A los veinticinco minutos llega otra mesera con los platos redondos de comida de ternera, mojado con uvas, y como había dicho Fernando con una botella de vino blanco.Me quedo mirando a la chica, extrañada, por qué si ella había venido en lugar de la anterior mesera solo significaba una cosa.—¿Y la otra mesera? —le pregunto a la muchacha que enseguida dejó todo en la mesa con rapidez.—Está atendiendo otra mesa —explica antes de irse.Miro a Fernando que esta sirviendo el vino con tranquilidad. No hay un abismo de nerviosismo en su rostro, y contrario a eso pareciera que hoy más que nunca la serenidad reina en su cuerpo.La chica de servicio se va y yo comienzo a comer en silencio, pero los trozos mojados de carne no me pasan, la incomodidad del momento me ha quitado el apetito, porque tengo muchas cosas atascada en la garganta, pero estoy consciente que no debo preguntar nada, pero como si él leyera mi mente como siempre me dice:—Ella no es mi sumisa —explica limpiando la comisura
Pov Samantha.Lo desato de pies y manos, y enseguida él me lleva contra la pared, pasa su lengua por mi pechos, por mi cuello, y quiere abrir mis piernas para follarme; está desesperado, sediento de mi pero no lo dejo.—Recuerda que esta noche soy tu Ama, y quiero que me trates como tal. —Lo empujo.Fernando me mira sin poder creer mis palabras, y es que es comprensible, él ya no está acostumbrado a esto, pero él lo pidió, y yo quiero probarlo y quiero probarlo todo.—Vamos a cambiar —Me toma de los labios y me besa.Las ganas de querer hacerle caso me invaden, y más la poco experiencia, pero lo miro mal y termina por aceptar.—Ven —le exijo—. Ahora te voy a castigar por lo que acabas de hacer.Camino hasta la alfombra roja que esta a unos cuantos pasos de nosotros y le hago señas para que se siente. Con la mirada roja, y la mandíbula tensa Fernando lo hace, así que yo tomo el collar que guinda del techo y lo coloco en su cuello.No voy a negar que se ve exquisito, parece un perro am
Pov Fernando.Los pájaros comienzan a cantar afuera; el día está húmedo y me gustaría quedarme en la cama y poder dormir todo lo que no pude en la noche; es que, mis demonios no me dejaron, esos pensamientos constantes que me dicen que lo que estoy haciendo no está bien, me persiguen, me agobian y me deshabilitan.La veo dormida a mi lado con la boca semiabierta y me pregunto, ¿qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo trayendola a este mundo lleno de oscuridad, de dolor, lleno de pecado que solo oscurece tu alma? Ella es una mujer pura, una mujer que se acostó conmigo y me entregó su virginidad porque me idolatraba, ¿y ahora? Ahora se esta convirtiendo en un monstruo igual que yo, y lo más difícil de esto es que no puedo, no puedo parar, no puedo pedirle que se vaya, no puedo dejarla ir, no puedo por qué ella es totalmente mía.Acomodo su cabello y le doy un beso tierno en los labios; ya van dos veces que duermo con ella, que despierto entre sus brazos, y siento que esto no está bien p
Pov Samantha.Cuando era pequeña sufría de ataques de asma con constancia, pero después que cumplí los ocho años estos episodios comenzaron a disminuir hasta que desaparecieron, hasta el día de hoy. Siento que el aire me falta, y el pecho me duele por lo que ví. ¿qué hacía con ellas ahí? ¿Todas esas mujeres son sumisas? Dios, son mujeres bellísimas, con cuerpo de modelos y rostro hermosos y perfectos.Camino hasta el baño de mujeres del piso y meto la cara en el lavamano; la respiración no se me regula, y cada segundo se me dificulta más respirar, es como si mi mente no asimila que él es un hombre de muchas mujeres, y si, lo sabía, pero otra cosa es verlo. Me incorporo intentando salir del baño, pero Fernando está en la puerta, tiene la mirada gacha, y sus mejillas están demasiado rojas. No me inmuto, no tengo nada que reclamarle aunque me gustaría hacerlo. Él siempre fue claro conmigo, pero joder, como duele saber y aceptar que el hombre que amas es de muchas mujeres más.—¿Podemos
