¿Cuál creen que sea la solución para ellos? ¿Creen que el alfa Amateus es del todo sincero?
Corro en forma de loba junto a Gael, quien también está transformado. La brisa que acaricia mi rostro y pelaje plateado se siente muy bien. El lobo de Gael es de color dorado y sus ojos se tornan de ese mismo tono cuando se transforma, por mi parte, al igual que mi pelaje ojos cambian de gris a plateado, como si Gael y yo fuéramos opuestos y semejantes a la vez. Yo con el tono de la luna; él con el tono del sol.Gael dice que le encanta mi forma lobuna y el color de mis ojos en mis dos formas. A mí también me gusta su lobo, y no me decido si prefiero el color dorado o el amarillo ambarino de sus orbes, ya que ambos son hermosos.Corremos por el campo como manera de ejercitar a nuestros lobos y de relajarnos. Aquí somos libres y felices porque solo somos dos mates que se aman con locura, que no tienen que ocultar sus sentimientos."¿Puedes saltar encima de aquella colina?", pregunta Gael mediante el vínculo. Miro la colina, que más bien se asemeja a una montaña de lo alta que está."¿M
El extraño de apariencia elegante y sonrisa coqueta me mira de arriba abajo sin ningún disimulo y se lame los labios.—Fascinante bienvenida, el alfa Mateus sí sabe cómo recibir a sus invitados —dice el desconocido con flirteo. ¿Por qué ha usado ese tono coqueto? ¿A qué bienvenida se refiere?—Entonces usted debe ser el alfa Leoncio... —saboreo su nombre y pienso en las palabras de Celi. Tiene razón, el alfa tiene lo suyo; no obstante, Gael le lleva millas al rubito. O debe ser que yo solo tengo ojos para mi hermoso mate.—Es un placer, bella... —arrastra el adjetivo como si esperara a que yo termine la frase con mi nombre.—Gia.—Entonces eres la hija del alfa. —Sonríe de lado. A este tipo se le ve que es un mujeriego y que está acostumbrado a llamar la atención de las féminas, puesto que no deja de flirtear ni un segundo.—Esa misma y él es Gael mi..., es decir, nuestro futuro alfa. —Por poco digo mi mate.—Ya lo conozco. Pero le va a dejar el brazo morado... —El alfa Leoncio mira
Estoy cansada de luchar. Estoy harta de que Gael juegue con mis sentimientos una y otra vez.¿Por qué me engañó?Me abrazo a la almohada y dejo que las lágrimas la mojen. Duele tanto.—Gia, abre, por favor. —Ignoro los toques desesperados en la puerta. Me aferro a la almohada mientras aprieto los ojos. No quiero escucharlo, necesito que se vaya.Gael sigue insistiendo, mas yo lo continúo ignorando. Pasan unos minutos y el silencio vuelve a tomar el control, pero sé que está allí, puedo olfatear su olor y sentir su presencia.Pronto los párpados pesan y mi cuerpo se siente agotado, entonces mi cerebro decide descansar.***Los rayos del sol son tan molestosos, que me muevo de un lado a otro con irritación y opto por taparme la cara con la almohada. Aun así, me es incómodo seguir durmiendo, por lo que termino de despertar y me dirijo al baño como cuerpo sin alma. Me meto debajo de la ducha con todo y ropa, y dejo que el agua fría sea mi despertador.Me siento como la mierda; me duele la
Gia Una ola de confusión me invade. ¿De qué habla Gin? ¿Cómo es que mi niño travieso se está muriendo? Eso no tiene ningún sentido. —¿De qué hablas? ¿Por qué dices que Gill se está muriendo? Él es un niño sano, lo que me dices no tiene explicación lógica. —Mis palabras salen con desesperación. —Él empezó a decaer de repente. Kali percibía una mala presencia, pero nunca dio con esta. Ahora nuestro pequeño está en cama, hemos usado nuestros poderes para liberarlo, pero no funciona. Me voy a volver loca, no sé qué más hacer para ayudarlo. Me siento herida e indignada al escucharla. —¿Por qué me estoy enterando ahora de esto? ¿Acaso no somos como una familia para ustedes? ¿Por qué no nos han dicho nada? —reclamo. —No quería alarmar a nadie sin antes saber de qué se trataba —interviene Kali—. No sabemos quién está haciendo esto, por lo tanto, no quería poner al culpable en sobre aviso. »Mas ahora no importa, puesto que no logro dar con la bruja o lo que sea que esté haciendo esto; G
