Enzo
Las mujeres de la familia Moretti quedaron fascinadas con la belleza de mi mujer, me sentía como un cavernícola cada vez que la veía y entendía que era solo mía.Las mujeres la llevaron de elogios y cariño, ella se sintió cómoda con la familia a pesar de que sabía que eran netamente negocios lo que haríamos con ellos.Pero eso no detuvo a nadie, ni siquiera al líder, que me invitó a unos tragos en su despacho, me acompañó Salvatore que estaba bien metido en mis negocios, mientras Alexa y Red se quedaron con su reina cubriéndole la espalda.Ella no se sentía amenazada, pero uno nunca sabía.También era porque no quería a ninguno de los hijos varones de los Moretti respirando el mismo aire que ella.—Tu esposa es muy buena negociadora, —elogió Marco, llenándome de orgullo.—Ella es mi arma más peligrosa, —confesé, solo para que la viera como una líder y no solo como mi esposa.—No lo aparenta, —concluyó MarcoOliviaEstaba nerviosa y desesperada por salir de aquí. Enzo y yo nos tomamos de la mano y en medio de la discusión entre el ruso y uno que otro mandatario, nos levantamos e hicimos contacto con nuestros hombres, Salvatore y Red nos escoltaron y a medida que nos íbamos acercando a la puerta nuestros hombres se unían al anillo de seguridad.—Vamos, vamos, —repetí, y solo fue hasta que me monte en la camioneta con mi esposo que pude respirar con normalidad.Esto fue una locura, esta mafia nos persigue, o bueno, me persigue a mí.Ya no sé qué más hacer, me voy a ver envuelta en todo ésto y temo por la seguridad de mi esposo y mis más cercanos hombres.A cada lugar al que voy, siempre está la sombra de la mafia rusa acorralandonos.—Ya no soporto ésto, —le dije en voz baja a mi esposo.Él volteó a mirarme con preocupación y tomó ni rostro en sus manos cálidas.—Mantengamos la calma, muñeca. Mientras estés conmi
EnzoLa había dejado acostada en la cama aún dormida, era como ver un ángel dormir.Pero no podía quedarme hoy idiotizado viéndola dormir porque se supone que tenía trabajo que hacer y una sorpresa que armar.La reunión era con un empresario francés que quería asociarse conmigo en la nueva constitución de la cadena hotelera que expandirá mi mujer.Sinceramente, nunca tuve en mente expandirme en ese sector, pero Olivia tenía un ojo crítico para los negocios que dejaría loco a cualquiera.Por suerte la tengo dentro de mi equipo de proyecto, como directora y dueña de la empresa. No me importaba ponerle hasta el cielo en las manos. Tenerla en mi vida era más que suficiente para mí, y sé que ella hacía todo esto con tal de ayudarme a mí y que no me viera tan complicado con ambos negocios.A media mañana, tenía una reunión con el segundo al mando de la mafia irlandés que también había venido a Francia por la reunión del Armisticio que
EnzoRed había hecho un trabajo espléndido, tal cual cómo le había explicado.Alquiló un restaurante frente a la torre Eiffel y dispuso cada detalle en su lugar, quedó hasta mejor de lo que pensé.—Vamos a buscar a mi esposa, Salva. —le ordené y con eso nos subimos a las camionetas y partimos al hotel para buscarla.Según Alexa, ella ya estaba lista.Esperando por mi, ya que no me había visto en todo el día y ya estaba anocheciendo.Al final de todo había concretado un buen negocio con el Irlandés y lo había invitado a las instalaciones de mis laboratorios para que viera los avances que tenía y los sujetos en experimento, que no eran más que traidores.También había recibido información de los Moretti, los cuales habían previsto el ataque por nosotros e hicieron una carnicería con la mitad de los Rivetti.Igual había una amenaza de ataque contra nosotros, así que teníamos que estar alertas igual.P
OliviaVolvimos de Francia hace una semana exacta, donde ninguno de los dos ha dejado de trabajar.Solo nos veíamos en las noches para cenar y follar antes de dormir, no me quejaba, porque sea lo que sea que hiciera él siempre volvía a casa junto a mí.Hoy lunes, estaba en la oficina trabajando en el proyecto de los hoteles, más que emocionada porque Enzo habló con él inversionista francés y este estuvo encantado de ser incluido en esta gran idea que tenía, tenía pensado que esto se lanzará a mediados de febrero del año entrante. Eran pocos meses pero quería hacer la inauguración para el día de mi aniversario de bodas con Enzo.Con una sonrisa en la boca, seguí enfocada en mi trabajo hasta que después de unas horas Salvatore entró en mi oficina sin tocar.Fruncí mi entrecejo apenas lo vi. —¿Pasa algo, Salva? —pregunté con preocupación.Él asintió. —Hay amenaza de ataque por parte de los Rivetti, hay que salir del edificio.
