Daniel
—¡Necesito verla! —El cínico este quiere morirse joven.
—¡Maldito cabrón de mierda! —Lo agarro por el cuello y juro que lo que quiero es matarlo.
—¡No eres nadie para impedirlo! ¡Quítate del medio, maldito loser!
Le estampo mi puño en su carita de modelo desgraciado y lo pateo, quiero matar a este cretino.
—¡Ya basta, imbéciles! —Logan sale con cara de hastío y verla en esas condiciones me parte el corazón. Su cabello está desgreñado y sus ojos rojos e hinchados. La decepción y la tristeza que emana me duele.
—Pequeña, te juro que yo no fui, no sé quién tomo esas fotografías, pero no tengo nada que ver.
—¡Estúpido mentiroso! —espeto con toda mi rabia contenida.
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Después de tres meses de lo sucedido con el dichoso video, decido regresar a la universidad. Es como empezar de nuevo y bien, no ha sido fácil. Muchas cosas han pasado desde mi encierro en mi habicueva. No me juzguen, si Batman tiene una Baticueva, yo puedo tener una habicueva.He hablado con Patty por llamadas y mensajes, ella me llegó a visitar varias veces, pero como yo estaba en depre, no pude ser un soporte para ella.Mi amiga está pasando por un momento difícil, puesto que está embarazada de un patán que está casado, es mucho mayor que ella y le dio dinero para que abortara.¡El profesor sexy resultó ser un desgraciado!Algunas personas que me reconocen del video se burlan en mi cara, otros solo murmuran. He decidido ignorarlos y seguir con mi vida. Johnny me insistió varias veces para volver a salir, no obstante, me he negado a verlo, creo que ya se aburri
Tres meses despuésDaniel—¡Eres un insensible! —Julie llora desconsolada, haciéndome sentir como un idiota. Creo que Madison tiene razón, debí quedarme solo y no joderme más la vida. Creí que con Julie sería diferente y podría olvidar a esa loca, pero me equivoqué.¡Soy un tonto!—No me puedes prohibir que hable con Madison, ella es mi amiga y vecina desde que tengo uso de razón.—No creo que uses la razón. —Se cruza de brazos y hace un puchero. ¡Qué hastío!—¿Qué es lo que quieres? No sé cómo complacerte.—Claro que lo sabes... —Se acerca con coquetería y envuelve sus brazos alrededor de mi cuello. No me está gustando el giro de esta conversación.
Daniel«Esto no está pasando».Camino con desesperación de un lado a otro, estoy temblando, todo esto debe ser una pinche pesadilla.—¿Creen que se la hayan llevado los alienígenas?Todos ignoramos al señor Logan, puesto que la desaparición de Madison lo ha puesto más loco de lo que ya estaba.—¿Por qué la policía no hace nada? —La señora Logan se lamenta. Como todavía no han pasado veinticuatro horas de su desaparición, ellos no van a mover un dedo.—No se preocupen, la encontraremos. —Todos volteamos al escuchar a aquella voz, es la señora que se drogó y viene en compañía del papá de Madison—. Ya somos como de la familia, la desaparición de la niña es nuestro asunto también.Observo que la señora tie
AclaracionesEsta historia es una sátira. Y como muchos deben saber, una sátira es una composición literaria donde se critican comportamientos, vicios, costumbres, etc.; ya sea con un fin moralizador o burlesco. Aquí tendremos los dos fines (me burlo hasta de mí misma).Como está narrada en primera persona, el autor se limita a la mente —que normalmente es dos cucarachitas chocando entre ellas— del personaje. Es decir, que las ideas de ellos no necesariamente representan al autor, esto es ficción en todo el sentido de la palabra.Continuando con las limitaciones mentales, ideas, moral, madurez, inteligencia y todas las pendejadas del personaje, les aseguro que encontrarán palabras mal ubicadas, con su significado distorsionadas —tal vez, no estoy segura— y alg
Me levanto, me baño y... Nah... Solo bromeo... Pero normalmente muchas historias cliché empiezan con una rutina de limpieza, solo quería saber qué se sentía. En realidad, estoy en la carcacha que papá llama auto y que se arrastra como puede por la vieja carretera que nos conducirá a la casa de los abuelos. Me imagino que pensarán que me voy de vacaciones a la casa de mis encantadores abuelitos y conozco a un chico que parece modelo; nos miramos, nos besamos y juramos amor eterno. Pues no, no soy tan suertuda, je, je. La verdad es que mi padre perdió la casa que tenía hipotecada, puesto que su trabajo apestaba y bueno, también lo despidieron. Mis abuelos no son encantadores, sin embargo, se pueden aguantar. Ellos pagarán mi educación y nos acogerán hasta que mi papá encuentre un trabajo y estemos estables.—Llegamos. —Mi señor padre hace el gr
Recorro el pueblo junto a Scott quien no deja de fastidiarme, no obstante, yo solo lo ignoro como tengo por costumbre.—Déjame ver si recuerdo... —Scott pone su dedo sobre sus labios como tratando de hacer memoria más yo lo miro hastiada—. Te gusta el helado de coco —afirma con autosuficiencia por lo que entorno los ojos.—¿Qué? ¿Quieres el premio Nobel porque adivinaste mi sabor de helado favorito?—No lo adiviné, lo sé.—¡Gran cosa! —espeto fastidiada, no entiendo por qué la presencia de Scott me es tan molesta. Nos sentamos en una banca del parque a degustar nuestros helados. El mío es de coco y el de Scott de ron. ¡Alcohólico!—Para que veas que estoy atento a ti. —Me sonríe como si fuera un niño especial. ¿De verdad cree que
Otra vez el idiota ese tirando piedrecitas a mi ventana. Estoy a punto de bloquearlo de mis contactos, no lo soporto y no lo quiero ver. Por su culpa perdí la entrevista de trabajo. ¡Es tan infantil!DanielYa hace una semana desde que me lancé con Logan en la piscina y aún no me habla, ignora mis mensajes y llamadas; no me recibe cuando la visito y no me abre su ventana cuando tiro piedrecitas. ¡Es una rencorosa! Es un empleo y ya, tampoco es el fin del mundo.—¡Eres un tonto! —Mi hermano pequeño me saca la lengua y yo lo ignoro. No entiendo por qué mi madre no bebió pastillas anticonceptivas o en su defecto, no usaron un condón. Dado que el accidente ocurrió, por lo menos debieron abortarlo para enmendar el error de haberlo concebido. Mocoso, bicho raro.Sigo tirando mis piedrecitas bajo la atenta observación de mi hermano.
—Ha sido un gusto... —El rubio arrastra la última palabra como esperando a que le diga mi nombre.—Madison. —Extiendo mi mano y él la aprieta. Oh... Su agarre es suave, pero con firmeza. Siento como mi palma se calienta, oh, esto es increíble—. Madison Logan.—Un placer —¡Qué linda sonrisa! Y definitivamente el placer es mío—. Mi nombre es Larry Koch.—¡Oh! ¿De esos Koch? —Él asiente y yo no puedo disimular mi impresión. Esa gente es dueña de medio pueblo y tienen más de cinco centros comerciales en esta pequeña ciudad y como diez fuera de ella. ¡Esto es increíble!—Entonces... —Esa mirada azul me tiene babeando—. ¿Nos veremos otro día? —Rasca su cabeza con nerviosismo—. Ya sabes... Podríamos salir