Pov Samantha.La alegría que siento en el pecho no la puedo comparar con nada en lo absoluto; me siento una mujer realizada, con una familia, (una que nunca tuve), una carrera y una vida por delante. Las adversidades que pasé desde niña no me han derrumbando, y ahora que veo todo desde otras perspectiva, digo; ¡valió la pena! Valió la pena que me abandonaran, valió la pena las lágrimas en mi adolescencia por tener cambios que no comprendía, valió la pena la carta que le envié a Demetrio, valió la pena no ser su sumisa, todo valió la pena.Salgo del auto con Fernando a mi mano derecha, y con un nudo enorme en mi garganta. Conozco a Fernanda, a Andrea, y Demetrio, y algunas veces ví a Evangelina saludarme con un "Mercier" y una inclinación de cabeza casual, pero nunca, jamás, me presenté delante de ella como algo más que su empleada. Aprieto la palma de mi mano con las uñas, mientras termino por entrar a la enorme mansión; es tres veces más grande que la de Fernanda, hay varios autos de
Pov Samantha.A los siguientes días llegó la madre superiora con Eloise, Lucas y Cloe para estar conmigo en la boda. El plan de los mellizos seguía en pie, y todos estábamos reunidos para comprar los disfraces que íbamos a usar para la despedida de soltera ya que habían alquilado un club esa noche para divertirnos, y yo estaba ansiosa.—¿Cómo me veré de bruja? —pregunta Fernanda eligiendo un sexi vestido de brujita.Es precioso, todo negro. Llega hasta sus tobillos pero tiene una enorme abertura en los laterales, justo en las costillas. Además, de un sombrero puntiagudo.—Te verías perfecta porque tienes unos ojos hechizantes —la animo y ella sonrie coqueta.—Yo me voy a disfrazar de angel sexi. —interviene Amber.Y sin duda cada uno sabe lo que le quedaría mejor según su personalidad, porque el disfraz de Amber es espectacular. El vestido es súper corto, con unas pequeñas alitas, y todo de un blanco brillante.—Yo no voy a tomar ningún disfraz, ya que vine para acá obligada, no estoy
Pov Fernando.Apenas vemos salir a las chicas a su despedida de solteras, todos lanzamos los juegos de mesas y comenzamos a vestirnos para la mía; con trajes iguales, camisas azul clara con pantalón negro al cuerpo, y también un pequeño pañuelo amarrado en el cuello. Salgo de la habitación seguido de Demetrio junior quien es el que está organizando mi despedida y que bien que lo hizo porque, ¡No todos los días se casa un Fernando! —Yo creo que esto va a salir mal, yo mejor me quedo, conozco a Eva como la palma de mi mano, esa mujer no le va a gustar nada que yo vaya a una despedidas de solteros —Empieza Demetrio.Por suerte Andrea no está con la cantaleta, él dijo que iba a ir pero no iba a beber y que tampoco quería que ninguna mujer le estuviera bailando.—Todos vamos a ir papá, vamos viejo, no seas aguafiesta, mi mamá está con las chicas, esa no se va a dar cuenta —le suplico.—Fernando, ¿te acuerdas la vez que me fui con Antonio por una copa y por no llegar a la hora fue a buscar
Pov Samantha.Me miro en el espejo para observar mi silueta y sonrío con las lágrimas apunto de salir de mis ojos. El vestido es perfecto, se ajusta a mis curvas logrando captar cada parte de mí; su estilo sirena hace que me vea increíble, y eso sin contar el bordado de hilo rojo que tiene en el corset. La cola es larga, entre roja y blanca; me veo increíble, más que una princesa como una diosa; y eso sin contar el perfecto maquillaje que me hicieron. Mis ojos grises resaltan más, y mis labios gruesos y carnosos lucen provocativos debajo del labial neutro que me colocaron. Respiro profundo tratando de calmarme porque el zumbido de mi corazón es tan fuerte que siento que se va a salir de mi pecho.«Es lo mejor que me ha pasado en la vida, es mi sueño hecho realidad»Tomo la corona de perlas y me la coloco en la cabeza; debajo del peinado elegante pero sutil que tengo, para luego mirar mi cuello; el collar que me regaló Fernando lo adorna, logrando verme más sexual de lo que soy.«Me ti