EnzoLa vi salir respaldada por su grupo, que no solo tenían la responsabilidad de combatir con los intrusos, sino que tenían el deber de protegerla con sus propias vidas.Junto con Salvatore salimos por la puerta de atrás y colocamos algunos explosivos que después de conectarlos se activaban con el movimiento.Regresamos a la sala para terminar de comprobar los radares y de un momento a otro los ecos de la balacera resonaban en las frías paredes de mi fortaleza.Las detonaciones venían de un lugar que alguna vez fue un centro de distribución, pero luego paso a ser una casa para mis hombres, y ahora estaba convertido en un campo de batalla. La mafia rusa había llegado uniendo fuerzas con los esbirros de los Rivetti, como ya lo había sospechado y ya no había forma de salir de esta sin confrontarlos. Rápidamente busqué la presencia de mi mujer entre todos mis hombres y la localicé, ella al verme se acercó a mi y comenzó a dispara
EnzoMis hombres con conocimiento de primeros auxilios, llegaron rápidamente, pero cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad. La condujeron a la clínica de la Dra. Clara López, la ginecóloga de confianza que estaba llevando a cabo el tratamiento de fertilidad de mi esposa. Allí, un grupo de los mejores médicos que habían junto a ella misma la atendieron. Yo estaba en la sala de espera, mis manos sudorosas entrelazadas, mi mente llenándose de horrores. ¿Y si no despertaba? La idea de perderla me desgarraba.Después de lo que pareció una eternidad, la Dra. López salió y me hizo señas para acercarme.—¿Cómo está ella? —pregunté, casi suplicando.La doctora mantuvo la mirada fija en mí y suspiró antes de responder. Su expresión se volvió seria, y de repente, las palabras que había estado esperando se convirtieron en un torrente de emociones. —Se ha desmayado debido al estrés y la fatiga. Sin embargo,
OliviaEl sol apenas se asomaba por el horizonte, filtrando un suave resplandor dorado a través de las cortinas de la habitación. Me encontraba sentada en la cama, rodeada de almohadas, mientras mis manos acariciaban suavemente mi vientre. Hacía ya dos días que me habían dado de alta de la clínica, ya recuperada pero con un montón de cosas por hacer, ya que ahora no solo debía cuidarme a mí, sino a mí bebé.Hoy, era un día especial, y una mezcla de ansiedad y emoción revoloteaba en mi interior; el signo de una vida que crecía dentro de mi. Está mañana tendré mi primera ecografía, donde podremos ver a nuestro pequeño bebé y escuchar su corazón.Era tan solo un mes de embarazo, fue lo que nos confirmó la Dra. Clara y era lo que ambos habíamos soñado, y hoy marcaría un hito importante: su primera ecografía, lo veríamos los dos.Enzo, siempre tan imponente y lleno de seguridad, entró en la habitación con un aire de nerviosismo disfrazado. Vestía un traje oscuro que acentuaba su figura, p
EnzoLa brisa del atardecer acariciaba Roma, y los rayos del sol se filtraban a través de las antiguas estructuras, dándole a la ciudad un aura dorada. Me encontraba apoyado contra el mármol de la terraza del ático que tenía en esta ciudad, mirando hacia el horizonte mientras mis pensamientos giraban en torno a la revelación que había cambiado sus vidas: Olivia estaba embarazada.El pequeño y gran momento en el que escuché el latido de nuestro bebé, fue algo indescriptible que me llenó de felicidad.La emoción inicial se había transformado rápidamente en inquietud al pensar en las implicaciones que su futuro heredero traería al imperio que él y Olivia habían estado construyendo. La mafia italiana no perdonaba; cualquier signo de debilidad podía ser aprovechado por sus enemigos.Olivia apareció en la puerta de la terraza, con su cabello oscuro ondeando suavemente y sus ojos brillantes con una mezcla de alegría y preocupación. Me giré por completo para enfrentarla, y mi corazón se ac