Pov Fernando.Stefano me había confesado los planes de Reana, y se que fue difícil para él porque en sus ojos pude ver dolor, el mismo dolor que yo sentí una vez por Astrid; está enamorado y aún no lo sabe. Cuando Cloe entró buscando agua para Samantha yo salí a ver cómo estaba y decirle a los guardias que reforzarán la seguridad, pero jamás imaginé que Reana fuera capaz de atacarla tan pronto. Jamás en mi vida imaginé que ella estuviera obsesionada conmigo, jamás en mi vida imaginé que tal obsesión la llevara a intentar quitarle la vida a quien más quiero. La odio, como me gustaría matarla con mis propias manos, pero aún así no sería suficiente castigo para una mujer tan cruel como ella.«Es mi culpa»No dejo de reprocharme una y otra vez, porque si yo no hubiera metido en esto a Samantha, si yo no hubiera sido capaz de empeñarme con ella no estuviera pasando por un quirófano. Restriego mi cabeza con las manos ensangrentadas y me quedo mirando a la nada. Hace una hora que metieron a
Pov Samantha.Abro los ojos sintiendo como el sol entra por la ventana de la clínica. El sonido de los aparatos a mi alrededor es lo primero que llama mi atención al despertarme. Además, del olor a perfume caro que llena el lugar. Conozco ese perfume, y ese perfume no puede ser de más nadie que de, Fernando Laureti. Está recostado en mi vientre abrazándome la cintura, dormido. Una enfermera que está regulando algo en mi suero, me hace señas con la mano mostrándome al hombre que parece muy cómodo encima de mí.—Durmió toda la noche así —dice quedito.Sonrío y acarició su cabello rubio con mis manos pálidas. Siento un dolor en el vientre bajo, del lado izquierdo donde él no está recostado, entonces recuerdo lo que pasó; Reana disfrazada me disparó. Sangre, Fernando gritando, y yo inconsciente. De pronto la cabeza me empieza a doler llena de preocupación, ¿Será que la apresaron? ¿Stefano sabía de esto? Los ojos se me llenan de lágrimas y trato de controlarme para no llorar aquí. «Yo soy
Pov Fernando.El titileo de los tacones de Sam me tiene estresado. Respiro por la boca mientras veo su rostro pálido a causa de los vómitos y mareos que ha tenido por el embarazo estás últimas semanas. Gracias a Dios no ha habido sangrado, y los ultrasonidos que le han hecho han indicado buenos latidos, lo que quiere decir que mi bebé está bien. —Deja los tacones quietos —la regaño.Ella se cruza de brazos y yo ruedo los ojos por sus malcriadeces; está más mimada que nunca, y creo que es mi culpa porque vivo cumpliendo cada uno de sus caprichos y no dejándola hacer nada que ponga en riesgo la vida de mi hijo.—Es que tengo miedo Fernando, es mi primer hijo, es…—Nuestro, nuestro —Aclaro y ella rueda los ojos está vez.Estamos en la sala de espera de la clínica donde ella se controlaba anteriormente. Han pasado un poco más de quince días desde que Reana le disparó. Un detective fue a casa y tomaron la declaración de Sam y también la mía. Además, estoy moviendo influencias para que Re
Pov Samantha.La alegría que siento en el pecho no la puedo comparar con nada en lo absoluto; me siento una mujer realizada, con una familia, (una que nunca tuve), una carrera y una vida por delante. Las adversidades que pasé desde niña no me han derrumbando, y ahora que veo todo desde otras perspectiva, digo; ¡valió la pena! Valió la pena que me abandonaran, valió la pena las lágrimas en mi adolescencia por tener cambios que no comprendía, valió la pena la carta que le envié a Demetrio, valió la pena no ser su sumisa, todo valió la pena.Salgo del auto con Fernando a mi mano derecha, y con un nudo enorme en mi garganta. Conozco a Fernanda, a Andrea, y Demetrio, y algunas veces ví a Evangelina saludarme con un "Mercier" y una inclinación de cabeza casual, pero nunca, jamás, me presenté delante de ella como algo más que su empleada. Aprieto la palma de mi mano con las uñas, mientras termino por entrar a la enorme mansión; es tres veces más grande que la de Fernanda, hay varios autos de
