Shirley estaba absorta en sus pensamientos mientras investigaba sobre Aurora y Sophie, la supuesta hermana de Aurora que aparecía en sus sueños junto a su esposo Michael. Sin embargo, por más que buscaba, no encontraba ninguna evidencia de la existencia de Sophie como hermana de Aurora, en realidad de Sophie. había mucho de Aurora no había absolutamente nada.Comenzaba a dudar si debía contarle todo lo que había encontrado a Aurora cuando James irrumpió en su habitación.— Buenos días, James —saludó Shirley con una sonrisa forzada, mientras cerraba rápidamente su ordenador.James la observó con atención, notando su nerviosismo. Sabía que algo no andaba bien, pero decidió no presionarla por el momento.— Esta noche, Shirley, necesito que te quedes a cargo de los bebés. Mi esposa y yo tenemos una fiesta con uno de los socios de nuestras empresas —anunció James, tratando de ocultar su preocupación.Shirley asintió, aunque le preocupaba la presencia de James en la fiesta junto a su esposa
Laura no podía creer que estuvieran ahí. Cuando su prometido le dijo que tenían una importante reunión de negocios en Europa, jamás imaginó que sería en ese lugar. Y ahora ni siquiera su teléfono móvil estaba adaptado para funcionar en ese país.—Debiste decirme que veníamos aquí, porque entonces habría adaptado mi tarifa de teléfono —reprochó Laura.Michael observó a su socia y futura esposa y sonrió.—Puedes usar mi teléfono móvil si lo necesitas —ofreció Michael.—Puedes usar mi teléfono móvil si lo necesitas —ofreció Michael.Laura sabía que no podía usarlo porque a quién debía llamar no podía quedar registrado en el teléfono de Michael.—No es simplemente por avisar a la familia —dijo Laura.Michael rió.— ¿Desde cuándo te preocupas por lo que piense tu madre al viajar? Eres una mujer adulta, Laura —comentó Michael.Laura asintió, sonrojándose levemente. No por la vergüenza, sino por el riesgo de ser pillada y sobre todo el riesgo que corremos aquí —explicó Laura.—No se trata so
James y Aurora entraron juntos a la elegante recepción, donde la música suave y el murmullo de las conversaciones creaban una atmósfera sofisticada.Aurora se sintió un poco abrumada por la opulencia del lugar, pero James la tomó de la mano y le dirigió una sonrisa tranquilizadora. Caminaron juntos hacia el anfitrión, quien los recibió con una amplia sonrisa.El anfitrión se acercó a ellos con entusiasmo y estrechó la mano de James.—James, ¡qué alegría verte! Y esta debe ser tu encantadora esposa, Aurora. —dijo, dirigiéndose a ella con una sonrisa galante.Aurora le devolvió la sonrisa, manteniendo una postura elegante y serena.—Sí, soy Aurora. Encantada de conocerle.—respondió con cortesía.El anfitrión asintió con aprobación y luego se dirigió a James.—Estoy encantado de que hayas podido venir, James. Espero que disfruten de la velada. Tenemos algunas sorpresas preparadas. Y sobre todo espero que tu encantadora y joven esposa disfrute de la velada—comentó, con un guiño cómplice.J
Laura continuó marcando el número en su teléfono con frustración, ya había llamado a esa persona tres veces, pero no obtenía respuesta, nadie descolgaba el teléfono.—¿Donde te has metido, Dani? —se preguntó en voz alta, mirando a su alrededor como si por arte de magia él fuera a aparecer.El recepcionista, que se encontraba a cierta distancia para darle privacidad, la observaba discretamente, notando su creciente ansiedad.De repente, la voz inesperada de Michael a su espalda la sobresaltó.— Cariño, ¿qué haces aquí? Pensé que habíamos acordado qué pasaría a buscarte por tu habitación, no que íbamos a vernos en el hall. —dijo Michael, observando la desde atrás y esperando que se girara para enfrentarlo.Laura tío media vuelta sobre sus talones, con el semblante pálido por la sorpresay levantó la vista para encontrarse con los oscuros ojos de Michael clavados en los de ella.— Estaba intentando llamar a mi madre para explicarle que estoy fuera del país. —respondió con voz temblorosa
