Enzo
La había dejado acostada en la cama aún dormida, era como ver un ángel dormir.Pero no podía quedarme hoy idiotizado viéndola dormir porque se supone que tenía trabajo que hacer y una sorpresa que armar.La reunión era con un empresario francés que quería asociarse conmigo en la nueva constitución de la cadena hotelera que expandirá mi mujer.Sinceramente, nunca tuve en mente expandirme en ese sector, pero Olivia tenía un ojo crítico para los negocios que dejaría loco a cualquiera.Por suerte la tengo dentro de mi equipo de proyecto, como directora y dueña de la empresa. No me importaba ponerle hasta el cielo en las manos. Tenerla en mi vida era más que suficiente para mí, y sé que ella hacía todo esto con tal de ayudarme a mí y que no me viera tan complicado con ambos negocios.A media mañana, tenía una reunión con el segundo al mando de la mafia irlandés que también había venido a Francia por la reunión del Armisticio queEnzoRed había hecho un trabajo espléndido, tal cual cómo le había explicado.Alquiló un restaurante frente a la torre Eiffel y dispuso cada detalle en su lugar, quedó hasta mejor de lo que pensé.—Vamos a buscar a mi esposa, Salva. —le ordené y con eso nos subimos a las camionetas y partimos al hotel para buscarla.Según Alexa, ella ya estaba lista.Esperando por mi, ya que no me había visto en todo el día y ya estaba anocheciendo.Al final de todo había concretado un buen negocio con el Irlandés y lo había invitado a las instalaciones de mis laboratorios para que viera los avances que tenía y los sujetos en experimento, que no eran más que traidores.También había recibido información de los Moretti, los cuales habían previsto el ataque por nosotros e hicieron una carnicería con la mitad de los Rivetti.Igual había una amenaza de ataque contra nosotros, así que teníamos que estar alertas igual.P
OliviaVolvimos de Francia hace una semana exacta, donde ninguno de los dos ha dejado de trabajar.Solo nos veíamos en las noches para cenar y follar antes de dormir, no me quejaba, porque sea lo que sea que hiciera él siempre volvía a casa junto a mí.Hoy lunes, estaba en la oficina trabajando en el proyecto de los hoteles, más que emocionada porque Enzo habló con él inversionista francés y este estuvo encantado de ser incluido en esta gran idea que tenía, tenía pensado que esto se lanzará a mediados de febrero del año entrante. Eran pocos meses pero quería hacer la inauguración para el día de mi aniversario de bodas con Enzo.Con una sonrisa en la boca, seguí enfocada en mi trabajo hasta que después de unas horas Salvatore entró en mi oficina sin tocar.Fruncí mi entrecejo apenas lo vi. —¿Pasa algo, Salva? —pregunté con preocupación.Él asintió. —Hay amenaza de ataque por parte de los Rivetti, hay que salir del edificio.
EnzoLa vi salir respaldada por su grupo, que no solo tenían la responsabilidad de combatir con los intrusos, sino que tenían el deber de protegerla con sus propias vidas.Junto con Salvatore salimos por la puerta de atrás y colocamos algunos explosivos que después de conectarlos se activaban con el movimiento.Regresamos a la sala para terminar de comprobar los radares y de un momento a otro los ecos de la balacera resonaban en las frías paredes de mi fortaleza.Las detonaciones venían de un lugar que alguna vez fue un centro de distribución, pero luego paso a ser una casa para mis hombres, y ahora estaba convertido en un campo de batalla. La mafia rusa había llegado uniendo fuerzas con los esbirros de los Rivetti, como ya lo había sospechado y ya no había forma de salir de esta sin confrontarlos. Rápidamente busqué la presencia de mi mujer entre todos mis hombres y la localicé, ella al verme se acercó a mi y comenzó a dispara
EnzoMis hombres con conocimiento de primeros auxilios, llegaron rápidamente, pero cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad. La condujeron a la clínica de la Dra. Clara López, la ginecóloga de confianza que estaba llevando a cabo el tratamiento de fertilidad de mi esposa. Allí, un grupo de los mejores médicos que habían junto a ella misma la atendieron. Yo estaba en la sala de espera, mis manos sudorosas entrelazadas, mi mente llenándose de horrores. ¿Y si no despertaba? La idea de perderla me desgarraba.Después de lo que pareció una eternidad, la Dra. López salió y me hizo señas para acercarme.—¿Cómo está ella? —pregunté, casi suplicando.La doctora mantuvo la mirada fija en mí y suspiró antes de responder. Su expresión se volvió seria, y de repente, las palabras que había estado esperando se convirtieron en un torrente de emociones. —Se ha desmayado debido al estrés y la fatiga. Sin embargo,
