Marcando las siete de la noche ya me encontraba con el maquillaje impecable y mi cabello suelto cayendo en ondas abiertas por mi espalda.
El maquillaje que me realizaron no era para nada cargado, solo se centraron en mis ojos para que ellos fueron los protagonistas de esta noche, o al menos eso me dijo la mayor de las estilistas, que con ojos profundos y soñadores me dijo que mis ojos pondrían a muchos de rodillas y que comenzaría esa noche.Sus palabras no solo causaron escalofríos, sino que me dio un poco más de seguridad para lucirme esta noche.Respire profundo y una de las modistas ajusto el pequeño corsé qué moldearia mi cintura. El vestido me hacia ver oscura y sensual y cuando más me veía en el espejo, más me gustaba lo que reflejaba. Las mangas eran largas pero con los hombros descubiertos. Las chicas aplicaron laca en el borde que protegían mis pechos y fijaron el escote a ellos para que simularan ser una segunda piel. El detalle que bajaba deOliviaEstaba más que asustada, pero ir de la mano de Enzo me llenaba de valentía y orgullo. Tomamos el famoso ascensor hasta la planta principal y a medida que íbamos avanzando al salón de fiesta, un par de hombres se ubicaban a nuestros costados y espalda aumentando el anillo de seguridad. Estaba más que custodiada y no es para menos, teniendo un montón de buitres dispuestos a despellejarme por no ser una insípida italiana.Cuando llegamos al salón la voz de Salvatore resono en el micrófono. —Se presentan en la sala, el capo y la dama de la mafia —la voz de ese hombre causó terror en la mayoría de la gente y por presión social comenzaron a aplaudir nuestra presencia. Dibuje una sonrisa de autosuficiencia en mis labios parecida a la que tenía mi esposo y a medida que nos íbamos acercando a nuestra mesa que estaba ubicada encima de una tarima podía escuchar las críticas de las mujeres frustradas dentro del recinto. Enzo atento a cualquier movimiento en falso del que se acercara a
Enzo—Buenas noches, señores ——salude a los presentes con un tono demandante. Todos respondieron al saludo con respeto, pero tensos por lo que fuera a pasar. —Esta noche fueron convocados por una razón de peso —explique con altaneria y me recosté un poco más del respaldor de la silla. —Esta noche les presentaré a mi esposa y dueña de todo lo que pisan y respiran en este lugar. Señale a mi esposa, quien nunca bajó la cabeza y mantuvo una sonrisa burlona en sus labios. Estaba orgulloso de ella y le reventaria la cabeza al que se atreva a ofenderla. Ésto más que una presentación, es una advertencia para todos. Ya un viejo conservador iba muerto por tratar de opinar donde no debía, mi padre le dio mucho poder en su momento como capo, pero eso cambiaría conmigo estando en el mandato. Nadie puede cuestionar mis órdenes. Me levanté de la silla y me abotone el saco de nuevo. Le tendí la mano a Olivia y ella la tomó gustosa
OliviaMi esposo estaba totalmente en su personalidad de matón, dispuesto a defenderme de todo lo que estos arrastrados puedan decirme. —Ejecutare a todo estos traidores qué no se arrodillaron frente a mi mujer. Informó a los presentes y empezó a prepararse para la matanza. Se acercó a mi lentamente mientras se quitaba el saco con esa mirada siniestra qué tanto me prendía, le sonreí con picardía en respuesta. –Hoy tendrás tu iniciación, muñeca —me informó y asentí. —¿Qué tengo que hacer? —pregunté con curiosidad y él me dio una mirada seria. Me acerqué a él y lo ayude a soltarse los botones de los puños de la camisa y se las arremangue hasta los codos. —Tienes que matar a Mara —me comunicó mirándome fijamente a los ojos. Me quedé estática mirándolo fijamente y con la respiración retenida. No jugaba cuando decía que tenia que hacer cosas atroces para poder sobrevivir. —Si lo tengo que hacer para ganarme el respeto de todos, lo haré, cariño —hablé determinada a cumplir con lo q
OliviaMi mirada aun estaba fija en el cuerpo de esa horrible mujer dando las últimas convulsiones hasta que dejó de moverse. Respiré hondo y salí del trance en el que estaba y endereze mi espalda con elegancia y aun manchada de sangre, subí nuevamente al estrado tomando el ruedo de mi vestido pera no enredarme. Enzo me recibió con cautela, pero le di una suave sonrisa para que se tranquilizara y terminaramos con todo ésto. —Ahora que todos los honores fueron hechos, ahora si pueden sentarse en sus lugares a disfrutar la cena, la sala será despejada —le dio una señal a Red y este procedió a organizar grupos armandos para sacar los cadáveres ensangrentados de la sala y también un grupo de criadas se dispuso a limpiar la sangre. Me quedé mirandolas fijamente hasta que me centre en la que no le quitaba la mirada a su marido. Lo miraba con hambre y eso la estaba empezando a molestar. Si seguía así la mataría. Para nadie era un misterio que había disfrutado matar a Mara no solo por la