Michael sonrió ladino al ver cómo Laura se alejaba, consciente de lo que le sucedía, disfrutando de su miedo y de que estaba más cerca que nunca de encontrar a Sophie su verdadera esposa, el único amor de su vida.Meses atrás, descubrió la dirección de James en las cartas que él y Marie habían estado intercambiando en el pasado. No tardó en enviar a Hanna a investigar a Escocia, a sabiendas de que era posible que la dirección hubiera cambiado después de veinte años y estuvieran tras una pista que los llevaría de nuevo a otro callejón sin salida. Sin embargo, James todavía estaba allí. Hanna, la mujer más preparada que Michael tenía trabajando para él, más que cualquiera de los hombres que tenía en plantilla, le envió fotos y pruebas que confirmaban su presencia, la de él, la de Marie y la de sus hijos, en la distancia ella lograba sacar algunas fotos de su esposa en el jardín, de los bebés como iban creciendo poco a poco y aquello solo incrementó su impaciencia.No obstante, se encon
Michael se sintió como si un puñal le atravesara el pecho al escuchar esas palabras. Su rostro se manchó de dolor, sus ojos se fijaban en Sophie, era incapaz de creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo podía ser posible? En el hospital era conocida como la gestante amnésica, recordaba a la chica que lo atendió llamándola así, pero después de tantos meses ella debería haber recuperado rastros de sus recuerdos.Las palabras de Sophie resonaron en la mente de Michael y él negó con la cabeza como si no quisiera creer lo que estaba escuchando. Había intentado encontrarla, había soñado con su regreso, pero nunca imaginó que la encontraría tan confundida."Está loco... James tenía razón".Las palabras resonaron en su cabeza una y otra vez mientras miraba a Sophie, tratando de encontrar algún rastro de la mujer que había amado. Pero todo lo que veía era a una mujer que había perdido su identidad y que lo observaba con desprecio.Abrió la boca sin saber qué decir, luchando por encontrar las palab
—Tengo que sacar a Michael de aquí antes de que se encuentre con Sophie.— Dijo Laura, desesperada ante la posibilidad de que eso sucediera.—Yo me encargaré de ella. Solo asegúrate de que Michael se vaya contigo. —exigió James, apretándose el puente de la nariz con molestia. Aquello era algo que no se esperaba y tenía que evitar a toda costa.Laura se dio la vuelta y se dirigió hacia el lugar donde se había despedido de Michael, dejando a James solo con sus pensamientos.James esperó un par de minutos para que no se les viera salir juntos y volvió al salón de baile buscando a su esposa, pero no la encontraba por ningún lado. ¿Podría ser que se hubieran encontrado? Tenía varios hombres entre los invitados vigilándola, no creía que fueran tan tontos como para habérsela dejado quitar delante de sus ojos.De repente, los vio salir. Michael le tapaba la boca a Sophie y se la llevaba. James no tardó en correr tras ellos, siguiéndolos por habitaciones y pasillos hasta que llegó al fin, antes
—Piensa en nuestros hijos, ¿no he sido un buen padre? —imploró James, intentando apelar al instinto maternal de Sophie. Su voz era un ruego desesperado, una súplica para que ella reconsiderara su decisión.Sophie estaba a punto de responder cuando, de repente, un estruendo ensordecedor los envolvió. Gritos, empujones y el estrépito de objetos que caían al suelo llenaron el ambiente, creando un caos que desvió la atención de los tres. Michael, maldiciendo por no haber podido sacar a Sophie de allí antes, se dio cuenta de que el tiempo se agotaba. Su único objetivo era alejarla del peligro antes de que la situación se descontrolara por completo.—¡¿Qué está pasando?! —exclamó Sophie, alarmada por la confusión que la rodeaba.Aprovechando el tumulto, James la tomó del brazo con brusquedad y comenzó a alejarse a toda prisa. Michael, luchando por mantener la calma en medio del pandemonio, buscó a su esposa con la mirada, pero la multitud y el bullicio le impedían verla.—¡Sophie! —gritó con