Gael y yo nos hemos sumido en un incómodo silencio cargado de resentimiento y tensión. Por más que trato de entenderlo, no puedo asimilar ni aceptar su argumento. —No debí decirte nada de esto ni proponerte que seamos novios. Estoy incumpliendo mi promesa y poniéndote en peligro —suelta de repente, lacerando mi corazón en el acto. —Sabía que te ibas a arrepentir; después de todo, es difícil deshacerte de tu puta. No tienes que inventarte toda esta ridiculez para alejarte de mí, Gael. Lo haré por mi cuenta. Eres libre de seguir follando con Lía. Me levanto de sus piernas cabreada, esto es inaudito. Gael se hubiera evitado toda esta estupidez si no me hubiera propuesto que seamos novios. ¿Para qué lo hizo? —Gia, espera... —Me sostiene del brazo, otra vez—. Terminé lo que tenía con Lía. Ella no me interesa, solo tengo ojos para ti. —Él me acaricia el cabello con manos temblorosas. —Gael, te estás contradiciendo. ¿No me acabas de decir que te arrepientes de haberme pedido que fuera tu
GiaUn beso tras otro...Sus labios carnosos aprietan los míos con hambre y deseo, con mucho amor. El sonido que hacen nuestras bocas al fusionarse se une al canto de los grillos, que son los únicos testigos de cuánto nos amamos, de lo mucho que necesitamos esta intimidad.—Gael...—Dime, amor...—Te amo...—Yo también te amo. —Gael me abraza con fuerza, como si temiera que yo le fuera arrebatada.Ambos estamos conscientes de que debemos regresar, pero ninguno dice nada ni mueve un músculo. No queremos irnos, no queremos afrontar nuestra realidad, como tampoco tener que fingir indiferencia delante de los demás.—Tengo tantas ganas de irme lejos contigo —suelto de repente. Gael y yo nos recostamos en el angosto lugar y nos acomodamos como podemos, entonces descanso mi cabeza en su clavícula mientras él me acaricia el cabello.—Yo también... ¿Te imaginas tú y yo viajando por diferentes lugares?—Sería muy divertido. Luego regresar a nuestra casa, preparar comida y hacer el amor... —De i
"Acaba con él. Ella es nuestra mate".Sudores fríos me recorren el cuerpo y tengo que apretar los puños para controlar los temblores que me corroen. Los latidos de mi corazón son tan fuertes, que retumban de forma dolorosa en mi pecho y me llevan al límite de los nervios.«Debo controlarme».—Gael, ¿estás bien? —La voz del alfa Leoncio me tortura de forma fastidiosa.«Debo calmarme, debo calmarme».—Gael —me llama el alfa Mateus, quien por el tono de su voz luce preocupado, pero puedo percibir cierto reclamo en su llamado.¿Por qué el alfa me hace esto si me considera como a un hijo? ¿Era necesario traerme aquí para recibir esta noticia de golpe? Controlo las lágrimas que se me han acumulado en los ojos y trato de recuperar la compostura.Con respiraciones profundas me incorporo, ni siquiera había notado que me había encorvado.—Disculpen... —Miro a todos con expresión abochornada—. No me siento bien hoy.—Tal vez debes regresar a casa a descansar —sugiere el alfa rubio. No, no me iré
GiaVer a Gael entrar por esa puerta me llena de una emoción indescriptible. No sabía que lo había extrañado tanto hasta este momento, donde volver a verlo me pone tan feliz y traviesa, como si fuera una chiquilla. Mas hay algo en su ser que me inquieta, es como si él estuviera sufriendo.En todo el día traté de conectar con su esencia, pero él me bloqueo; supongo que lo hizo adrede para que no pudiera sentir su malestar.—Mi amor... —Gael me carga con ansias y desesperación, y una mirada aterrorizada que me pone alerta.—¿Estás bien? —pregunto con la voz en un hilo, su aspecto me preocupa.—Te amo, Gia. —Me besa.Su beso es tan tierno y tan suave que me toca el alma. Caemos en la cama sin dejar de besarnos y Gael se acomoda para no aplastarme, luego me mira con ojos cristalizados y angustia. ¿Qué le pasó en ese viaje? Él estaba bien antes de irse.—Gael, ¿sucedió algo? —Niega con la cabeza, pero su acción es opuesta a sus gestos.—Gia, te prometo que haré hasta lo imposible para solu