Alce mi mano que estaba manchada de sangre y la acerque al rostro pálido de la chica para darle la caricia más siniestra qué le habían dado. Le sonreí para tranquilizarla y ella destenso los hombros. Justo lo que quería, que bajara la guardia. En segundos mi tacto cambió e inmediatamente abrió los ojos sorprendida por darse cuenta que había caído redondita en mi propia trampa. La agarré las mejillas clavandole las uñas tan profundo que le hice sangre, ella soltó un quejido tan fuerte que Enzo volteo la mirada preocupado pensando que me estaban haciendo daño. Conecté mi mirada con la de él por unos segundos, pero de inmediato me fije en mi segunda víctima de la noche. Salvatore me hacia de cortina para no alterar más a la gente, pero tarde o temprano se darían cuenta de lo que estaba pasando aquí. —¿Qué te hace pensar que puedes comerte con la mirada a mi esposo? —pregunté con paciencia. Ella se quejó y soltó un sollozo ahogado por la
EnzoMe encantaba verla desnuda sobre mi cabalgandome la polla hasta caer desmayada de placer, pero hoy descubrí que su modo sangriento y violento me encantaba más. Me tenía enloquecido, quería sacarla de ahí y llevarla a nuestra habitación para cogermela tan duro que mañana no pueda caminar. Pero ahora resulta que la muy malcriada está molesta por lo acontecido con la bendita mucama. Tenía una erección desde que la vi matar a Mara, y la misma se mantuvo y hasta creció cuando la vi marcando el territorio con la sirvienta. Intentaba disimularlo y seguía hablando con alguno que otro invitado para concretar envíos de droga. Y hasta por un momento la pude controlar, pero siempre con un ojo encima de mi mujer, que se dispuso a recorrer el salón para asegurarse de que todo estaba en orden. Algunas mujeres se acercaron a ella con respeto para elogiar lo hermosa que era. Ella muy amable le respondía con algo igual de alagador, hasta la vi más tranquila desenvolviendose y hasta algunas muj
Olivia—Vamos, preciosa —le hable a mi pequeña pantera. Estaba intentando entrenarla para que Enzo no se la llevara a la jaula, pero me estaba costando, ella no es un perro. —Muñeca, no es un perro —me dijo mi esposo desde la terraza. Llevaba toda la mañana trabajando. Y yo aquí tratando que mi pequeña Iskra me haga caso, pero como es una cachorra lo único que quiere es jugar. Igual estaba encantada con el regalo que me dio mi esposo. —Cariño, yo no quiero que la lleves a las jaulas —refunfuñe tomando en brazos a mi mascota y caminando con ella encima hasta la terraza. Enzo levantó la mirada de su laptop cuando sintió mi presencia, me sonrió y se apartó de la mesita y se sentó cómodamente para abrir sus piernas e invitarme a sentar sobre sus piernas. Gustosa lo hice y la pantera se acomodó en mis brazos como toda una consentida. Enzo cubrió mi cintura con una mano y con la otra acariciaba la cabecita de Iskra y ella respondía con ronroneos. —La tienes muy malcriada, cariño —me
EnzoTenerla en mis brazos era algo maravilloso, abrazarla y besarla es de otro mundo, ella es de otro mundo. Estoy perdidamente loco por ella y sé que el sentimiento es mutuo. —Yo sé que entre nosotros no llevamos tanto tiempo como aparentamos —comenzó a hablar mirando hacia el frente pero no a mis ojos y me molestaría en otra ocasión, pero se le nota que le estaba costando ser sincera conmigo.—Las circunstancias de nuestra unión tampoco es que fuese normal, pero a pesar de todo eso, aprecio realmente todo lo que haces por mi. Yo suspiré y cansado de que no me viera a la cara, la tomé de la nuca y la hice verme. —No necesito que aclares las cosas, Olivia, todo lo que hice y hacemos es por un bien común y ambos sabemos que ese bien común no tiene nada que ver con el famoso contrato que firme con tu padre —le expliqué y vi de primera instancia como sus ojos se cristalizaron por el dolor que aun siente. Sé de primera mano que no fue nada fácil para ella separarse de sus hermanos y