El alfa se pasea de un lado a otro en su estudio, con un vaso de licor en su mano derecha. Resopla con hastío y se peina el cabello con los dedos mientras mira a un punto fijo.—¡Me vas a volver loco, mujer! —sorbe de su bebida.En ese momento, él escucha toques en la puerta y se sienta en el borde de su escritorio, antes de permitir que su visitante entre.—¿Bebiendo tan temprano? —Ámbar levanta una ceja, como si lo juzgara.—¿Qué quieres? —interpela cortante, puesto que no se encuentra de humor para soportarla.—Quiero que hoy no te encierres en tu oficina. ¿Por qué no vamos a dar un paseo, Alfa?—No puedo. —Se termina el contenido de su vaso.—No aceptaré una negación de tu parte, Leoncio.—Tendrás que aceptarlo porque yo iré a la manada Luna creciente hoy. Por más de dos semanas he sido espiado por los hombres del alfa supremo, así que necesito ir a averiguar qué demonios le pasa a ese chiquillo conmigo.—¿Qué estás diciendo? ¿Por qué hasta ahora me vengo a enterar? —Ella se pone
Un silencio tenso inunda el salón y las miradas de las tres personas se posan sobre Leoncio.Por su parte, Katrina siente que todo se torna borroso, el corazón le late muy rápido y los ojos empiezan a parpadearle de forma involuntaria.«Voy a matar a Leoncio», piensa aterrada; sin embargo, quien encarniza ese deseo es Gael, que se lanza encima del alfa rubio con tirria.Con un gran gruñido, Gael empuja a Leoncio mientras estudia su próximo ataque. Por su parte, el alfa rubio resbala sin caerse, entonces se pone en posición de batalla, también.Ambos alfas se gruñen con ojos brillosos, los músculos tensos y los colmillos de lobos afuera.—Detengan esto, por favor —implora Gia con voz apagada y con los nervios de punta; sin embargo, nadie le da una respuesta ni una acción que obedezca a su súplica.—¿Cómo te atreves a burlarte de mi familia en mi propia manada? ¿Qué es lo que quieres, alfa Leoncio? ¿Qué ganas con meterte con mi madre y aprovecharte de su luto?—¡Ella es mía! —gruñe Leon
El trayecto hacia la manada Rouge se hace más corto de lo que Katrina hubiese deseado. En todo el viaje, ella se ha mantenido en silencio, absorta en sus preocupaciones y muy ansiosa.Teme a lo desconocido.Para ella no es fácil empezar de nuevo en un lugar donde estará rodeada por personas desconocidas, con reglas diferentes a las que ya está acostumbrada y con un esposo nuevo. Uno que no es Mateus, el hombre con quien compartió el lecho y formó un hogar por más de veinte años.«¿Cómo lidiar con tantos cambios repentinos?», piensa aterrada.Leoncio, quien entiende por el momento extraño y estresante por el que ella debe estar pasando, en especial por la manera tan incómoda en que sucedió el reclamo, respeta su espacio y se mantiene en silencio.—Llegamos, mi loba —le anuncia con voz dulce.Ella asiente con la cabeza y se deja ayudar por él, quien como todo un caballero la toma de la mano y escolta fuera de la limusina.Las miradas curiosas se posan sobre la mujer, pero nadie dice o p
El cielo gris es acompañado por finas gotas frías, que acarician las montañas alrededor de aquel claro lodoso.El pelaje de los lobos se encuentra mojado por las lloviznas que no se detienen, mientras que sus patas se ensucian con el lodo pegajoso de tono oscuro."No dejen que escapen", ordena el gamma de Leoncio.Al instante, sus subordinados saltan sobre los intrusos y la batalla se torna más violenta.Un grupo de lobos salvajes aparecen de repente, rodeando a los contrincantes de la manada Rouge."Pidan refuerzos, estamos rodeados", ordena el gamma en su voz de lobo, cuyo tono suena poderoso y ronco.En ese momento, Gael, Kali y Jill aparecen convertidos en lobo y se unen a la batalla. La forma lobuna de Gael capta la atención de todos, puesto que su pelaje dorado ilumina el lugar con su brillo de oro.—Yo me haré cargo —dice Gael, dejando a los lobos de Leoncio sorprendidos, ya que es la primera vez que ellos escuchan a un licántropo hablar en su forma salvaje, como lo hacen cuand
