Los gemidos se unen al chasquido que sus partes unidas provocan, con cada empuje que viene de las caderas de él.—Ah... —gime Katrina, enloquecida con las embestidas deliciosas que le provocan un placer desconcertante.—¡Toma todo de mí, mi loba! —Empuja con fuerza—. Soy tuyo. Llévate mi voluntad y aspira mi esencia, hasta que tu alma y la mía sean una.—Vaya... —jadea, luego se relame los labios—. Hasta poeta me saliste.Leoncio estalla en carcajadas.—Para que veas que no solo soy una cara bonita.—Eres tan fanfarrón...—No solo hablo, mi loba; como puedes apreciar, yo también actúo. —Menea la cadera con sensualidad en forma de círculo; como respuesta, Katrina le entierra las uñas en los hombros.—Por lo menos sabes resolver. —Ella sonríe, y de sus ojos azules desborda el fuego del deseo.—Y tú eres toda una experta, mi loba.—Dicen que la experiencia no se improvisa, cariño.—Estoy de acuerdo. —Él la besa.Sus lenguas se encuentran y se acarician con deseo, mientras que el cuerpo d
Katrina y compañía se despiden de Leoncio y sus subordinados, pero antes de que ella se suba al vehículo, él la agarra por el brazo y se acerca para hablarle.—¿Nos veremos mañana en el lugar de siempre? —inquiere esperanzado.—No lo sé. Mañana haré una diligencia importante.—¿A dónde?—No lo entenderías.Él frunce el ceño.—Pruébame, mi loba.—Toma distancia, por favor, los demás nos están mirando raro.Leoncio resopla hastiado.—Bien, como digas —gruñe molesto.Él levanta la mano como gesto de despedida y se cruza de brazos. Por su parte, Katrina suspira con tristeza debido a que le duele decepcionarlo; sin embargo, debe resolver sus asuntos antes de corresponderle.«Es lo menos que puedo hacer por ellos, después de todo el sufrimiento por el que atravesaron», piensa mientras observa a Leoncio con añoranza.En ese momento, Ámbar se acerca a él y se le recuesta del hombro, provocándole un terrible malestar a Katrina."Esa mujer es una aprovechada", reclama su loba.«Eso veo. Me ater
Una semana más tarde, Gael regresa junto a Kali de su viaje.Después de dedicarle todo un día a su esposa, decide retomar sus responsabilidades en la manada.—Les presento al nuevo Gamma de Luna creciente —anuncia a los guerreros.Jill hace una pequeña reverencia y se presenta a todos, aunque ya ellos lo conocen. Después de que Gael da un informe detallado acerca de las leyes impuestas en las manadas bajo su dominio, se reúne con Kali y Jill en el centro de curación.—Recibimos este reporte de parte de Rouge. Al parecer, hay lobos de la manada Zafiro merodeando los territorios que nos unen a las tierras del alfa Leoncio —le informa Kali.—Ummm... —masculla Gael, y agarra el documento firmado por el beta de Leoncio—. Según dice acá, la manada Zafiro queda cerca de la de Luna llena y esos alfas son muy unidos.»Recuerdo que, cuando el alfa Mateus iba a hacer negocios con el padre de Rut, todos especulábamos que ella se uniría al hijo del alfa de la manada Zafiro.—Es lo que todos esperá
Katrina observa el techo de su habitación en silencio, absorta en sus pensamientos y en su tristeza. Por momentos, una que otra lágrima le recorre la mejilla, pero ella se la seca rápido cuando no soporta el picor que estas dejan a su paso.—¿Por qué tuve que encontrar a mi mate en este tiempo tan difícil para mí? Ya mi vida está bastante complicada como para tener que lidiar con este asunto también."Ve por él", le ordena su loba, pero Katrina niega con la cabeza.—Él me dejó clara la importancia que tengo en su vida —replica con rencor y celos."Él no es Mateus", le reclama su loba.—Pero es un hombre, uno muy coqueto, mujeriego y permisivo. ¿Por qué tiene tanta confianza con esa tipa, si es muy claro que ella está interesada en él? Es que se lo comía con la mirada y el muy imbécil no le puso límites."Nuestro mate es ingenuo, pero si esa intrusa se le acerca otra vez le cortaremos la cabeza".—No, eso es peor. Mejor me alejo y lo dejo ser. Imbécil, ni siquiera me dio un beso hoy. A
