OliviaNuestro pequeño mafioso nos tenía aún con la duda sobre su sexo, ya tengo seis meses de embarazo y mi pancita cada día está más grande y cada día me siento más pesada de lo común.Este tiempo me ha servido para reencontrarme conmigo misma, mis estudios ya los culminé vía online y sigo trabajando en los hoteles Cavalli pero ya desde mi hogar y no en la oficina por orden de mi doctora y petición de mi esposo. Luego de pasar por tanto, ellos no quieren que tenga más emociones fuertes, basta y sobra con lo que pasó y organicé para mí padre.Su muerte en sí, no me dolió tanto como lo esperé, pensé que la culpa me pensaría en los hombros, pero no fue así y no sé si sentirme bien con eso o asumir que me dejó muy dañada mentalmente todo lo que me hizo.Si me afectó, pero es más por mi embarazo y todas las hormonas que se me juntan.No sé cómo no me he quedado seca de tanto llorar, mi pequeño mafioso quiere acabar con su mami y su papi que es el que tiene que aguantar mis berrinches.—¿
EnzoNo podía expresar todos los sentimientos que tenía ahora. La vida me había llevado por caminos oscuros, pero en estos momentos, la luz brillaba con una intensidad que nunca antes había conocido. Mi mujer, Olivia, ya tiene seis meses de embarazo, y cada día que pasa se siente como un regalo que el destino me ha otorgado. El pensamiento de ser padre me embriaga de una mezcla de orgullo, nerviosismo y amor.Hoy, por fin, el bebé se dejó ver, y la ecografía reveló lo que habíamos esperado: un niño. Con un profundo suspiro, sentí que mi corazón se llenaba de emoción y esperanza. Orgullosamente puedo decir que soy el padre de Ezio Cavalli, mi primogénito y heredero al trono de la mafia italiana cuando cumpla su mayoría de edad. El legado de mis antepasados pesaba sobre mis hombros, pero sabía que con la llegada de Ezio, todo cambiaría.Mientras observaba a Olivia acariciar su vientre, comprendí que esta nueva vida también traía consigo una responsabilidad mayor. No solo debía proteger
EnzoEsa noche, mientras caminaba a mi habitación, con las luces de la lejana ciudad parpadeando a través de las ventanas mi mente me enviaba un recordatorio constante de la reunión donde discutí los términos para proteger a mi familia. Cada palabra dicha, cada promesa hecha, giraba en mi mente como un disco rayado. Sabía que era necesario, pero también era un peso difícil de llevar.Cuando llegué por fin a la habitación, una serenidad silenciosa me envolvió, diferente al bullicio de afuera. La puerta crujió suavemente al abrirse, y el aroma familiar de mi mujer me recibió como un abrazo cálido. Sabía que Olivia estaría esperándome, a pesar de lo tarde que era.Al entrar, la vi acurrucada entre las sábanas. La luz tenue de la lámpara de noche resaltaba su rostro, trazando sombras suaves sobre sus mejillas. Sus ojos parpadearon al verme, y una sonrisa cansada apareció en sus labios.—Enzo —susurró, extendiendo una mano hacia mí. Olivia er
Olivia había estado llevando una vida tranquila y sin preocupaciones, hasta que su padre le soltó una fría verdad, dónde la única solución era casarse con un completo desconocido.Ella no quería ser el súper héroe de la familia y se negó rotundamente a compartir su vida con un hombre completamente ajeno a su zona de confort.Pero en un mundo donde la codicia, y el bienestar familiar era lo principal, a Olivia no le quedaba mucho por lo que luchar.Sus padres se pasaron sus peticiones por el lugar más oscuro de su anatomía e hicieron de ella su boleto para expandir y sacar de la banca rota a su preciada empresa.Empresa que, a pesar de que Olivia era la mayor de tres hermanos, jamás heredaría.Puesto que su familia a parte de cómoda y sin vergüenza, también le estaríamos añadiendo como top 1 de esa gran lista; el machismo y la misógina.La mayor de los hermanos Manchester no se daría por vencida y estará dispuesta a conseguir su libertad así tenga que pasar por encima de su multimillon
