¿Son ideas mías, o Fernando me ha estado ignorando? Creo que la segunda opción, después de lo que le dije en el baño el no me ha buscado, él ni siquiera ha ido a mi oficina para hablar de negocios, y mucho menos para hablar de lo que le dije, y lo entiendo, supongo que al darse cuenta que la única manera de acostarse conmigo, es de una manera natural, y sin un contrato de por medio, lo hizo desistir, y me duele, me duele saber que lo perdí, que perdí la oportunidad de estar con el hombre que quiero, ese que lleva siendo mi compañero de sueños y suspiros por años.«Y de masturbaciones nocturnas Samantha»Sí, y de masturbaciones nocturnas, por qué Fernando Laureti es un hombre tan perfecto, que cualquiera lo quiere para todo, y ese fue mi error, quererlo para todo y no conformarme con las migajas que él me ofrece.Salgo del edificio cansada, arrastrando casi mis sandalias de tacón doradas. No voy a negar que la esperanza de verlo retumba en mi cabeza, que las ganas de ir a su oficina y
Pov FernandoEl único pensamiento que llegó a mí mente cuando Samantha Mercier me dijo que la única manera de estar con ella sexualmente era sin ser mi sumisa, fue huir, y no es que no haya tenido sexo con alguien aparte de mis sumisas, si lo he hecho, pero ha sido un sexo casual, un sexo rápido con chicas sin importancia, pero Samantha, ella tiene algo que llama mi atención, algo que me dice que no me saciaré solo con un par de veces, y lo sé, su olor es adictivo, su cuerpo es un manjar que quiero devorar, y además, es mi gerente, no puedo simular que no la conozco al otro día y eso es algo que me carcome por dentro. Me bajo de mi Aston Martin y le doy las llaves al franelero. Le prometí a mi padre que no iba a estar metido en clubs nocturnos y mucho menos bebiendo, pero hoy es una excusa perfecta para hacerlo; cité a un ingeniero aquí para hablar de negocios, y ¿Por qué no? Para beber unas cuantas copas.Doy unos cuantos pasos al interior del lugar, y ya tengo a mis guardaespaldas
Pov Samantha.Desde que me obsesioné con Fernando, idee en mi mente cómo sería nuestro primer beso, lo bien que se podía llegar a sentir, pero ahora que lo tengo aquí, frente a mí, devorando mis labios con vehemencia, mientras aprieta mi cuerpo al suyo, puedo decir que es mucho mejor.Su lengua entra y sale de mi cavidad bucal haciendo que mi cuerpo tiemble, mis bragas están tan empapadas que temo que se note por encima del vestido, mis mejillas están rojas, gracias al calor que demanda su cuerpo y su hombría; puedo sentir su enorme hombría rozar mi feminidad, ¡y dios! Cómo quisiera llevar su hombría a mi boca.Fernando suelta mis labios, para mirar mis ojos. Enseguida me estremezco por la calidez de su mirada, es como si fuera un depredador a punto de devorarme, aunque el deseo que siento por él, las ganas y todo lo que mi mente idea con hacerle, no logro sentirme intimidada, siento que soy capaz de hacerlo sentir muy bien, aunque, aunque no haya tenido experiencia con ningún hombre
Pov Samantha.Señala la carpeta encima de la isla de la cocina. Yo me quedo mirando al hombre enfrente de mí, sin saber qué hacer. Si firmo me estaría condenando a ser una más, y es lo que no quiero, no quiero ser una más de su lista.Muerdo mi labio, pensativa. Él no dice nada, solo está parado con una ceja alzada sin dejar de mirarme, logrando con eso que mi cuerpo se estremezca.—¿Puedo leer el documento? —Le pregunto con curiosidad.Una sonrisa de victoria se dibuja en su rostro; está seguro que ganó el juego, sus ojos llenos de lujuria y de maldad me lo indica. —Por supuesto. —Camina con rapidez hasta los papeles que están ordenados y los toma.Mi cuerpo comienza a temblar cuando me los tiende. Mi corazón late a mil por hora. Me siento presa del deseo que siento por él, estoy en una balanza donde debo tomar una decisión, y no hay tregua, es ahora o nunca.Tomo la carpeta y comienzo a leer; en resumidas cuentas, seré solo suya, contaré con un depósito mensual para mis gastos, él
