El silencio era parte de la cena, Tania había decidió callar y escucharlo, Hans por su lado, no sabía ni por dónde comenzar a formular lo que quería decir.Estaba nervioso de que ella en medio de su enojó decidiera que no valía la pena ni siquiera escucharlo, pero tenía una razón bastante clara y era algo que él no podía alegar.Se había comportado como un idiota y lo sabía.— Quizás sea tarde o pienses que lo hago por no quedar mal frente a ti, quiero decirte que quiero ofrecerte una disculpa por lo sucedido una noche atrás, no sé si hacer esto arregle realmente el problema, pero estoy intentando de que entiendas que lo que dije no tenía que ver con tu físico, a veces no sé cómo hacer que mis compañeros dejen de mirarte, así que por eso fue la razón de mi comentario — dijo el con nerviosismo, sabía que lo que estaba botando de su boca, eran cosas que realmente no tenían sentido.— No sé, creo que muchas veces somos hirientes sin la necesidad de serlo, pero lo que a mí sí me molesta y
La forma en que estos se complementaba y sentían era algo que ninguno de los dos había vivido, serían mentirosos el no admitirlo, pues entre ellos había algo bastante fuerte.De aquellas sensaciones que jamás se sentían con cualquiera, ahí estaba viviendolo, de la forma más extraña.— Me encantas y sé que soy el más idiota de todos, pero espero que jamás te alejes — dijo el en cuando hubiesen terminado, ella no pifia responder a eso, pues con el nada era seguro, todo era como estar en una cuerda bastante inestable y no quería repetir cosas que en su pasado le había hecho tanto daño.— ¿Estarás mañana donde tu padre? — preguntó él y ella Sonrió.— Si, de hecho iré después de tu clase, primero que todo, necesito que este bastón se vaya en poco tiempo — le dijo y este asintió, debai aceptar que Tania era una de las profesionales más buenas que había conocido y que eso no tenía que ver con lo que pasaba entre ellos.— ¿A dónde iremos después de la recuperación de tu padre?, ¡nunca me dice
Levantar a su lado había sido extraño, esa noche se había decidido por volver a la cama y este se lo había impedido como ando su brazo a su alrededor, Tania había logrado tan solo girarse para poder respirar mejor.— ¿Por qué te ibas a ir? — le preguntó este mientras le miraba fijamente.— No me gusta amanecer con nadie, me gusta mi espacio y ver el rostro lagañudo de alguien no está en mis planes — le contestó y Hans comenzó a reír fuertemente.— No sabía que era algo desagradable verme en las mañanas, antes me decían que era demasiado guapo, quizás un dios del Olimpo — contestó y ahora era Tania la que reía fuertemente, parecía que el buen humor mañanero era algo bueno.Hans pensó en ello, jamás permitía que una mujer se quedara con él toda la noche, estas tenían su propia habitación, la última vez que había llevado a alguien a casa había sido un caos.Contrario a su pensamiento y a su forma de preceder, estaba en casa, en cama de Tania y se sentía a gusto con ella en la mañana, su
— ¿Te acuestas con tu jefe? — le pregunto completamente incómodo, estaba bastante divertido de saberlo y haría un drama en todo el día.— No te metas en algo que no sabes, Michel, no es lo que piensas — le dijo y este comenzó a reír fuertemente.— ¡Solo debes admitir que te coges a tu jefe y ya está! ¡Hermana, es lisiado, déjale sanar aunque sea la pierna! — le dijo entre risas y esta le acallo.— ¡No digas nada delante de mí madreeee, te mataré si lo haces! — le advirtió, Hans había quedado sin saber lo que pasaba, no esperaba que su amigo se enterara de lo que estaba pasando con Tania.— Me gustaría pensar que no te acuestas con mi amigo, es algo que no me agrada, pero bueno, es tu vida y yo soy el menos indicado para hablar de relaciones, seriedad o casa relacionadas — le contesto, haciendo que Tania respirar a profundo.No estaba preparada para lidiar con su familia inmiscuida con su vida personal, pero tenía claro que aquello había sido demasiado evidente, Michel salió de la habi
