OliviaPasaron cuarenta y ocho horas para que Enzo por fin decidiera la ida hacia nuestro hogar.No mentiré, estaba harta de estar postrada en una cama sin poder valerme por mi misma, pero lo entendía porque todo estaba bien si eso me daba fe de que mi bebé se mantuviera sano dentro de mi vientre.El médico, quién se portó como todo un caballero conmigo, me dió unas recomendaciones vitales para el vuelo, pero más que todo me ordenó estar tranquila y sin agitarme para asegurar la vida de mi bebé.En estos dos días su evolución y desarrollo han ido excelente, pero aún no sé dejaba ver el sexo, aunque el doctor me dijo que es normal que los bebés a veces no muestren su sexo a los tres meses, me comentó que hay alguno que apenas se muestran casi llegando al último trimestre.Sinceramente, me sentía ansiosa, pero también puede ser que mi bebé tenga un mecanismo de defensa al igual que el mío y solo está esperando llegar a casa para adaptarse mejor.Llámenme loca, pero si yo estoy tensa y d
Olivia Salimos del hotel tomados de la mano e irradiando poder.Somos una pareja poderosa y con mucho porte. Gracias a Enzo empecé a sentirme como una reina y no como la princesa reprimida que era antes.Me dio poder, me dio estabilidad y control y eso se lo agradecería toda la vida, pero lo que más agradecería eternamente sería el amor, la confianza y la lealtad que me dio desde el día uno.No éramos una pareja convencional, teníamos nuestros arranques de locura, pero a pesar de todo eso nos manteníamos más que unidos.Una pareja llena de vida, una pareja con ganas de siempre estar a la par, haciéndonos confiar el uno al otro, él sin ganas de hacerme sentir inferior y yo sin ganas de fallarle por todo lo que me ha dado.Subimos a las camionetas y siendo escoltados por todos nuestros hombres y mujeres, nos dirigimos al aeropuerto privado donde ya estaban los Jets esperándonos.Red se había adelantado y viajó hace dos días atrás a Italia para encargarse de todo mientras nosotros estáb
OliviaAl aterrizar el avión, las camionetas con nuestros hombres y mujeres a nuestro cargo, estaban esperando por nosotros.Fue como un deja vu, porque al tocar el pavimento con mis deportivas, todos ellos se pusieron de rodillas para recibirme.Aún no puedo acostumbrarme a esto, pero sé que ellos lo hacen de buena fe y por el respeto que me tienen.—¡Le damos la bienvenida a la Dama de la mafia! —dijeron todos en una sola voz poniéndome la piel de gallina.Enzo detrás mío, me rodeó la cintura con su brazo protectoramente.—¡Ríndanle respeto a su reina! —dijo él, de forma dura e imponente. —Su reina exterminó la amenaza principal que nos acechaba.Me apegue más a su costado porque el tema aún me tenía mal. Pero es por el peligro al que me enfrenté y lo asustaba que estaba de perder a mi bebé.—Daemon Novikov, fue asesinado por Olivia Cavalli, y quiero que esto lo sepa el mundo entero dentro de la pirámide de la mafia. La mafia rusa ya no tiene a su Boss con vida, pero eso no quiere d
EnzoEl ascensor descendía lentamente, y cada piso que dejábamos atrás parecía marcar un latido más fuerte en mi pecho.Tomados de la mano, sentía cómo la energía de Olivia fluía a través de mí. Ella apretaba mi mano con fuerza, y ese gesto, aunque pequeño, decía mucho más de lo que las palabras podían expresar. Estaba nerviosa, yo lo sabía. Pero mi corazón también latía con una mezcla de emoción y ansiedad; estábamos a punto de enfrentar al mundo juntos.Cuando las puertas del ascensor finalmente se abrieron, un aluvión de sonidos y luces nos recibió. El salón principal, adornado con elegancia, estaba lleno de rostros conocidos y otros que nos eran ajenos, curiosos y expectantes. El evento era importante, pero para mí, el verdadero peso de la noche no era la celebración, sino lo que estaba a punto de revelar. Cada paso que dábamos hacia el salón de reuniones más amplio de la fortaleza parecía un avance hacia el inevitable des
