Al día siguiente Charlotte se levantó más temprano de lo normal para preparar los alimentos de la cafetería e igual el lonche que le mandaría a Arturo para que comiera en el receso de las clases.

Cuando el reloj marco las 6 de la mañana ella fue a despertar a Arturo y le ayudo a cambiarse de pijama para colocarse su uniforme.

- Ah… mami – le saludo un castañito somnoliento.

- Hehe si hijo es lo malo de la escuela porque debes despertar temprano – mencionó ella ayudando a peinarse.

Una vez arreglado y que terminara de desayunar, Arturo tomo su mochila y lonchera para salir de casa.

Ambos empezaron a andar y por suerte la escuela estaba solo a 3 calles de distancia de casa, por lo que su camino fue corto.

Al llegar a la escuela Charlotte abrazo a su pequeño y le dio un beso en la frente.

- Recuerda, te portas bien y presta atención a las clases mi amor – dijo acariciando sus cabellos – y si algún niño te intenta hacer algo te defiendes.

- Si – le contestó sonriendo para acercarse y darl