Pov Samantha.A los siguientes días llegó la madre superiora con Eloise, Lucas y Cloe para estar conmigo en la boda. El plan de los mellizos seguía en pie, y todos estábamos reunidos para comprar los disfraces que íbamos a usar para la despedida de soltera ya que habían alquilado un club esa noche para divertirnos, y yo estaba ansiosa.—¿Cómo me veré de bruja? —pregunta Fernanda eligiendo un sexi vestido de brujita.Es precioso, todo negro. Llega hasta sus tobillos pero tiene una enorme abertura en los laterales, justo en las costillas. Además, de un sombrero puntiagudo.—Te verías perfecta porque tienes unos ojos hechizantes —la animo y ella sonrie coqueta.—Yo me voy a disfrazar de angel sexi. —interviene Amber.Y sin duda cada uno sabe lo que le quedaría mejor según su personalidad, porque el disfraz de Amber es espectacular. El vestido es súper corto, con unas pequeñas alitas, y todo de un blanco brillante.—Yo no voy a tomar ningún disfraz, ya que vine para acá obligada, no estoy
Pov Fernando.Apenas vemos salir a las chicas a su despedida de solteras, todos lanzamos los juegos de mesas y comenzamos a vestirnos para la mía; con trajes iguales, camisas azul clara con pantalón negro al cuerpo, y también un pequeño pañuelo amarrado en el cuello. Salgo de la habitación seguido de Demetrio junior quien es el que está organizando mi despedida y que bien que lo hizo porque, ¡No todos los días se casa un Fernando! —Yo creo que esto va a salir mal, yo mejor me quedo, conozco a Eva como la palma de mi mano, esa mujer no le va a gustar nada que yo vaya a una despedidas de solteros —Empieza Demetrio.Por suerte Andrea no está con la cantaleta, él dijo que iba a ir pero no iba a beber y que tampoco quería que ninguna mujer le estuviera bailando.—Todos vamos a ir papá, vamos viejo, no seas aguafiesta, mi mamá está con las chicas, esa no se va a dar cuenta —le suplico.—Fernando, ¿te acuerdas la vez que me fui con Antonio por una copa y por no llegar a la hora fue a buscar
Pov Samantha.Me miro en el espejo para observar mi silueta y sonrío con las lágrimas apunto de salir de mis ojos. El vestido es perfecto, se ajusta a mis curvas logrando captar cada parte de mí; su estilo sirena hace que me vea increíble, y eso sin contar el bordado de hilo rojo que tiene en el corset. La cola es larga, entre roja y blanca; me veo increíble, más que una princesa como una diosa; y eso sin contar el perfecto maquillaje que me hicieron. Mis ojos grises resaltan más, y mis labios gruesos y carnosos lucen provocativos debajo del labial neutro que me colocaron. Respiro profundo tratando de calmarme porque el zumbido de mi corazón es tan fuerte que siento que se va a salir de mi pecho.«Es lo mejor que me ha pasado en la vida, es mi sueño hecho realidad»Tomo la corona de perlas y me la coloco en la cabeza; debajo del peinado elegante pero sutil que tengo, para luego mirar mi cuello; el collar que me regaló Fernando lo adorna, logrando verme más sexual de lo que soy.«Me ti
Pov Fernando.Un hotel cinco estrellas nos recibió en Venecia unos minutos después. La abstinencia que sentía en el helicóptero era sobrehumana, sin embargo me contuve, ya que desde ahora en adelante no iba a alcanzar la vida para amarla; estaba casado con ella y por supuesto cada día y noche la haría mía. Tomo su mano y miro su silueta mientras caminamos a la suite que me pagó Fernanda, (ella se encargó de la luna de miel). Sam realmente se ve hermosa, su vientre se ve más abultado cada día, y cabe destacar que sus mejillas están más regordetas y rosadas. Sonrío como un bobo aún sin poder creer que una familia se está creando. —Señora Laureti, bienvenido a su luna de miel. —Exclamo al abrir la habitación.Los ojos de Samantha se abren de la sopresa al detallar el lujo de la alcoba; es de un gris oscuro, con cortinas corredizas de color negra, una cama matrimonial en el medio con muebles de terciopelo marrón a los pies; también hay una mesa desayunadora, y más al fondo hay un pequeño