OliviaLa tensión en la sala se disipó como humo al contacto con el aire fresco.Después de los anuncios de Enzo -primero, la eliminación de Daemon, y luego, mi embarazo -la atmósfera cambió radicalmente.De repente, la fría formalidad se transformó en una ola de felicitaciones. Influyentes figuras de la mafia, hombres que momentos antes me miraban con una mezcla de respeto y recelo, ahora se acercaban con sonrisas casi serviciales de las cuáles no confiaba ni un poco.Sus palabras eran halagos, sí, pero el verdadero foco de atención, el verdadero motivo de su alegría, parecía ser el bebé. -El heredero de la mafia italiana, -susurraban, sus voces cargadas de un significado que me incomodaba profundamente.Me sentía incómoda, casi avergonzada. -No es solo un bebé de la mafia, -corregía con una firmeza que me sorprendía incluso a mí misma. -Es mi bebé, y de Enzo.La afirmación, aunque simple, resonaba con una fuerza que dejaba claro mi dominio sobre la situación. Era mi cuerpo, mi embar
Olivia-¿Me llevas a lavarme los dientes? -le pregunté con voz mimada.-Lo que quiera mi muñeca, -me respondió, convencido de hacer todo lo que le pidiera.Me tomó de nuevo en brazos y me llevo al baño, me sentó en medio de ambos lavados y preparó mi cepillo de dientes con pasta dental, todo lo hizo concentrado y yo lo seguía con los ojos.Se metió entre mis piernas y me dió dos toques en la barbilla para que abriera la boca y con delicadeza metió el cepillo y me cepillo los dientes con las cejas fruncidas en total concentración.Me ayudó a enjuagarme la boca y así como me llevó al baño me devolvió a la cama.Mi corazón latía desbocado por cómo me hacía sentir sus gestos, estoy completamente enamorada de él y eso me llena de una calidez indescriptible.Me ayudó a quitarme el vestido y lo dejó en el sofá que teníamos cerca de la cama.Cuando se giro hacía mi, ya estaba soltándose los botones de la camisa negra qu
OliviaMi cuerpo enfundado en mi enterizo de combate me hacía caminar con seguridad por los largos pasillos que conducían a los calabozos, los cuales estaban siendo rodeados por las bestias de mi marido y mías.El embarazo se comenzaba a notar más de lo normal y me emocionaba poder sentir el crecimiento del bebé.El enterizo había sido modificado para que no me lastimara mi vientre, pero seguía usando mis botas de tacón complementándolo.Mis pasos y los de mis asesinas resonaban por los pasillos oscuros y húmedos y el fuerte olor a putrefacción y muerte me molestaba en la nariz.Quería hacer ésto, pero a la vez no porque últimamente al bebé le daba asco cualquier cosa que oliera y me provocaba fuertes episodios eméticos.Pero la sed de venganza y la sangre le divertían, amaba que su mamá sintiera el cuerpo eufórico porque podía sentirlo ya, a mis casi cinco meses ya podía sentir su movimiento en mi vientre.Mientras caminaba por el oscuro pasillo del calabozo, una mezcla de emociones
EnzoLa fortaleza, con su majestuosidad y su aura de seguridad, siempre había sido un refugio para mí.Sin embargo, hoy, al cruzar sus puertas, una inquietud se instaló en mi pecho. La emoción de estar cerca de Olivia era un fuego ardiente en mí, pero había algo en el aire, una tensión que me hizo acelerar el paso hacia nuestra ala.Cuando entré, la escena que se desplegó ante mí me paralizó. Olivia estaba allí, sentada en los sillones de la terraza, vestida con su enterizo de combate, un distintivo de su fuerza y determinación. Pero sus manos estaban manchadas de sangre, y las huellas de lágrimas brillaban en sus mejillas. Un nudo se formó en mi estómago, y la preocupación brotó por mis poros.Mi mente corría a mil por hora. ¿Qué había sucedido? ¿Por qué estaba en ese estado? Cada posible respuesta se enredaba en mis pensamientos, y solo deseaba que me dijera qué le había pasado. Me acerqué lentamente, como si el movimiento brusco pudiera romper la frágil burbuja que parecía rodear