¿Eras vírgen o no?

Pov Samantha

El sol se filtra por la ventana y me pega directo al rostro obligándome a cerrar mis ojos. Toco la cama a mi izquierda para acariciar al hombre que debería dormir a mi lado. Una punzada de decepción se posa en mi estómago al darme cuenta que efectivamente no está: ¿se habrá levantado temprano? ¿O después de follar me dejó tirada en la cama? ¿Y si se fue y estoy sola en la pethouse?

Me siento, estoy totalmente desnuda y me duele todo el cuerpo, placenteramente todo el cuerpo. Sonrió por mis recuerdos, Fernando es un semental, un dios del olimpo creado para pecar, es mi fantasía cumplida, y el sueño húmedo de muchas mujeres, incluyendo el mío.

Pongo los pies en la peluda alfombra de color negro, y me pongo de pie para tomar una ducha y asearme. No voy a negar que siento miedo de verle la cara, ya que la pregunta del millón ronda en mi cabeza.

«¿Qué somos?» Es obvio que no firmé el bendito contrato, no soy su sumisa, no soy su amiga, ¿su amante?

Restriego mi rostro mientra
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