Capítulo 302
Mario llegó a la villa por la noche, y Ana ya había comido.

Estos días estaba de mejor humor.

Pero Mario aún no había sacado de la villa a los guardaespaldas, que a pesar de la nieve, permanecieron en sus puestos.

Mario dejó los regalos en el coche a propósito porque quería darle una sorpresa a Ana.

Mario entró en la villa, se quitó el abrigo negro y preguntó a Iris: —¿Ha comido la señora?

Iris sonrió, —Sí. Por la tarde, llevó a la señorita a la sala para ver la nieve. Parecía que la señorita era muy aficionada a la nieve.

Mario se cambió los zapatos y subió al dormitorio principal.

La habitación estaba iluminada y tenía calefacción, era cálido y acogedor.

Ana llevaba un vestido de lana, inclinada sobre la cuna para divertir a Emma. Era tan gentil y serena en ese momento.

Mario no la molestó, observándola en silencio.

Esa escena le hizo pensar que todo el daño anterior no sucedió, y que eran una pareja amorosa.

Ana notó a Mario.

Mario se acercó y le habló a Ana en un tono m
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