Pov FernandoJamás en mi vida había sentido una calentura como la que estoy sintiendo en este momento, ni siquiera con Astrid llegué a sentir que mi cuerpo hervía de pie a cabeza, cómo si estuviera prendido en fuego, cómo si me estuviera quemando en llamas del infierno; y es que Samantha Mercier había despertado en mí el deseo más profundo, y no digo que no he deseado a mis mujeres, o incluso a esas causales que cogía en una noche de copas o un cena de negocios, sería hipócrita de mi parte si dijera eso, pero ella, Samantha, hay algo en ella que me transporta a un mundo extremo, dónde quiero verla de todas las facetas sexuales que existen, romperla en millones de pedazos, y demostrarle que los hombres con los que ha estado no son nada placentero con lo que yo puedo darle, con lo que yo puedo enseñarle.Samantha se sube encima de mi como potra en celo, sus cabellos castaños caen a mi rostro, y puedo oler el shampoo que lleva puesto, huele a coco, al igual que su piel, que destila varia
Pov SamanthaEl sol se filtra por la ventana y me pega directo al rostro obligándome a cerrar mis ojos. Toco la cama a mi izquierda para acariciar al hombre que debería dormir a mi lado. Una punzada de decepción se posa en mi estómago al darme cuenta que efectivamente no está: ¿se habrá levantado temprano? ¿O después de follar me dejó tirada en la cama? ¿Y si se fue y estoy sola en la pethouse? Me siento, estoy totalmente desnuda y me duele todo el cuerpo, placenteramente todo el cuerpo. Sonrió por mis recuerdos, Fernando es un semental, un dios del olimpo creado para pecar, es mi fantasía cumplida, y el sueño húmedo de muchas mujeres, incluyendo el mío.Pongo los pies en la peluda alfombra de color negro, y me pongo de pie para tomar una ducha y asearme. No voy a negar que siento miedo de verle la cara, ya que la pregunta del millón ronda en mi cabeza.«¿Qué somos?» Es obvio que no firmé el bendito contrato, no soy su sumisa, no soy su amiga, ¿su amante? Restriego mi rostro mientra
Pov Samantha.Estoy conduciendo mi auto hasta la casa hogar donde me crié, es domingo y como le prometí a la madre superiora iré a visitarla, y a decir verdad las extraño, ella, las hermanas y los niños son los únicos seres que puedo llamar familia. Mientras paso los semáforos mi mente me lleva a ese día, el día que me entregué a Fernando y perdí por fin mi virginidad, el día que subí el cielo toqué las estrellas y luego me llevó al infierno; no puedo describir lo que sentí, tenerlo dentro de mí fue lo más placentero que he experimentado en mi vida.Miro el semáforo y está en rojo, así que aprovecho para revisar mi móvil, tengo varios mensajes de Cloe preguntándome cómo estoy y el por qué desaparecí del club, es del día de ayer, pero como estuve en mi cama todo el sábado viendo películas y comiendo cotufas hasta ahora es que lo leo.No le tomo importancia y abro el WhatsApp en busca de algo que jamás encontraré; un mensaje de Fernando. Respiro profundo. No me ha escrito, no me ha pre
Pov Samantha.«Me gustaría estar ahí en estos momentos, continuar lo que estábamos haciendo en la cocina, y vaciar esa llenura que tienes atascada en el vientre, pero en estos momentos no puedo, no puedo ni pensar, Andrea es mi puto hermano, es la parte buena de la genética y aunque mi mente no haya dejado de divagar todo lo que quiero hacerte, estoy jodidamente destruido»Con las manos temblando releo el mensaje varias veces hasta tomar una conclusión: Fernando está totalmente loco, hasta en un momento vulnerable como es la salud de su hermano, piensa en follar, pero también puedo deducir que me desea, y eso es algo que puedo poner a mi favor.No le respondo, tomo el móvil en mis manos y subo a la habitación para dejarlo en la encimera mientras me quito la ropa interior con cautela. Observo el retrato que tengo de él en la pared, veo sus azules penetrarme como si estuviera ahí, mientras mi vagina comienza a empaparse tanto que puedo sentir mi entrepierna húmeda.Camino hasta mi mesa
Pov Samantha.Una mujer alta y sumamente operada pero amable me atiende como si fuera la esposa del mismo presidente de Francia. El consultorio es amplio, con una camilla enorme y aparatos de última tecnología en todos lados.Me toman unas muestras de sangre, me hacen un eco, una citología y me colocan el implante. La chica me dice de los contra del aparato, algo que me pone nerviosa, pero ella me explica que no a todos le da reacciones adversas, así que trato de relajarme, no puedo tener tan mala suerte en la vida como para que sea una de las que le haga mal.—Aquí está su siguiente cita señorita Mercier, procure no tener sexo en los próximos siete días, a menos que use otro mecanismo de proteccion. —Me levanto para irme. El estómago me ruge de hambre ya que van a hacer la una de la tarde.«Sí que tardó conmigo la doctora»—Muchas gracias. —Le sonrió tomando la hoja de la próxima cita, que está vez espero no botar.—Ah, los resultados de los exámenes se le enviaran al señor Fernando.