OliviaEl sol apenas se asomaba por el horizonte, filtrando un suave resplandor dorado a través de las cortinas de la habitación. Me encontraba sentada en la cama, rodeada de almohadas, mientras mis manos acariciaban suavemente mi vientre. Hacía ya dos días que me habían dado de alta de la clínica, ya recuperada pero con un montón de cosas por hacer, ya que ahora no solo debía cuidarme a mí, sino a mí bebé.Hoy, era un día especial, y una mezcla de ansiedad y emoción revoloteaba en mi interior; el signo de una vida que crecía dentro de mi. Está mañana tendré mi primera ecografía, donde podremos ver a nuestro pequeño bebé y escuchar su corazón.Era tan solo un mes de embarazo, fue lo que nos confirmó la Dra. Clara y era lo que ambos habíamos soñado, y hoy marcaría un hito importante: su primera ecografía, lo veríamos los dos.Enzo, siempre tan imponente y lleno de seguridad, entró en la habitación con un aire de nerviosismo disfrazado. Vestía un traje oscuro que acentuaba su figura, p
EnzoLa brisa del atardecer acariciaba Roma, y los rayos del sol se filtraban a través de las antiguas estructuras, dándole a la ciudad un aura dorada. Me encontraba apoyado contra el mármol de la terraza del ático que tenía en esta ciudad, mirando hacia el horizonte mientras mis pensamientos giraban en torno a la revelación que había cambiado sus vidas: Olivia estaba embarazada.El pequeño y gran momento en el que escuché el latido de nuestro bebé, fue algo indescriptible que me llenó de felicidad.La emoción inicial se había transformado rápidamente en inquietud al pensar en las implicaciones que su futuro heredero traería al imperio que él y Olivia habían estado construyendo. La mafia italiana no perdonaba; cualquier signo de debilidad podía ser aprovechado por sus enemigos.Olivia apareció en la puerta de la terraza, con su cabello oscuro ondeando suavemente y sus ojos brillantes con una mezcla de alegría y preocupación. Me giré por completo para enfrentarla, y mi corazón se ac
EnzoEn la tarde, luego de haber dormido un rato, bajamos a la sala de estar del penthouse para comenzar a trazar un plan para asegurarnos de que nuestros hombres estén capacitados para cuidar a mi esposa y a mí heredero.Mis asesinos y escoltas más cercanos son los que saben del embarazo de su señora para más seguridad, aún no queremos hacer la revelación hasta que tengamos un plan de seguridad para ambos. También estábamos esperando a que el periodo de implantación del bebé en el útero fuera lo más seguro para poder presentar ante la mafia la gran noticia.Nos sentamos en la mesa del comedor, con documentos esparcidos en ella, haciendo una lista de todos los posibles peligros. Tomamos decisiones difíciles, como reforzar la seguridad en nuestro hogar y mantener en secreto el género del bebé, así como el nombre que fueras a elegir.—¿Qué tal si tenemos un doble en la seguridad? —sugirió Olivia—. Un grupo que no solo se encargue
OliviaCon mi vestido verde ceñido que acentuaba mi figura, me movía como un fantasma por el salón. Mi rostro, normalmente sereno, tenía una expresión de letalidad que se acentuaba con cada paso que daba. La tensión en el ambiente se podía cortar con un cuchillo, y no podía evitar sentir que algo andaba mal.Terminé mi caminata frente a la puerta del baño y me aseguré de que estuviera libre, entré, hice mis necesidades y salí a lavar mi manos tratando de extender el tiempo de serenidad de este lugar, pero no podía escapar por mucho tiempo. No faltaba nada para irnos y quería irme desde que llegué aquí.Salí tranquilamente y comencé a caminar de regreso hasta donde se encontraba mi esposo, pero en todo lo que estaba observando detenidamente me llamó la atención un grupo de hombres en un rincón del salón, lejos de las miradas indiscretas, eran los representantes de la mafia rusa se reunían con otros individuos de dudosa reputación. Reconoci en