Esa tarde que James llego a la cafetería sorprendiendo a madre e hijo con la noticia de que los invitaba a dar un paseo el domingo para celebrar que al día siguiente Arturo comenzaría las clases.

Al principio Charlotte quiso negarse, pero fue derrotada cuando ambos le suplicaron de ir, por lo que termino accediendo escuchando la risa y emoción de ellos.

De esta manera llegamos a la mañana del domingo donde Charlotte y Arturo estaban desayunando desde temprano en pijama y mirando las caricaturas.

- Bueno Arturo, ya debemos cambiarnos que en treinta minutos llega James.

- Si y mami ¿dónde vamos?

- No lo sé, recuerda que James dijo que sería sorpresa.

- Cierto - mencionó emocionado mientras corría a dejar sus platos sucios en la tarja para girarse e ir a su habitación para cambiarse de ropas.

Charlotte rio al ver esa emoción e igual busco apresurarse a lavar los platos sucios y cambiarse de ropas.

Como si de una coincidencia se tratara, justo cuando ellos salían de casa, el automóvil de