Pov Samantha.Las preguntas comenzaron a rodar por mi mente cuando dijo que se iba a tatuar, por qué: ¿qué hace un Amo llamándome novia? ¿Qué hace Fernando Laureti tatuándose la abreviación de mi nombre?Tomo una bocanada de aire y me pongo de pie con el corazón latiendo a mil por hora. Otra vez ese sentimiento como si no pudiera respirar me embarga, pero está vez de una placentera emoción.Volteo a ver a Fernando y él está bajando su pantalón para que lo puedan tatuar. La mirada de la chica está en él, y la mía en ella. Frunzo el ceño en su dirección y él me da una mirada coqueta que me pone a tragar saliva.Me quedo mirando a la mujer que tatúa con rapidez, y procura no tocar mucho a mi jefe. Sí, lo sé, no debería llamarlo así, pero esto se está volviendo en mi fetiche.Le colocan el gel, y también tapan el tatuaje para luego ponerse de pie y tomarme de la mano para salir. Ambos damos las gracias y bajamos de nuevo al auto.—¿Por qué te tatuaste mi nombre? —le pregunto apenas entram
Pov Samantha.Cuando abrí los ojos, enseguida llevé la mano a mi frente. Tenía una pequeña gasa en la parte derecha, y me dolía la cabeza, pero más me dolía el pecho al recordar todo lo que había pasado. Reana me había dicho en mi cara que Fernando y ella habían estado juntos, y no, no es que no esté consciente de que podía pasar, sino que me duele que haya sido en los días que estuvo conmigo, o mejor dicho, si me duele saber que está con otras mujeres, porque yo lo quiero solo para mí.—Despertaste —dice Fernando entrando por la puerta de la habitación, y con tres médicos más.—¿Qué haces aquí? Yo… —Mi boca se queda seca.Él se acerca a mí y besa mi frente, mientras aprieta mi cabello; siento como me aprieta fuerte como si no quisiera que me fuera nunca.—Mi número estaba registrado como llamada de emergencia.Lo miro incrédula, yo nunca puse su número como llamada de emergencia. —Yo lo hice, es que… pues pensé que en algún momento podrías necesitarlo, y no me equivoqué. —Volteo la
Pov Fernando:Jamás había sentido lo que era la posesión, lo que era ese sentimiento de celos descontrolados que te hacen pensar que esa persona te pertenece, y eso me pasa con Samantha, siento que ella es mía, y que nadie puede, ni debe tocarla porque lo ajeno no sé toca, no se ve, y muchos menos se desea, pero ella, esa mujer de cabellera castaña, de ojos grises y de cara seductora y a la vez inocente, es una mujer rebelde, una mujer retadora que no se deja gobernar por nadie, lo sé, lo supe desde el primer día. Sin embargo, seguí procurandola, seguí buscándola y tentadola porqué me gusta ver el mundo arder, solo que estaba vez, esta ardiendo de celos.Quita su saco y puedo verla de pie a cabeza. Una fuerte erección se planta entre mis piernas, y estoy seguro que en la de otros hombres y eso hace que el humo salga por mi cabeza de manera asesina. El imbécil de Stafano se la come con la mirada y ¿cómo no? La mujer en cuestión lleva un vestido rojo, de tela sexual y ajustada, con aber
Pov Samantha.Me subo lentamente para quedar frente a Fernando: lo sabe, todo lo que he estado ocultando todo este tiempo él ya lo sabe; él sabe que lo amo y yo como tonta haciéndome ver cómo la puta ama, cuando él está consciente de que muero por él, cuando él está consciente que lo amo con locura.«¿Qué hago?» Las ganas de querer lanzarme del auto me invaden de nuevo, pero no debo seguir siendo cobarde y decirle de una vez por todas mis sentimientos, aunque eso lleve que él los destruya y me haga daño.—Yo… —intento hablar pero la boca de Fernando me detiene.Su lengua caliente invade mi cavidad bucal, comienza a hacer estragos en mí mientras me sube a sus piernas con rapidez. El vestido rojo se sube más mostrando mis muslos, mientras Fernando aprovecha de apretar mis glúteos. Jadeo en su boca sintiendo su erección, y él se abre la bragueta del pantalón para meter su miembro pero…—Estamos en el auto —digo en su boca y sus ojos azules me miran con deseo—No me importa, te quiero em