En la enorme y lujosa cocina de la mansión, Katrina camina de un lado a otro muy feliz y entusiasmada. Sus pasos se mezclan con los ruidos de los trastes y el tarareo alegre, cuya melodía armoniosa entretiene a Leoncio y lo contagia de esa energía mañanera, que lo hace sentir en un verdadero hogar.Ya la casa no se percibe vacía como antes, aunque siempre estuvo habitada por diferentes personas, porque esa mujer lo hace sentir realizado y ufano de poder decir que tiene y un hogar dulce y lleno de amor, al cual regresar después del arduo trabajo afuera. Ella, por su parte, ha empezado a sentirse en sus aguas. Es hermosa la manera en la que la trata su mate, como si ella fuera su reina y la razón por la que él desea estar en casa siempre. Katrina mira su trabajo tomar forma y sonríe por la satisfacción que hacer aquella tarea le causa y cómo cada instrumento le da elegancia a su comida. Le encanta la variedad de utensilios que hay allí, todos de buena calidad y costosos.Ella ama los
Le parece increíble como una mañana que empezó tan bien, se convierte en una nube de sospechas, duda, sentimientos de inferioridad y el dolor que la herida lastimada le provoca; sin embargo, no le da la gana de mostrarle sus debilidades a esa serpiente venenosa. Es por esta razón, que ella decanta en ignorarla.Con rapidez y ansias, Katrina prepara la bandeja con los alimentos, entonces se encamina hacia la habitación, pero antes de traspasar el umbral de la cocina, mira a Ámbar con una sonrisa maliciosa.—Tú estás amargada porque ni siquiera sexo puedes tener con él —contraataca airosa.Katrina no espera la réplica de su rival, en su lugar, se apresura a donde su esposo la está esperando.—¡Qué bien huele, amor! —exclama él entusiasmado, desde que su mate entra a la habitación y el delicioso aroma inunda el ambiente. Se siente genial que alguien tan especial para él se tome ese tipo de molestias.Leoncio tiende una manta de textura suave y acolchada cerca del balcón, donde coloca la
Katrina se queda estática en su lugar, con el corazón latiéndole muy fuerte y sin dar crédito a lo que sus oídos han escuchado.De todas las respuestas que había sopesado, no se imaginó que él haría tal confesión, ya que todavía le era difícil de asimilar que un hombre como Leoncio tuviera verdadero interés en ella.—¿H-Hablas en serio? —inquiere sorprendida.—¿Por qué no lo haría? Eres el amor de mi vida.—¿El amor de tu vida? Creí que ese lugar lo ocupaba tu primera esposa.—Ummm... —masculla él con una sonrisa traviesa—. Tuve mucho apego a Morelia; sin embargo, no tuvimos tiempo para desarrollar nuestra relación. Te parecerá extraño, porque nosotros nos hemos tratado mucho menos de lo que hice con ella, pero fue que Morelia y yo nos pasamos dos años sabiendo que éramos mates; sin embargo, en todo ese tiempo no nos reclamamos. —¿Por qué?—Porque en ese entonces, yo estaba más enfocado en reconstruir mi manada de un ataque que tuvimos y que nos debilitó bastante. Además, el padre de
En una hermosa tarde soleada, de clima cálido y con la brisa fresca paseándose de manera sutil, en la manada más glamurosa de todo aquel territorio se celebra un evento muy esperado por sus miembros.La música alegre, las decoraciones de flores frescas, coloridas y exóticas; los sirvientes contratados bien vestidos, que se movilizan en medio del gentío; la comida deliciosa y los bocadillos finos, asimismo, las bebidas más caras y elegantes protagonizan la unión formal del alfa Leoncio y su luna Katrina.—Ante todos presento a mi compañera destinada y Luna de la manada Rouge. Ella me ha sido otorgada por la naturaleza, aunque no soy merecedor de una segunda oportunidad, mucho menos de una dama tan hermosa, sabia, capaz, fuerte y especial como lo es Katrina.»Ella es más de lo que yo hubiera pedido y hoy les confieso que me siento el hombre más feliz del mundo y que, mientras mi corazón palpite, viviré rendido a mi mate y ella será mi prioridad.—¡Viva la nueva luna de Rouge! —exclaman