Michael despertó aturdido, con la cabeza latiéndole como si un tambor tocara un ritmo constante en su mente. Abrió los ojos lentamente, solo para cerrarlos de inmediato ante la luz que penetraba por las cortinas entreabiertas. Se encontraba en el sofá de su estudio, con la memoria emborronada y el sabor amargo de la resaca inundando su boca.Con un gemido de dolor, se llevó una mano a la frente, tratando de contener la jaqueca que martilleaba su cabeza. Las imágenes de la noche anterior comenzaron a desfilar frente a sus ojos cerrados, fragmentadas y confusas, como piezas de un rompecabezas que no encajaban del todo.Recordaba los tragos de más y lo que había sucedido con Laura. Se reprochaba a sí mismo haberse dejado llevar por la corriente del alcohol una vez más, ahogando sus penas en cada sorbo de whisky y por haber cedido al impulso sexual con Laura.Con un esfuerzo, se puso en pie, sintiendo cada músculo quejarse por el abuso de la noche anterior. La luz del día filtrándose por
Michael salió de la ducha, sintiendo cómo el agua caliente finalmente aliviaba el dolor de cabeza que lo había atormentado durante horas. Se vistió elegantemente y se encaminó hacia su oficina con paso firme. A su paso, todos se quedaban impactados; apenas un día antes había enterrado a su esposa, o algo así, dado que el cuerpo no se había encontrado, un hecho que era de dominio público.El silencio reinaba a su paso, como si su caminar llevara implícita la palabra "silencio". Llegó a la mesa de su secretaria y la saludó con un gesto de su cabeza.— Buen día, Lisa. Por favor, tráeme todos los reportes de los últimos días a mi despacho —ordenó Michael con voz firme.La secretaria asintió, pero se mostraba nerviosa. No sabía si debía llevarle todos los informes, especialmente la factura hospitalaria de la tarjeta de Sophie, un tema delicado. Michael la observó con determinación.— La señora Laura se encargó de todo.No debe preocuparse por eso — respondió la secretaria.— Laura se ha enc
El hombre desconocido yacía en un charco de sangre, sus palabras resonaban en la mente de Sophie.— Te amo…Sophie— Decía. Ella intentaba desesperadamente ayudarlo, pero la sangre fluía sin cesar, y el dolor la abrumaba. Con cada intento de acercarse, era como si la sangre la absorbiera, sumergiéndola en un mar de desesperación. Atrapada en un océano de angustia, luchaba por salir a flote, pero las olas de dolor la arrastraban hacia abajo, llenando sus pulmones de agua.En su sueño, parecía incapaz de encontrar una salida. La sensación de ahogo la envolvía mientras luchaba por mantenerse a flote en el mar. Justo cuando parecía estar perdiendo la batalla, despertó de golpe, gritando con fuerza y llevándose la mano al pecho, respirando agitadamente como si realmente estuviera ahogándose.Pasaron apenas unos segundos cuando James entró sin llamar. Los niños lloraban, pero ella, a pesar de ser una madre dedicada que corría a socorrerlos cuando lloraban, en ese instante estaba paralizada en
— Solo te diré que ese hombre es peligroso para ti y que Sophie era tu hermana, gemela. Erais prácticamente idénticas. —explicó James con seriedad, escrutando la reacción de Sophie mientras mantenía su abrazo reconfortante.La idea que se le acababa de ocurrir era buenísima. Así, si ella tenía recuerdos o algún tipo de sentimiento por Michael, podía alegar que era por la conexión de gemelas.— Ese hombre nos persiguió, por eso terminamos aquí en Escocia. Es un hombre muy poderoso que manipuló a tu hermana y la engañó hasta la muerte. —continuó James, tratando de transmitirle la gravedad de la situación mientras apretaba ligeramente su abrazo.— ¿Me estás diciendo que ese hombre mató a mi hermana? —preguntó Sophie, visiblemente asustada, buscando respuestas en los ojos de James.James negó con la cabeza y la abrazó más fuerte, fingiendo protegerla, aunque por dentro se estaba riendo a carcajadas.— No es el momento, Sophie. Te dije que era demasiado fuerte para ti. Me dijeron que no po
