Derek.-En el avión Derek sus ojos estaban clavados en la puerta, esperando la llegada de Anna, no podía creer que estaría con su secretaria a esa que tanto detesta, si unos días antes le hubiesen dicho que se volvería loco por su secretaria se reiría como foca con hipo.Cuando por fin la vio llegar al avión observo su ropa holgada, su cabello despeinado ¿Cómo era posible? Que debajo de toda esa ropa vieja y fea hubiera un cuerpo exquisito que incitaba el pecado.— Buen día –Dijo Anna sacándolo de sus pensamientos.— ¡Buen día! ¿Tienes todo listo? –Preguntó con la mirada fija en ella.— Por supuesto –Observó que Anna lo miraba como si le hubiese salido un tercer ojo- lo veo muy feliz— ¿Por qué no habría de estarlo? Iré a Nueva York a despejar un poco la mente ¿Quién sabe? Me siento con suerte –La observó fijamente, logrando que la chica se removiera en su asiento desviando la mirada hacía la ventana.Apenas el avión arrancó ambos comenzaron a afinar los últimos detalles sobre la insp
Derek.-Con una resaca de mil demonios, Derek sintió la luz del sol clavándose como dos puñales en sus ojos.— ¡Maldita Resaca! –Abrió los ojos agarrándose la cabeza por el fuerte dolor, vio que estaba en la suite, observó que aun llevaba su ropa y el lado de su cama estaba intacto, suspiró, pensó en lo que había hecho el día anterior, pero no recordaba cuando llegó a la suite, salió arrastrando sus pies, al salir Anna estaba en la mesa comiendo un plato de frutas- Estás en un hotel cinco estrellas que tiene un restaurante con una estrella Michelin ¿y solo se te ocurre desayunar un tazón de frutas? –Anna alzó la mirada, Derek vio un atisbo de timidez en su rostro- ¿Cómo llegue anoche?— ¿No recuerda nada? –Preguntó Anna sorprendida.— No, por eso te estoy preguntando –Respondió apoyando su cabeza en el frío vidrio de la mesa.— Pues… no sé quién lo trajo hasta la habitación y luego… –Derek levanto su cabeza al sentir el silencio de Anna.— ¿Qué?— Nada, creo que se le cayó un vaso por
Derek.-— ¿Por qué no me dijiste que anoche te besé? –El bocado quedó a la mitad ante la mirada sorprendida de Anna.— Fue una cosa de ebrios, algo sin importancia –Respondió tomando un sorbo del Chardonnay que reposaba en su copa, Derek enarcó su ceja.— ¿No te gustó? –Preguntó con picardía.— ¿Por qué me trajiste a este lugar? –Preguntó cambiando el tema.— Te tomo la palabra de llevar la fiesta en paz –Se encogió de hombros.— ¿Quién es Dalia? –Preguntó con la mirada fija en él.— Es… alguien de mi pasado, no tiene importancia –Dijo bebiendo un sorbo de su escoses en las rocas.— ¿Por qué no me cuentas más de ti? ¿Cómo es que sabes tanto de diseño de interiores?— Pues… antes de que mi padre muriera, había iniciado la carrera de diseño mi meta era especializarme en diseño de interiores, pero nada resultó como lo planifiqué –Respondió con tristeza, en ese momento una notificación de chat girl llegó a su celular- Lo siento debo responder— Adelante –Respondió Derek sin quitarle los o
Anna.-Una punzada de dolor en su cabeza hizo despertar a Anna, los rayos de sol atravesaban sus parpados, abrió lentamente los ojos tocando su cabeza con una mueca de dolor, sobre su cuerpo sintió la suavidad de las sabanas cuando se percató de que se encontraba sola.Se cubrió con la manta, los recuerdos de la noche anterior se hicieron presentes, pero una punzada en su corazón la llenó de decepción, tenía la esperanza de conocer y ver a Orión, pero quedaba claro que solo había sido una transacción para él.La fantasía había terminado, se levantó furiosa para arreglarse y salir de allí de inmediato, debía regresar a la suite antes de que su jefe se diera cuenta de su ausencia y no estaba de humor para sus chistes de mal gusto.Cuando iba bajando en el ascensor limpié una lágrima solitaria que se deslizaba por mi mejilla. ¿Cómo Orión pudo hacerme esto? Él sabía lo importante que esto era para mí ¿Cómo pudo irse sin siquiera dejar una nota?Cuando llegó a su habitación abrió la puerta
