Capítulo 617
A las 8 de la noche, Luis regresó al hotel.

La suite estaba en completa oscuridad, y Dulcinea estaba sentada junto a la ventana, la luz de las estrellas y neones de la ciudad iluminaba su rostro, dándole un aire melancólico.

—¿Por qué no encendiste la luz?

Mientras hablaba, Luis encendió todas las luces de la suite.

La luz reveló los rastros de lágrimas en las mejillas de Dulcinea.

Luis la observó por un momento.

Se sentó en el sofá y se quitó el abrigo, preguntándole con indiferencia:

—¿Sigues molesta por lo de anoche?… ¿Has comido?

Dulcinea dijo que sí.

Luis no le creyó del todo, pero por lo sucedido con Hazel, había más tensión entre ellos, así que no se mostró tan preocupado como antes.

Si no quería comer, que no lo hiciera.

No era tonta, cuando tuviera hambre, comería.

Luis había tenido un día agotador, pero su deseo seguía intacto. Después de descansar un poco, quiso tener relaciones. Pensó que Dulcinea se negaría, pero ella cooperó sorprendentemente.

Cuando él la besó, ella abri
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