Pov Samantha.Me miro en el espejo para observar mi silueta y sonrío con las lágrimas apunto de salir de mis ojos. El vestido es perfecto, se ajusta a mis curvas logrando captar cada parte de mí; su estilo sirena hace que me vea increíble, y eso sin contar el bordado de hilo rojo que tiene en el corset. La cola es larga, entre roja y blanca; me veo increíble, más que una princesa como una diosa; y eso sin contar el perfecto maquillaje que me hicieron. Mis ojos grises resaltan más, y mis labios gruesos y carnosos lucen provocativos debajo del labial neutro que me colocaron. Respiro profundo tratando de calmarme porque el zumbido de mi corazón es tan fuerte que siento que se va a salir de mi pecho.«Es lo mejor que me ha pasado en la vida, es mi sueño hecho realidad»Tomo la corona de perlas y me la coloco en la cabeza; debajo del peinado elegante pero sutil que tengo, para luego mirar mi cuello; el collar que me regaló Fernando lo adorna, logrando verme más sexual de lo que soy.«Me ti
Pov Fernando.Un hotel cinco estrellas nos recibió en Venecia unos minutos después. La abstinencia que sentía en el helicóptero era sobrehumana, sin embargo me contuve, ya que desde ahora en adelante no iba a alcanzar la vida para amarla; estaba casado con ella y por supuesto cada día y noche la haría mía. Tomo su mano y miro su silueta mientras caminamos a la suite que me pagó Fernanda, (ella se encargó de la luna de miel). Sam realmente se ve hermosa, su vientre se ve más abultado cada día, y cabe destacar que sus mejillas están más regordetas y rosadas. Sonrío como un bobo aún sin poder creer que una familia se está creando. —Señora Laureti, bienvenido a su luna de miel. —Exclamo al abrir la habitación.Los ojos de Samantha se abren de la sopresa al detallar el lujo de la alcoba; es de un gris oscuro, con cortinas corredizas de color negra, una cama matrimonial en el medio con muebles de terciopelo marrón a los pies; también hay una mesa desayunadora, y más al fondo hay un pequeño
Pov Samantha.Después de una semana, dónde el sexo fue más abundante que disfrutar del paisaje de Australia, decidimos tomar el último paseo; Fernando sostiene mi mano mientras subimos a unos de los botes que nos mostrará todo Sidney. Me siento en el pequeño asiento de madera seguida de Fernando quien está vestido con unos pantalones cortos que hacen que se ven sus piernas blancas y pálidas; una franela de algodón negra y arriba de esta un suéter grueso del mismo color; observo el anillo de oro en su mano y sonrío como una completa idiota aún sin creer que somos esposos. Me remuevo en el asiento y me abrazo los brazos ya que para mala suerte nuestra luna de miel tocó en invierno, y aunque por la hora del media día el frío no es tan insoportable, si siento el rechinar de mis dientes.—Yo creo que mejor deberíamos hacer otra cosa, te noto pálida, ¿y si vomitas? —Me pregunta por tercera vez desde que salimos del hotel.Subo una ceja llena de fastidio y detallo sus azules notando la preoc
Pov Samantha.El vuelo a Francia fue realmente cómodo; viajamos la madre superiora, Eloise, Fernando y yo nada más, ya que Lucas y Cloe lo hicieron mientras nosotros estábamos en la luna de miel. Bajo del avión con mi hija sosteniendo mi mano y hergo mi espalda orgullosa de la hermosa niña quien está vestida hermosamente; con un vestido rosa pálido, zapatillas blancas y con el cabello negro en dos coletas altas. Aunque Fernando anteriormente le había comprado ropa, Amber le regaló varios vestidos de su colección infantil, y por si fuera poco Evangelina le compró varios zapatos de la mejor marca.«Me siento realmente felíz»Eloise no es solo uno de mis sueños, es mi mejor sueño; ella representa tantas cosas en mí que saberla mi hija me hace arder el pecho grandemente.—Sami, ¿ahora que soy tu hija puedo decirte mamá? —Me pregunta cuando estamos apunto de subir al auto que nos espera.Miro a Fernando en forma cómplice y enseguida contesto:—Sí, pero cuando tú quieres, no quiero que te s