Derek.-— Hola Derek –Saludó la mujer de piel canela y cabello negro corto hasta la clavícula perfectamente liso, Derek no podía salir de su asombro al verla parada frente a él, pensó que después de lo que ocurrió hace años no volvería a verla nunca más, pero estaba allí en su oficina exquisitamente hermosa, su primer y único amor.— Dalia ¿Cómo es que? –Fue lo único que sus labios pudieron soltar mirándola fijamente a los ojos.— ¡Oh cariño! –Respondió su abuela. –Dalia regresó al país, como un enviada del cielo, desee que encontraras a una buena mujer con la que pudieras casarte y mira el destino lo hizo realidad –Derek miró a su abuela sonriendo con emoción, era evidente que estaba feliz, él también lo estaba solo que algo dentro de él había cambiado después de haber estado con Anna.— ¿No me dirás nada? –Preguntó Dalia mirándolo con temor.— Los dejaremos solos –Su abuela sacó de la oficina a Daniel y a la madre de Dalia que también la acompañaba, Derek se acercó a su pequeña lico
Derek.-— Sabía que aun seguías sintiendo lo mismo por mi amor mío –Dalia besaba la mejilla de Derek acariciando el pecho desnudo de Derek, mientras que él tenía la mirada perdida después de tener sexo con ella, aunque no podía negar sus sentimientos hacía Dalia, pero ya no se sentía lo mismo cayó en cuenta que ahora hubo un antes y un después de haberse acostado con Anna, estar con Dalia en ese momento no lo llenó no era el mismo deseo de antes.— Dalia… –Dijo apartándose de su lado. –El que hayas vuelto no significa que vaya a ir corriendo a comprarte un anillo, no es mi deseo casarme ni contigo ni con nadie –Restregó su rostro con una de sus manos con frustración. –Dalia debemos volver a reconectar, para mí no fue fácil que desaparecieras así de mi vida sin decir adiós, yo… necesito espacio lo siento –Derek salió de su oficina intentando tomar aire por el desastre que en el que se estaba convirtiendo su vida en este momento, de inmediato se topó con Daniel.— ¿Estás bien?— Sí, ¿Dón
Anna.-Después que había bajado la adrenalina de lo sucedido con su tía, Anna sabía que tenía que darle muchas explicaciones a su abuelo empezando de dónde provenía ese dinero, le daría la misma excusa que le dio a doña Clara un préstamo obtenido en el banco, aunque era complicado puesto que si había alguien que la conocía a la perfección era su abuelo.— ¿Me vas a explicar? –Don Braulio rompió el silencio que había entre ambos dentro del taxi.— Sí –Anna suspiró. –Hace unos meses opté por un préstamo en un banco, hoy recibí la noticia de que me fue aprobado, he subsanado la deuda que quedaba con Ruby y podemos mudarnos a otro lugar, solo que nos quedaremos unos días en un hotel mientras consigo el lugar adecuado. –Dijo mirando por la ventana.— Pero Anna, saliste de una deuda para entrar en otra y con un banco y… -Anna tomó la mano de su abuelo sonriendo.— Bubu, descuida vamos a estar bien –Don Braulio no quedó muy convencido con la respuesta de su nieta, en el fondo sabía que no iba
Anna.-La joven llegó a su oficina luciendo completamente diferente con un traje de oficina de pantalón color negro que en una oportunidad Emily le había obsequiado, su cabello amarrado en una cola de caballo, de ella descendían dos mechones de cabello que junto a sus lentes le daban un look tierno, pero muy profesional.Al llegar al piso su amigo la vio con la boca abierta sorprendida mirándola de arriba abajo, para luego fruncir su ceño y cruzar sus brazos ignorándola.— Sé que estás enojada conmigo y para disculparme te traje esto –De su bolsillo Anna sacó un chocolate con almendras, el preferido de Emily.— Lo voy a aceptar porque dicen que despreciar los alimentos es de mala suerte, sin embargo sigo muy enojada contigo ¿Por qué no me dijiste que ibas a renunciar? Soy tu mejor amiga Anna— Lo sé Emily, fue un arranque y pues… conseguí el dinero para saldar las deudas con mi tía y… –Emily apretó con fuerza la mano de Anna, pelando sus ojos como si fueran a salir rebotando por el esc