Capítulo 414
El mesero trajo dos tazas de café caliente.

Pero Ana no bebió, su mirada estaba fija en Sofía.

Sofía se calmó y, perdida en sus recuerdos, empezó a hablar:

—Fue Gloria quien me contactó, me dijo que Mario quería hacer un trato conmigo.

Mientras hablaba, tomó un sorbo de café.

Sus dedos largos y delgados temblaban ligeramente.

Volvió a hablar, con una sonrisa amarga en su rostro:

—En ese tiempo, lo resentía, ¿cómo podría quererlo? Pero Gloria mencionó una cifra que no pude rechazar, ¡era un proyecto de varios millones de dólares, era imposible ignorar tal tentación! Luego, Gloria me llevó al hospital para firmar el contrato, vi a Mario… él lucía… estaba mucho peor de lo que tú lo viste después, yacía en la cama, casi sin poder moverse, pero Ana, ¿sabes? Su mirada era tan serena, aceptaba todo tan tranquilamente.

La voz de Sofía se quebraba de represión.

Los ojos de Ana ya estaban húmedos, pero se contuvo para seguir escuchando.

Sofía hizo una pausa y continuó:

—Firmé el contrato, conseg
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