El alfa se pasea de un lado a otro en su estudio, con un vaso de licor en su mano derecha. Resopla con hastío y se peina el cabello con los dedos mientras mira a un punto fijo.—¡Me vas a volver loco, mujer! —sorbe de su bebida.En ese momento, él escucha toques en la puerta y se sienta en el borde de su escritorio, antes de permitir que su visitante entre.—¿Bebiendo tan temprano? —Ámbar levanta una ceja, como si lo juzgara.—¿Qué quieres? —interpela cortante, puesto que no se encuentra de humor para soportarla.—Quiero que hoy no te encierres en tu oficina. ¿Por qué no vamos a dar un paseo, Alfa?—No puedo. —Se termina el contenido de su vaso.—No aceptaré una negación de tu parte, Leoncio.—Tendrás que aceptarlo porque yo iré a la manada Luna creciente hoy. Por más de dos semanas he sido espiado por los hombres del alfa supremo, así que necesito ir a averiguar qué demonios le pasa a ese chiquillo conmigo.—¿Qué estás diciendo? ¿Por qué hasta ahora me vengo a enterar? —Ella se pone
Un silencio tenso inunda el salón y las miradas de las tres personas se posan sobre Leoncio.Por su parte, Katrina siente que todo se torna borroso, el corazón le late muy rápido y los ojos empiezan a parpadearle de forma involuntaria.«Voy a matar a Leoncio», piensa aterrada; sin embargo, quien encarniza ese deseo es Gael, que se lanza encima del alfa rubio con tirria.Con un gran gruñido, Gael empuja a Leoncio mientras estudia su próximo ataque. Por su parte, el alfa rubio resbala sin caerse, entonces se pone en posición de batalla, también.Ambos alfas se gruñen con ojos brillosos, los músculos tensos y los colmillos de lobos afuera.—Detengan esto, por favor —implora Gia con voz apagada y con los nervios de punta; sin embargo, nadie le da una respuesta ni una acción que obedezca a su súplica.—¿Cómo te atreves a burlarte de mi familia en mi propia manada? ¿Qué es lo que quieres, alfa Leoncio? ¿Qué ganas con meterte con mi madre y aprovecharte de su luto?—¡Ella es mía! —gruñe Leon
El trayecto hacia la manada Rouge se hace más corto de lo que Katrina hubiese deseado. En todo el viaje, ella se ha mantenido en silencio, absorta en sus preocupaciones y muy ansiosa.Teme a lo desconocido.Para ella no es fácil empezar de nuevo en un lugar donde estará rodeada por personas desconocidas, con reglas diferentes a las que ya está acostumbrada y con un esposo nuevo. Uno que no es Mateus, el hombre con quien compartió el lecho y formó un hogar por más de veinte años.«¿Cómo lidiar con tantos cambios repentinos?», piensa aterrada.Leoncio, quien entiende por el momento extraño y estresante por el que ella debe estar pasando, en especial por la manera tan incómoda en que sucedió el reclamo, respeta su espacio y se mantiene en silencio.—Llegamos, mi loba —le anuncia con voz dulce.Ella asiente con la cabeza y se deja ayudar por él, quien como todo un caballero la toma de la mano y escolta fuera de la limusina.Las miradas curiosas se posan sobre la mujer, pero nadie dice o p
El cielo gris es acompañado por finas gotas frías, que acarician las montañas alrededor de aquel claro lodoso.El pelaje de los lobos se encuentra mojado por las lloviznas que no se detienen, mientras que sus patas se ensucian con el lodo pegajoso de tono oscuro."No dejen que escapen", ordena el gamma de Leoncio.Al instante, sus subordinados saltan sobre los intrusos y la batalla se torna más violenta.Un grupo de lobos salvajes aparecen de repente, rodeando a los contrincantes de la manada Rouge."Pidan refuerzos, estamos rodeados", ordena el gamma en su voz de lobo, cuyo tono suena poderoso y ronco.En ese momento, Gael, Kali y Jill aparecen convertidos en lobo y se unen a la batalla. La forma lobuna de Gael capta la atención de todos, puesto que su pelaje dorado ilumina el lugar con su brillo de oro.—Yo me haré cargo —dice Gael, dejando a los lobos de Leoncio sorprendidos, ya que es la primera vez que ellos escuchan a un licántropo hablar en su forma salvaje, como lo hacen cuand