Llego a la manada completamente desorbitada y sumida en mis pensamientos, que, a decir verdad, son un desastre.No sé si todo lo que sucede a mi alrededor es real o si me encuentro atrapada en una pesadilla; si se trata lo segundo me gustaría despertar ya.Camino en dirección a la casa donde ya las luces están encendidas, puesto que el sol se ha ocultado. Al entrar, siento un nudo en el estómago que me provoca náuseas, asimismo, empiezo a respirar con dificultad. Es ella, esa mujer está sentada en el sofá.Sin decir nada me dirijo a mi habitación con ganas de llorar, maldecir y golpear a alguien, mas bien a Gael. Esto era lo que faltaba para empeorar mi día, cerrar con broche de oro.—Gia, debemos hablar, cariño. —Me encuentro a Gael en el pasillo. Está descalzo, con el cabello desarreglado y su rostro tiene un semblante decaído y angustiado.—Gael, maldito infeliz, nosotros no tenemos nada de qué hablar. Mejor ve a revolcarte con tu zorrita, o ¿ya terminaron de hacerlo?—Yo no me rev
Estoy desorbitada, dolida y me siento traicionada por todos aquí. ¿Cómo es que ellos sabían que Gael era mi mate y siempre me tildaron de loca obsesiva y mentirosa? ¿Por qué me hicieron tanto daño?—Gael, cariño, no digas tonterías. —Mamá lo abraza por detrás—. Eres parte de nuestra familia, yo te amo como a un hijo. —Ella estalla en llantos. Gael acaricia las manos que se unen frente a su cintura para detenerlo, y deja salir esas lágrimas que sé que ha contenido por todo este rato.—Todos ustedes son unos falsos e hipócritas. Yo... no quiero saber nada de ninguno. —Corro fuera del estudio de papá.Escucho a Gael llamarme con angustia, mas eso es combustible para querer huir de aquí, lejos de todos ellos.¿Por qué no me permitieron decidir qué era lo mejor para mí? Si hay una maldición o no es asunto de Gael y mío, solo a nosotros nos compete. Pero él prefirió hacerme a un lado y negarme. He sufrido todos estos años porque él es un egoísta cobarde.—¡Gia, detente! —Su voz suena como t
"Volveré por ti"."Gael...""Gia, te amo".El resplandor que se cuela por la ventana abierta me hace refunfuñar y de mala gana me incorporo. Me froto los ojos y esbozo un bostezo, pasan algunos segundos para que me espante. ¿Por qué mi ventana está abierta?Miro a mi alrededor y noto que estoy desnuda, entonces fragmentos de la noche anterior me confunden. No sé si esos episodios forman parte de todas las pesadillas que tuve o si fueron reales, pero una sensación extraña en mi pecho me pone alerta.«Necesito hablar con Gael».Me doy una ducha rápida y me pongo lo primero que encuentro, ni me molesto en buscar unos zapatos, meto mis pies en mis chanclas y salgo a toda prisa de la habitación.—¿A dónde vas? —interroga papá cuando salgo al pasillo. No le respondo y continúo mi camino. Por supuesto papá me sigue y hace preguntas obvias, mas yo lo ignoro—. Él no está.—¡Gael, abre! —grito mientras golpeo la puerta, puesto que ya he tocado varias veces y este no se ha dignado en abrirme.—G
El almuerzo no salió tan mal como pensé. En realidad, fue refrigerio a mi ánimo caído y hasta me siento un poco mejor. El alfa Leoncio es un hombre divertido y agradable, es fácil mantener una conversación con él y he de admitir que me siento a gusto con su compañía.—Entonces estás soltera. —Dejo de caminar al escuchar su comentario. Este tipo no pierde tiempo; creí que se limitaría a las indirectas y al tono seductor, pero no.—Sí... —balbuceo. Otra vez el recuerdo de Gael apuñala mi corazón y las ganas de llorar regresan. ¿Cuándo lo superaré?—¿Estás bien? —inquiere el alfa con preocupación. Por mi parte, esbozo un suspiro y finjo una sonrisa.—Sí, lo estoy. —Adelanto el paso.Papá me dijo que le mostrara el territorio que rodea la casa y eso estoy haciendo. Me intriga la insistencia del alfa para que Leoncio y yo estemos solo, aunque sospecho la razón. Papá ha de estar desesperado para que me olvide de Gael.—Me gustaría que fuéramos amigos, Gia. Eres una mujer agradable con quien