Comer, reír y charlar un poco, eran las cosas que más hacían desde la estancia de la familia de Tania en casa de Hans, estos estaban completamente acostumbrados a eso, parecía ser cotidiano sentarse en la noche y hablar, Mara, preparaba algunas galletas, las favoritas de Hans eran de chips de chocolate en avena.— No pensé que estas serían mis favoritas — dijo él mientras degustaba de las deliciosas galletas de Mara.— Son las primeras que aprendí a hacer, la primera vez fue desastroso — contó esta entre risas.— Yo nunca aprendí a hacer galletas — dijo este haciendo que Mara se emocionara, una de las cosas que más amaba era enseñar.En sus ratos libres lo hacía, Tania nunca había aprendido a hacerlas, pero cuando comenzó a independizarse aprendió por su cuenta.— Me gustaría enseñarte — le dijo esta y no era una pregunta como tal, la realidad era otra, ya tenía programado en su mente, los días en los que iría.Tania veía como estos se llevaban tan bien, mucho mejor que con ella misma
Nunca en la vida había conocido a alguien como Ángel, este era su versión masculina y la forma en la que podían entablar una conversación era realmente agradable.Había llegado esa noche al restaurante con un poco de ansiedad, no sabía si sería como aquella vez que habían salido, estaba nerviosa y negarlo era algo que no haría.— ¡Hola! — le saludo en cuanto lo vio, este tenía una sonrisa de oreja a oreja, algo que le agradaba bastante, pues este siempre estaba bastante feliz.— Estuve esperando unas cuantas horas, pero vale la pena cuando la compañía es tan agradable — le dijo en cuanto la tuvo cerca, Tania no podía negar que aquel colombiano era demasiado guapo, pero también tenía claro que la amistad que este le había brindado era realmente agradable, hace mucho no conocía a alguien con esa manera de ser y tratarle.— Espero no haberte hecho esperar demasiado — le dijo y este Sonrió, no tenía ningún problema con los cinco minutos que esta había llegado tarde.— Estaba esperando des
Para Chaid era difícil entender que Tania tenía en mente salir con un hombre como aquel, pensaba que los modelos de revista no eran lo suyo.¿Pero quién le ganaba a un latinlover?Ese pensamiento lo había llevado a sentarse justo al frente de aquel hombre, lo miraba fijamente y con la intención de que este notará su presencia.Su teléfono sonó y en la pantalla pudo ver el nombre de Katrina, una hermosa australiana que muchas veces le había acompañado en algunos momentos de aburrimiento.— ¿Quedamos hoy? — le había preguntado y este se quedó reflexionando un poco, ¿sería buena idea citarla? Sin más le dio la dirección del lugar en el que estaba, quizás lo llamaría la atención si llevaba a alguien más.— Tu jefe/amante está mirando nuevamente, ¿quieres que seamos más cariñosos aún? — le preguntó y esta se negó, era algo que le estaba causando demasiada risa.— No creo que sea necesario hacer que este pendiente de mí, solo hemos tenido sexo algunas veces, sentimientos de su parte no hay
Tania cada vez se sentía más perdida con la actitud de Hans, este parecía bastante molesto con lo sucedido la noche anterior. — ¿Todo bien? — pregunto su madre al desayuno, la cara larga de los dos no era algo a lo que estaba acostumbrada.— No, solo no he dormido muy bien — contesto ella, mientras daba un bostezo.— Yo igual — añadió el mientras que Mara prefería guardar silencio.— Estaré con tu padre, ya dentro de algunos días le darán de alta, Hans quería desde ya agradecer todo el tiempo que me has brindado tu casa — le dijo al joven que amablemente le había dejado quedar en su casa.— Las puertas de mi casa están abiertas para ti cuando desees, aunque aún no te vas, dímelo cuando llegue el momento — contesto mientras que la mujer sonreirá.Tania solamente miraba la manera en la que estos dos se entendían, parecía ser que eran muy parecidos, mismo signo para ser exactos.— ¡Hans, te espero en la piscina! — dijo Tania levantándose del lugar en el que estaba desayunando. — Se me ha