Pov FernandoJamás en mi vida había sentido una calentura como la que estoy sintiendo en este momento, ni siquiera con Astrid llegué a sentir que mi cuerpo hervía de pie a cabeza, cómo si estuviera prendido en fuego, cómo si me estuviera quemando en llamas del infierno; y es que Samantha Mercier había despertado en mí el deseo más profundo, y no digo que no he deseado a mis mujeres, o incluso a esas causales que cogía en una noche de copas o un cena de negocios, sería hipócrita de mi parte si dijera eso, pero ella, Samantha, hay algo en ella que me transporta a un mundo extremo, dónde quiero verla de todas las facetas sexuales que existen, romperla en millones de pedazos, y demostrarle que los hombres con los que ha estado no son nada placentero con lo que yo puedo darle, con lo que yo puedo enseñarle.Samantha se sube encima de mi como potra en celo, sus cabellos castaños caen a mi rostro, y puedo oler el shampoo que lleva puesto, huele a coco, al igual que su piel, que destila varia
Pov SamanthaEl sol se filtra por la ventana y me pega directo al rostro obligándome a cerrar mis ojos. Toco la cama a mi izquierda para acariciar al hombre que debería dormir a mi lado. Una punzada de decepción se posa en mi estómago al darme cuenta que efectivamente no está: ¿se habrá levantado temprano? ¿O después de follar me dejó tirada en la cama? ¿Y si se fue y estoy sola en la pethouse? Me siento, estoy totalmente desnuda y me duele todo el cuerpo, placenteramente todo el cuerpo. Sonrió por mis recuerdos, Fernando es un semental, un dios del olimpo creado para pecar, es mi fantasía cumplida, y el sueño húmedo de muchas mujeres, incluyendo el mío.Pongo los pies en la peluda alfombra de color negro, y me pongo de pie para tomar una ducha y asearme. No voy a negar que siento miedo de verle la cara, ya que la pregunta del millón ronda en mi cabeza.«¿Qué somos?» Es obvio que no firmé el bendito contrato, no soy su sumisa, no soy su amiga, ¿su amante? Restriego mi rostro mientra
Pov Samantha.Estoy conduciendo mi auto hasta la casa hogar donde me crié, es domingo y como le prometí a la madre superiora iré a visitarla, y a decir verdad las extraño, ella, las hermanas y los niños son los únicos seres que puedo llamar familia. Mientras paso los semáforos mi mente me lleva a ese día, el día que me entregué a Fernando y perdí por fin mi virginidad, el día que subí el cielo toqué las estrellas y luego me llevó al infierno; no puedo describir lo que sentí, tenerlo dentro de mí fue lo más placentero que he experimentado en mi vida.Miro el semáforo y está en rojo, así que aprovecho para revisar mi móvil, tengo varios mensajes de Cloe preguntándome cómo estoy y el por qué desaparecí del club, es del día de ayer, pero como estuve en mi cama todo el sábado viendo películas y comiendo cotufas hasta ahora es que lo leo.No le tomo importancia y abro el WhatsApp en busca de algo que jamás encontraré; un mensaje de Fernando. Respiro profundo. No me ha escrito, no me ha pre
Pov Samantha.«Me gustaría estar ahí en estos momentos, continuar lo que estábamos haciendo en la cocina, y vaciar esa llenura que tienes atascada en el vientre, pero en estos momentos no puedo, no puedo ni pensar, Andrea es mi puto hermano, es la parte buena de la genética y aunque mi mente no haya dejado de divagar todo lo que quiero hacerte, estoy jodidamente destruido»Con las manos temblando releo el mensaje varias veces hasta tomar una conclusión: Fernando está totalmente loco, hasta en un momento vulnerable como es la salud de su hermano, piensa en follar, pero también puedo deducir que me desea, y eso es algo que puedo poner a mi favor.No le respondo, tomo el móvil en mis manos y subo a la habitación para dejarlo en la encimera mientras me quito la ropa interior con cautela. Observo el retrato que tengo de él en la pared, veo sus azules penetrarme como si estuviera ahí, mientras mi vagina comienza a empaparse tanto que puedo sentir mi entrepierna húmeda.Camino hasta mi mesa