El corazón de Laura latía con fuerza. No podía permitir que Michael se enterara de lo de Sophie, sobre todo cuando ni siquiera había recibido noticias de Daniel. Laura se adelantó e intentó tocar el hombro de Michael, pero él se apartó y la fulminó con la mirada. No necesitó hablar para hacerle saber que no quería que lo tocara.— ¿Qué estáis escondiendo? —inquirió Michael con firmeza y una mirada tan penetrante que dejó helada a Laura.La secretaria, temiendo las posibles represalias de Michael y viendo una oportunidad mientras él estaba distraído con Laura, intercambió el papel guardando el otro en una carpeta que no correspondía y le entregó un informe de ventas de uno de los artículos.— Está bien, señor. Este es el informe que estaba escondiendo. Resulta que las ventas han caído en picado, y Laura me pidió que no se lo mostrara para que no se preocupara de su estado —explicó la secretaria con nerviosismo.Michael observó el informe que la secretaria le entregaba y suspiró, negan
El sonido del motor del automóvil se mezclaba con el murmullo de la calle mientras James conducía hacia el consultorio del psicólogo. Aurora, en el asiento del pasajero, se mantenía en silencio, con la mirada perdida en el paisaje urbano que se deslizaba frente a ellos.—¿Estás bien, Aurora? —preguntó James desviando la mirada hacia su esposa.Aurora suspiró, sintiendo el nudo en su garganta —No lo sé, James Estos sueños... me están afectando más de lo que quisiera admitir.James tomó su mano con suavidad, transmitiendo un gesto de apoyo. —Eso es normal, cariño. Es por eso que hemos decidido ir al psicólogo, para que te ayude a entenderlos y manejarlos mejor.Aurora asintió, agradecida por el apoyo de su esposo. Intentando controlar el rechazo que le producía su contacto era algo que no sabía gestionar ni de dónde venía pero tal vez tenía que ver con sus sueños.—Tienes razón, James. A veces siento que estos sueños me consumen.—Estoy aquí para ti, Aurora. Juntos superaremos esto —
Aurora observaba desde la cama cómo Shirley daba el biberón a su pequeña Marie, mientras Michael dormía plácidamente en su cuna. Un nudo de dolor se apretaba en su pecho, recordándole la necesidad de amamantar a su bebé. La incomodidad y la presión en sus senos era evidente, todavía estaban cargados de leche, pero las palabras del psicólogo resonaban en su mente: necesitaba medicarse y dejar de lactar para priorizar su salud mental.Sabía que la lactancia materna era beneficiosa, pero también comprendía la importancia de su estabilidad emocional para el bienestar de sus hijos. Respiró hondo y se levantó de la cams caminando hasta la cuna donde estaba el otro bebé.— Dame el otro biberón, yo se lo daré a Michael —anunció intentando que sus celos porque otra mujer estuviera alimentando a su hija no se notarán demasiado.— No es buena idea, Señora— aseguró Shirley con Marie en sus brazos — Los bebés pueden detectar el olor de la leche que aún tiene y podrían rechazar el biberón —explicó
—Nadie me creyó quisieron hundir mi vida, pero usted contrató un abogado para mí y me acogió en su casa,— hizo una pausa dramática y se limpió una lágrima inexistente del ojo— cuando perdí a mi bebé… porque quedé embarazada, usted quedó embarazada y ya nos habíamos hecho tan amigas que me pidió que fuera su niñera porque no confiaba en nadie más para dejar a sus hijos en sus manos.Aurora quedó inmóvil ante esa revelación. Tenía tanto por recordar, tanto que odiaba sentirse tan ajena a su propia vida. En ese instante, ni siquiera sabía quién era realmente, y tenía que confiar en las palabras de los demás.— Usted decía que era como su hermana, que le recordaba a ella y quería protegerme.Shirley sonreía internamente, aunque por fuera se mostrara triste. James le había explicado lo de los sueños de Aurora y la excusa que le había dado, así que ella se aprovechó de esa debilidad para seguir creando empatía en la esposa de su amante.Aurora fue incapaz de contener las lágrimas y se levan