Pov Fernando.Un hotel cinco estrellas nos recibió en Venecia unos minutos después. La abstinencia que sentía en el helicóptero era sobrehumana, sin embargo me contuve, ya que desde ahora en adelante no iba a alcanzar la vida para amarla; estaba casado con ella y por supuesto cada día y noche la haría mía. Tomo su mano y miro su silueta mientras caminamos a la suite que me pagó Fernanda, (ella se encargó de la luna de miel). Sam realmente se ve hermosa, su vientre se ve más abultado cada día, y cabe destacar que sus mejillas están más regordetas y rosadas. Sonrío como un bobo aún sin poder creer que una familia se está creando. —Señora Laureti, bienvenido a su luna de miel. —Exclamo al abrir la habitación.Los ojos de Samantha se abren de la sopresa al detallar el lujo de la alcoba; es de un gris oscuro, con cortinas corredizas de color negra, una cama matrimonial en el medio con muebles de terciopelo marrón a los pies; también hay una mesa desayunadora, y más al fondo hay un pequeño
Pov Samantha.Después de una semana, dónde el sexo fue más abundante que disfrutar del paisaje de Australia, decidimos tomar el último paseo; Fernando sostiene mi mano mientras subimos a unos de los botes que nos mostrará todo Sidney. Me siento en el pequeño asiento de madera seguida de Fernando quien está vestido con unos pantalones cortos que hacen que se ven sus piernas blancas y pálidas; una franela de algodón negra y arriba de esta un suéter grueso del mismo color; observo el anillo de oro en su mano y sonrío como una completa idiota aún sin creer que somos esposos. Me remuevo en el asiento y me abrazo los brazos ya que para mala suerte nuestra luna de miel tocó en invierno, y aunque por la hora del media día el frío no es tan insoportable, si siento el rechinar de mis dientes.—Yo creo que mejor deberíamos hacer otra cosa, te noto pálida, ¿y si vomitas? —Me pregunta por tercera vez desde que salimos del hotel.Subo una ceja llena de fastidio y detallo sus azules notando la preoc
Pov Samantha.El vuelo a Francia fue realmente cómodo; viajamos la madre superiora, Eloise, Fernando y yo nada más, ya que Lucas y Cloe lo hicieron mientras nosotros estábamos en la luna de miel. Bajo del avión con mi hija sosteniendo mi mano y hergo mi espalda orgullosa de la hermosa niña quien está vestida hermosamente; con un vestido rosa pálido, zapatillas blancas y con el cabello negro en dos coletas altas. Aunque Fernando anteriormente le había comprado ropa, Amber le regaló varios vestidos de su colección infantil, y por si fuera poco Evangelina le compró varios zapatos de la mejor marca.«Me siento realmente felíz»Eloise no es solo uno de mis sueños, es mi mejor sueño; ella representa tantas cosas en mí que saberla mi hija me hace arder el pecho grandemente.—Sami, ¿ahora que soy tu hija puedo decirte mamá? —Me pregunta cuando estamos apunto de subir al auto que nos espera.Miro a Fernando en forma cómplice y enseguida contesto:—Sí, pero cuando tú quieres, no quiero que te s
Pov Fernando.Doy vuelta en la cama varias veces sin poder conciliar el bendito sueño mientras Samantha no deja de roncar como si hoy no fuera la cesárea programada de nuestros hijos y, aunque la cita es a las ocho de la mañana comienzo a moverla para que despierte porque yo estoy realmente desesperado.—Deberíamos ir alistandonos —le digo desesperado.La veo removerse molesta e intenta abrir los ojos pero no sé despierta.—Sam, hoy nacen nuestros hijos, levantate joder —le digo fastidiado.Me pongo de pie con el ceño fruncido y me cruzo de brazos mientras la observo; la panza es realmente grande, tan grande que no se le ve la cosita desde hace unos meses. Está acostada de lado con la sábana entre las piernas y la boca semi abierta. —¡Samantha Laureti! —grito desesperado.—¡¿Qué?! —pregunta asustada sentandose en la cama de golpe.—Hoy es la cesárea, y tú ni siquiera te has levantado —le digo tomando su mano para que vaya al baño.La veo ponerse de pie molesta, para después mirar la