Hans había dejado de hablar con sus padres desde hace algún tiempo, quizás desde aquel momento en el que se había accidentado, sabía que estaba mal, pero no podía evitar sentirse orillado a olvidarle.— ¡Si no te encuentro aquí, te olvidas de tu padre! — dijo en modo de saludo.— No es que me olvide, estoy acostumbrado a tu ausencia, si, que la independencia es algo que aprendí por ti — añadió y le estiró la mano, era la forma más cordial de saludarlo.— Saludarte no es algo que deseo por ahora — le contestó este sin siquiera tomar la mano de su hijo.Su familia se había alejado desdén algunos meses, la navidad había sido la fecha en la que estos hicieron un alto, no podía decir que su padre era malo, pero era de aquellos a los cuales se les olvidaba la existencia de sus hijos.Esa Navidad, sus hermanas comenzaron a cuestionar su vida, estas no tenían la culpa de lo que estaba pasando, incluso, eran puro amor con él, pero su padre era de aquellos a los que lo que estaba pasando no era
Chimuelo había decidido acabar con todo en casa, estaba bastante preocupado de ver su jardín en total caos.— ¡Tania! — grito fuertemente.— Señor, ella ha salido con su madre, dijo que venía en una semana — le contó la mujer y este se molestó aún más.Llamó a una de las personas que le ayudaban y comenzaron a limpiar todo lo que estaba en la casa.No solo había dañado afuera, este había decidido seguir con la parte del patio, no entendía por qué un animal tan pequeño había decido hacer hoyos en la parte donde había un poco del césped.— ¿Y aquí que paso? — le preguntó Miguel que venía atrás de él.— ¡No quiero ver más a esa bestia en mi casa! — grito, era la manera en la que estaba explotando y con el que menos tenía que ver con su error, el pequeño gato se escondió de inmediato, pero sus pasos llenos de barro lo del ataron rápidamente.— ¡Ven, pequeño! — le dijo Miguel con suavidad, no sabía por qué tener que desquitarse con un pequeño animal que no tenía que ver con lo que él estab
Hans le estaba diciendo que sentía más por ella de lo que pensaba, estaba completamente en shock en su habitación, quizás eso le estaba pasando un poco de factura, no sabía que pensar al respeto de lo que estaba pasando.— ¿Tania? — le preguntó al otro lado de la puerta, esta había decidido huir, estaba claro de que era algo que no se esperaba.— ¿Qué quieres? — le preguntó esta, estaba molesta, pues su gato era el menos implicado en sus problemas y el único que había recibido la descarga de enojo de Hans.— Solo quiero que hablemos, ha sido un día de mierda y creo que me he descargado con ustedes — le dijo poniendo su frente sobre la puerta, sabía que Tania no le abriría, era demasiado orgullosa para hacerlo.— Perdón por lo ocurrido, pienso que no creí las cosas, quizás actúe mal, no es quizás, es un sí, actúe como un idiota y Miguel está con Chimuelo, perdón — dijo una y otra vez.Tania aunque estaba molesta, sabía que este tenía un poco de razón en su enojó, ella no tenía el derec
Tania y Hans habían tenido una larga charla, hablar de sentimientos era algo que los hacía sentir algo vulnerables, pero aquellos temas eran algo que debían tratar, estaba claro que la vida les estaba dando una oportunidad de ser claros entre ellos.— ¿Qué sientes por mí exactamente? — preguntó ella, era la segunda vez que lo orientaba, quería estar clara de lo que sentían, sabía que Hans sería honesto, habían entrado a un punto de la vida en la que debían hablar claro.— Me gustas, eso exactamente, no sé cómo pueda esto ayudarnos, realmente lo sé, pero ignorar lo que siento por ti es estúpido — le dijo este y ella se quedó ahí, mirando y analizando todo.— ¿Y eso que quiere decir para ti, que cambia? — le preguntó, Tania tenía la intención de dejar claro todo, no quería sorpresas que le molestaran en un futuro.— No sé, realmente no he pensado en ello, no sé lo que quiero realmente, pero creo que conocernos es un buen paso, pero sé que el hecho de que estés en casa todo el tiempo no