Había visto a papá esa tarde, este parecía estar mejor, con la ayuda de Hans, habían logrado que uno de los mejores especialistas le ayudara, pudiese revisarle y darles los pasos a seguir. Estaba claro que se quedaría por un rato más en el hospital, tenia que estar seguros de que en su cabeza no hubiese nada que le afectará a futuro, eso había logrado que su madre se preocupara más, nunca la había visto así, era siempre serenidad, risas, pero esta vez no había nada de eso. La entendía, no estaba preparada ni ella para dejar a su padre en tal caso, ahora su madre menos.— ¿En qué piensas? — le pregunto en cuanto estaban en el coche, irían a casa de Hans, aún no se sentía cómoda con su ofrecimiento, pero había insistido. — Si tu papá sale de esto, volveré a casarme, le propondré matrimonio — dijo haciendo que sus hijos le miraran y se miraran entre ellos.— Padre había dicho algo similar — le contó y está se echó a llorar, estaba asustada de que le pasara algo.— No pienso perderlo nu
La madre de Tania era bastante agradable, sentía como si fuese una madre, algo que no sentía desde hace mucho tiempo.— ¿Mara? — preguntó él en cuanto escucho el nombre de la mujer, esta no estaba feliz con su nombre, pero había decidido nunca cambiarlo, era un dulce recuerdo de sus padres.— Aguas amargas — preguntó él, había escuchado aquel nombre con un significado que distaba de lo grandioso, no entendía por qué sus padres lo habían escogido.— Realmente no lo pensaron por eso precisamente.Mis padres estaban bastante enamorados, cuando nací, fue lo mejor que a ellos le pudo pasar, eso es lo que contaba Margarita, la abuela de Tania.Para ellos el significado iba más allá, sí, uno de ellos era ese, la mujer afligida, en un pasaje de la Biblia, Noemí, al perder a su familia, dijo: "No me llaméis más Noemí, llamadme Mara, porque Dios me ha llenado de amargura", ellos no lo veían así.Pues el otro significado era de la mujer enamorada, la romántica.Aprecio eso, es que a veces se le
Padres, estos siempre intentan pensar en lo mejor para sus hijos, lo difícil de esto es cuando comienzan a pensar en lo que a ellos les gusta y que según su criterio, beneficia a sus pequeños.Así había sido la vida de Hans, este había tenido una familia bastante intensa, estos intentaban que él tuviese lo mejor, pero la fama, el dinero y el poder de intervenir en los gustos de sus hijos.Las gemelas habían decidido irse por el mundo del modelaje, ninguna de las dos estaba dispuesta a hacer una carrera universitaria, el peso quedó en manos de Hans, que se había decidido por el deporte, tampoco estudió, pero debía ser uno de los mejores pilotos de la fórmula y lo había logrado.— Quisiera estudiar algo relacionado con animales, quizás veterinaria — le había dicho cuando estaba a punto de terminar su escuela, estaba en aquella búsqueda de lo que realmente quería para su vida.— ¿Qué quieres qué? — preguntó este dejando de lado el matutino periódico y por primera vez en algunas semanas,
Comer, reír y charlar un poco, eran las cosas que más hacían desde la estancia de la familia de Tania en casa de Hans, estos estaban completamente acostumbrados a eso, parecía ser cotidiano sentarse en la noche y hablar, Mara, preparaba algunas galletas, las favoritas de Hans eran de chips de chocolate en avena.— No pensé que estas serían mis favoritas — dijo él mientras degustaba de las deliciosas galletas de Mara.— Son las primeras que aprendí a hacer, la primera vez fue desastroso — contó esta entre risas.— Yo nunca aprendí a hacer galletas — dijo este haciendo que Mara se emocionara, una de las cosas que más amaba era enseñar.En sus ratos libres lo hacía, Tania nunca había aprendido a hacerlas, pero cuando comenzó a independizarse aprendió por su cuenta.— Me gustaría enseñarte — le dijo esta y no era una pregunta como tal, la realidad era otra, ya tenía programado en su mente, los días en los que iría.Tania veía como estos se llevaban tan bien, mucho mejor que con ella misma