Lo reparo y juro que siento como todo mi cuerpo reacciona a él. Mis piernas tiemblan, mi corazón palpita a mil por hora y mi boca se torna agua; como si tuviera mi comida favorita al frente, o mejor dicho, él es mi comida favorita.—Buenas tarde..—Sonríe mostrando su mano arma de seducción; sus dientes.Respiro profundo aún sin poder creer que por fin lo tengo enfrente, logrando con eso inhalar su delicioso perfume, y así empapar mis bragas en el acto.—¿Tienes fiesta? —Repara todo lo que tengo en la isla de la cocina para preparar las palomitas.Estoy consciente de que parezco una boba con los brazos caídos y la boca ligeramente abierta. Lo miro de arriba abajo como si fuera irreal. Tiene unos vaqueros rasgados, una franela gris que hace notar los tatuajes en su brazo, su rolex y ese aura que te hace pensar que no existe hombre tan perfecto.—¿Qué pasa? ¿Tanto me extrañabas, señorita Mercier? —Me pregunta pasando su mano por su cabello húmedo.Deduzco que se acaba de bañar, aún huele
Pov Samantha.—¿Qué haces en mi habitación? —pregunto con la voz temblorosa.No hay excusa que pueda decirle, no sé qué hacer y tengo miedo de que piense que soy una loca obsesiva que ha estado enamorada de él en silencio, que he intentado seducirlo para poder llegar a tenerlo, que me he masturbado por años a su nombre para calmar el deseo descontrolado que surgió de la nada con solo verlo en aquel congreso, aunque sí, es así, pero no se lo voy a decir, joder.La sonrisa del hombre en frente de mi se ensancha, no dice nada, solo mira los pósters de brazos cruzados a la espera que le dé una respuesta, y yo vacilo a la hora de hacerlo.—Es de Cloe —es lo único que se me ocurre—. Admira tu belleza y me los dio a guardar hace unos días, lo pegué aquí por qué… —Un silencio de segundos me atora el tórax—. Por qué Lucas se puso como loco al verlo en su departamento, sabes que ellos están saliendo.Me volteo frente al espejo con la manos a punto de un mal de parkinson, y con el corazón retumb
Pov Samantha Llegamos a una cabaña arriba de una colina después de caminar por varios minutos, la adrenalina de hace un momento sigue en mi vientre, al igual que la humedad en mis bragas. Voy caminando detrás de Fernando, con las manos temblorosas. A pesar de que ya hemos estado juntos varias veces, la adrenalina de lo que se aproxima sobrepasa mi ser.El lugar enfrente de mis ojos es hermoso. Está rodeado de césped, es de dos plantas, hecho de madera color caoba, con unas paredes blancas. Estamos sin guardaespaldas, y voy a confesar que me aterra, Fernando es un hombre demasiado importante, pero pareciera que no le temiera a nada, y hasta podría jurar que tiene guaruras obligado por sus padres.Abre la puerta de madera negra, y yo paso detrás de él. Observo el luga; una enorme chimenea está a su lado izquierdo, y al lado derecho una escalera de madera que nos lleva a la planta alta, en el medio hay tres sofás con alfombras negras en el piso. En una esquina hay mesa llena de comida