Gael se ha puesto delante de mí gracias a su instinto protector. Puedo sentirlo tensarse y la manera en que su respiración se agita. Sé que Gael está calculando un ataque y las posibilidades de salir ilesos, o por lo menos, de que yo lo haga. Pero si cree que lo dejaré solo en esta situación está muy equivocado. "¿Qué buscan en nuestros territorios?". Escucho a Gael conversar con ellos por telepatía, dado que estos están convertidos en lobos. "Vinimos a convencerte de que te vengas a nuestra manada". ¿Ah? ¿Acaso a estos lobos les patina el cerebro? ¿Por qué Gael se iría con ellos? "No me digan", responde Gael en tono de burla, "Soy el próximo alfa de Luna creciente, ¿por qué me iría a su manada?” "Porque no es justo que le des tanto poder al alfa Mateus y a su manada sin recibir nada a cambio. No tendrías que verte a escondida con tu propia mate cuando tienen la solución en sus narices". Gael se queda helado y no responde; en su lugar, él los mira con desconcierto y sorpresa. Y
Corro en forma de loba junto a Gael, quien también está transformado. La brisa que acaricia mi rostro y pelaje plateado se siente muy bien. El lobo de Gael es de color dorado y sus ojos se tornan de ese mismo tono cuando se transforma, por mi parte, al igual que mi pelaje ojos cambian de gris a plateado, como si Gael y yo fuéramos opuestos y semejantes a la vez. Yo con el tono de la luna; él con el tono del sol.Gael dice que le encanta mi forma lobuna y el color de mis ojos en mis dos formas. A mí también me gusta su lobo, y no me decido si prefiero el color dorado o el amarillo ambarino de sus orbes, ya que ambos son hermosos.Corremos por el campo como manera de ejercitar a nuestros lobos y de relajarnos. Aquí somos libres y felices porque solo somos dos mates que se aman con locura, que no tienen que ocultar sus sentimientos."¿Puedes saltar encima de aquella colina?", pregunta Gael mediante el vínculo. Miro la colina, que más bien se asemeja a una montaña de lo alta que está."¿M
El extraño de apariencia elegante y sonrisa coqueta me mira de arriba abajo sin ningún disimulo y se lame los labios.—Fascinante bienvenida, el alfa Mateus sí sabe cómo recibir a sus invitados —dice el desconocido con flirteo. ¿Por qué ha usado ese tono coqueto? ¿A qué bienvenida se refiere?—Entonces usted debe ser el alfa Leoncio... —saboreo su nombre y pienso en las palabras de Celi. Tiene razón, el alfa tiene lo suyo; no obstante, Gael le lleva millas al rubito. O debe ser que yo solo tengo ojos para mi hermoso mate.—Es un placer, bella... —arrastra el adjetivo como si esperara a que yo termine la frase con mi nombre.—Gia.—Entonces eres la hija del alfa. —Sonríe de lado. A este tipo se le ve que es un mujeriego y que está acostumbrado a llamar la atención de las féminas, puesto que no deja de flirtear ni un segundo.—Esa misma y él es Gael mi..., es decir, nuestro futuro alfa. —Por poco digo mi mate.—Ya lo conozco. Pero le va a dejar el brazo morado... —El alfa Leoncio mira
Estoy cansada de luchar. Estoy harta de que Gael juegue con mis sentimientos una y otra vez.¿Por qué me engañó?Me abrazo a la almohada y dejo que las lágrimas la mojen. Duele tanto.—Gia, abre, por favor. —Ignoro los toques desesperados en la puerta. Me aferro a la almohada mientras aprieto los ojos. No quiero escucharlo, necesito que se vaya.Gael sigue insistiendo, mas yo lo continúo ignorando. Pasan unos minutos y el silencio vuelve a tomar el control, pero sé que está allí, puedo olfatear su olor y sentir su presencia.Pronto los párpados pesan y mi cuerpo se siente agotado, entonces mi cerebro decide descansar.***Los rayos del sol son tan molestosos, que me muevo de un lado a otro con irritación y opto por taparme la cara con la almohada. Aun así, me es incómodo seguir durmiendo, por lo que termino de despertar y me dirijo al baño como cuerpo sin alma. Me meto debajo de la ducha con todo y ropa, y dejo que el agua fría sea mi despertador.Me siento como la mierda; me duele la