El ambiente familiar era algo muy pesado desde que mi padre soltó la noticia de que gracias a la banca rota de la empresa, yo, su hija mayor tenía que contraer nupcias con un completo desconocido para salvar el legado familiar.Cómo si esa mierda fuera una razón o excusa justa para vender a su primogénita.~•-Ya te dije que no, no insistas en ésta locura. -grité cómo loca histérica mientras subía las escaleras en forma de caracol que me llevaban a mi habitación.Estúpidas y excéntricas escaleras inservibles, lo que hacían era retrasar mi huida.-Cariño, estás haciendo un berrinche donde no lo hay. -escuché la voz paciente de mamá mientras subía con toda esa ridícula elegancia las estúpidas escaleras inservibles.-Están todos enfermos si piensan que me voy a casar con un desconocido para sacarle el culo de los problemas a ustedes. -grité con mucha más fuerza sin importarme el escándalo que estaba causando.Es imposible que me case con alguien a quien ni conozco, ni amo. Es bizarro y m
Mi padre me miraba con severidad y mucha molestia por mi insolencia en este preciso instante. Sin embargo, sus problemas no eran mis necesidades ahora.Mi prioridad es hacerle entender que aunque me obligara, nunca iba a ser esa niña sumisa que siempre había querido.Nunca sería el títere que podía manejar a su antojo. Y aunque me pareciera físicamente a mamá, mi carácter y actitud nunca sería como los de ella.—No estás en posición para opinar, tu deber es obedecer mis ordenes. —mi padre me habló con rudeza mientras me daba una mirada de muerte.—Es mi vida, claro que tengo que opinar. —le reté con la mirada, tentando mi destino.Sé que nunca me pondría una sola mano encima, pero también sabía que podría ser castigada de por vida por la "pésima actitud".Igual ya no importaba nada si me estaba vendiendo como carne de segunda a un hombre que no conocía. Ya el respeto se había perdido.—Déjalo así, igual me vas a vender como carne. —le solté con altanería. —Si mamá estuviera aquí, no
Había llegado a un pequeño lugar, a un pueblo remoto donde pude conseguir un modesto motel donde descansar. No tan lejos pero si lo suficiente de mi infierno.Dormí como no lo había hecho en estos días de tortura y fue solo cuando sentí calor que me desperté con ganas de tomar una ducha refrescante.Cuando salí del baño, me fije en el reloj de la pared cerca de la puerta de la habitación que marcaba las cuatro de la tarde y por las ventanas de cortinas de tela liviana podía reflejarse el sol de la modesta ciudad.Había sido valiente y me alejé por más de diecisiete horas y media de mi hogar, estaba cansada y con el cuerpo adolorido por conducir por todo ese tiempo haciendo muy pocas paradas para comprar provisiones en el camino.Llegue al motel entrada la noche y al entrar a la habitación, me sentí sola y sin ganas de nada, derrotada. Me quité toda la ropa que tenia puesta para entrar al baño con todo los materiales para el cambio de look exprés que me haría y al terminar y ducharme c
Enzo*Enzo Cavalli*—¿Por qué coño la había dejado ir? —Ni yo sé esa respuesta.Ni siquiera contaba con encontrarla en éste lugar.Esta pequeña ciudad era una parada para mí, una dónde haría negocios lucrativos antes de ir a mi verdadero destino.Mi destino...Mi destino tiene unos ojazos increíbles y un cabello de ensueño.Nunca me la hubiera imaginado así, la veía en mi mente como una nena berrinchuda y pija.No se me pasó por la mente que mi destino venía con un cuerpazo para morirse feliz y una voz dulce.¡Maldita sea! La dejé ir como un idiota.¡Claro que era ella!La única diferencia era que en la foto que tengo en mi poder, ella sale con el cabello de color claro y a mí parecer, con lo que vi hoy, esa foto fue tomada hace tiempo.Pero sobre todo, lo que no me hizo ubicarme en el momento fue que no se me informo que mi "prometida" había huido de su hogar. Tampoco haría tal cosa de llamar a su familia para decirle dónde estaba, no era de mi incumbencia las decisiones de la no t