Anna.-

El día de la fiesta había llegado la estilista peinaba a Anna con un moño alto, estaba sentada frente al espejo cuando sintió un pequeño mareo una imagen apareció en su mente, tenía un precioso vestido blanco, pero una lagrima recorría su mejilla, abrió los ojos sorprendida.

— ¿Te encuentras bien? –Preguntó la estilista con preocupación. –Te pusiste pálida.

— Sí, sí estoy bien fue solo un mareo, es normal en el embarazo no te preocupes, hiciste un gran trabajo me gusta mucho –Le dijo solo para quitar la atención de la estilista y que no fuera a decirle nada a Dmitry, él sospecharía, pero se quedó pensando en ese recuerdo ¿Por qué lloraría el día de su boda?

— Bueno ¿te ponemos el vestido? –La estilista estaba dando saltitos Anna sonrió y asintió.

El hermoso vestido azul rey tenía una falda amplia y plisada, con un escote corazón y mangas que caían por sus hombros el corsé estaba adornado con pedrería.

Anna se veía en el espejo sentía como su corazón palpitaba con fuerza había l