Pov Fernando.Doy vuelta en la cama varias veces sin poder conciliar el bendito sueño mientras Samantha no deja de roncar como si hoy no fuera la cesárea programada de nuestros hijos y, aunque la cita es a las ocho de la mañana comienzo a moverla para que despierte porque yo estoy realmente desesperado.—Deberíamos ir alistandonos —le digo desesperado.La veo removerse molesta e intenta abrir los ojos pero no sé despierta.—Sam, hoy nacen nuestros hijos, levantate joder —le digo fastidiado.Me pongo de pie con el ceño fruncido y me cruzo de brazos mientras la observo; la panza es realmente grande, tan grande que no se le ve la cosita desde hace unos meses. Está acostada de lado con la sábana entre las piernas y la boca semi abierta. —¡Samantha Laureti! —grito desesperado.—¡¿Qué?! —pregunta asustada sentandose en la cama de golpe.—Hoy es la cesárea, y tú ni siquiera te has levantado —le digo tomando su mano para que vaya al baño.La veo ponerse de pie molesta, para después mirar la
Pov Samantha.Tres días después salimos de la clínica. Eva y todo el resto de la familia llegaron al día siguiente y como era de esperarse mi suegra casi mata a Fernando cuando se enteró que los engañó y que la cesárea era un día antes.«Y yo no me opuse»,Realmente disfruté mucho los regaños de Evangelina para el necio de mi marido, ya que definitivamente Fernando desde que se enteró que iba a ser papá se volvió una verdadera molestia.«Tierna pero molestia al fin»Camino con dificultad tomada de la mano de Demetrio ya que Fernando está con el pequeño Renato cargado mientras Andrea está con Andrew. Ambos están sorprendidos con los gemelos, lo observan de una manera que me hace apretar el corazón, porque solo hace falta detallar sus ojos para darse cuenta de lo mucho que ya lo aman. ¿Cómo no hacerlo? Si a pesar que los niños están muy pequeños ya se puede deducir que serán idénticos a ellos; Andrew es serio, y casi no llora mientras Renato vive pegado del pecho y no deja de llorar a
Pov Fernando.Miro la hora en el reloj de pared y tomo la copa de vino tinto que tengo en mi mano. Este sentimiento de soledad después de una dosis tan fuerte de sexo no se me quita con nada.Aspiro el aroma del despacho de mi departamento, para luego limpiar una lágrima en mi mejilla, que quiere salir.—¿Vas a dormir conmigo hoy? —pregunta Reana fuera del despacho.Siempre que la follo son esas sus preguntas, pero mi respuesta es la misma.—No me gusta dormir con mujeres, Reana —le digo con cariño—. Trato de estar alejadas de ellas —bromeo y ella suspira resignada.No soy tan malo como creen, soy dulce fuera de mi cuarto de juegos, o eso intento ser.La veo irse y vuelvo a tomar hasta cansarme.Cuando abro los ojos, el sol que entra por mi ventana me indica la hora.—¡Joder! ¡Andrea, me espera hoy en la casa de modas de Amber! —exclamo levantándome de pronto.Salgo presuroso a la sala de estar, y la figura de Demetrio Laureti está sentado en mi sofá con una taza de café.El miedo me
La puntualidad es una virtud que me ha abierto puertas, más cuando voy a conocer al hombre que ha sido muy crush por años, un hombre que sin saberlo es el dueño de mis noches húmedas, y sí, lo reconozco, muchas veces me toco mientras veo una foto de él que tengo en la encimera. Porque aunque me cueste reconocerlo estoy obsesionada con Fernando Laureti desde que lo vi en un congreso donde estuvieron los tres juntos, y aunque su padre es hermoso, es un hombre casado, y aunque Andrea es idéntico a él, nunca me llamó la atención por el simple hecho que es un total amargado y arrogante, pero él, mi vista siempre fue dirigida hacia él, Fernando Laureti, no sé si fue la razón de que a menudo lleva una sonrisa baja bragas en su rostro, o también el simple hecho de que sus facciones más relajadas me enloquecen, a decir verdad, todo de él me enloquece, y no dejo de soñar con algún día meterme en su cama, en su vida, en su cuerpo y en todo lo de él, porque no solo quiero ser un juguete más.Resp