en esto a Samantha, si yo no hubiera sido capaz de empeñarme con ella no estuviera pasando por un quirófano. Restriego mi cabeza con las manos ensangrentadas y me quedo mirando a la nada. Hace una hora que metieron a
Pov Samantha.Abro los ojos sintiendo como el sol entra por la ventana de la clínica. El sonido de los aparatos a mi alrededor es lo primero que llama mi atención al despertarme. Además, del olor a perfume caro que llena el lugar. Conozco ese perfume, y ese perfume no puede ser de más nadie que de, Fernando Laureti. Está recostado en mi vientre abrazándome la cintura, dormido. Una enfermera que está regulando algo en mi suero, me hace señas con la mano mostrándome al hombre que parece muy cómodo encima de mí.—Durmió toda la noche así —dice quedito.Sonrío y acarició su cabello rubio con mis manos pálidas. Siento un dolor en el vientre bajo, del lado izquierdo donde él no está recostado, entonces recuerdo lo que pasó; Reana disfrazada me disparó. Sangre, Fernando gritando, y yo inconsciente. De pronto la cabeza me empieza a doler llena de preocupación, ¿Será que la apresaron? ¿Stefano sabía de esto? Los ojos se me llenan de lágrimas y trato de controlarme para no llorar aquí. «Yo soy
Pov Fernando.El titileo de los tacones de Sam me tiene estresado. Respiro por la boca mientras veo su rostro pálido a causa de los vómitos y mareos que ha tenido por el embarazo estás últimas semanas. Gracias a Dios no ha habido sangrado, y los ultrasonidos que le han hecho han indicado buenos latidos, lo que quiere decir que mi bebé está bien. —Deja los tacones quietos —la regaño.Ella se cruza de brazos y yo ruedo los ojos por sus malcriadeces; está más mimada que nunca, y creo que es mi culpa porque vivo cumpliendo cada uno de sus caprichos y no dejándola hacer nada que ponga en riesgo la vida de mi hijo.—Es que tengo miedo Fernando, es mi primer hijo, es…—Nuestro, nuestro —Aclaro y ella rueda los ojos está vez.Estamos en la sala de espera de la clínica donde ella se controlaba anteriormente. Han pasado un poco más de quince días desde que Reana le disparó. Un detective fue a casa y tomaron la declaración de Sam y también la mía. Además, estoy moviendo influencias para que Re
Pov Samantha.La alegría que siento en el pecho no la puedo comparar con nada en lo absoluto; me siento una mujer realizada, con una familia, (una que nunca tuve), una carrera y una vida por delante. Las adversidades que pasé desde niña no me han derrumbando, y ahora que veo todo desde otras perspectiva, digo; ¡valió la pena! Valió la pena que me abandonaran, valió la pena las lágrimas en mi adolescencia por tener cambios que no comprendía, valió la pena la carta que le envié a Demetrio, valió la pena no ser su sumisa, todo valió la pena.Salgo del auto con Fernando a mi mano derecha, y con un nudo enorme en mi garganta. Conozco a Fernanda, a Andrea, y Demetrio, y algunas veces ví a Evangelina saludarme con un "Mercier" y una inclinación de cabeza casual, pero nunca, jamás, me presenté delante de ella como algo más que su empleada. Aprieto la palma de mi mano con las uñas, mientras termino por entrar a la enorme mansión; es tres veces más grande que la de Fernanda, hay varios autos de